En menos de 20 meses ya hay otro álbum más de la banda virtual creada por Damon Albarn y Jamie Hewlett, que después de casi una década de silencio de estudio publicaron ‘Humanz’ (2017) y ahora ‘The Now Now’.
IMÁGENES: Gorillaz / Warner Bros / Pharlophone
Gorillaz, que hace mucho dejó de ser una sorpresa y una novedad, eligió dos momentos concretos para pasar por España: en junio, cuando estuvo en el Sónar 2018, y en el BBK Live este 14 de julio. Una banda más. Otro experimento de la música británica. Lo han hecho además intercalados entre dos álbumes nuevos después de años de relativa tranquilidad y retiro: el ‘Humanz’ de 2017 y el nuevo, ‘The now now’ (que se publicó el pasado 29 de junio). Todo sería explicable si no fuera porque los músicos de la banda no cobran royalties, ni se cansan, ni tienen carnet de conducir ni presencia real en este plano de la existencia.
Es lo bueno de que tu banda esté formada por personajes de animación, que puedes explotarlos sin necesidad de preocuparte más allá del hartazgo artístico. La mejor idea que ha tenido Damon Albarn después de cofundar Blur y dar un paso atrás (y al lado) para dedicarse a hacer lo que le da la gana. Es decir: la música. Lo hizo junto con Jamie Hewlett, que se encarga de la parta visual vital, desde la ilustración a los imprescindibles videos musicales que sirven de presentación y máscara.
Ni estrellato ni deudas públicas. Albarn decidió aprovechar la tecnología disponible para crear con múltiples colaboradores un remedo del Mago de Oz: crear una imagen-máscara artística que él pudiera controlar tranquilamente desde detrás de bambalinas, en camiseta y pantalón corto si hace falta, como ya ha ocurrido más de una vez en muchos conciertos. El público ve una cosa, los miembros de Gorillaz en animación, y Albarn desde las sombras junto con el resto de músicos para tomárselo con relax.
Aunque con una vida musical envidiable, y muchos socios de proyecto, que en este nuevo álbum incluye a George Benson (en el single debut, ‘Humility’), Snoop Dogg y Jamie Principle (ambos en el tema ‘Hollywood’). Apenas un puñado si tenemos en cuenta la larga lista de colaboraciones que ha reclutado Albarn en estos años: Miho Hatori (Cibo Matto), Jaime Hewlett (creador de Tank Girl, Atomtan, Phoo Action), Del Tha Funky Homosapien (U.S. MC), Tina Frantz (Tom Tom Club), Damon Albarn (Blur) e Ibrahim Ferrer (Buena Vista Social Club)…
Damon Albarn, James Ford y Remi Kabaka ejercen de productores con Warner Bros y Parlophone como discográficas de un disco corto de 41 minutos que fue presentado con un simple vínculo de internet insertado primero en posters promocionales en festivales y luego en internet, y que conducían a un corto. Era la respuesta a la noticia de que Albarn había acelerado después de ‘Humanz’; incluso ha presentado varias de las canciones en los conciertos que dio el año pasado o en esta primera mitad de año, como ‘Ode to Idaho’ y ‘Hollywood’.
Nada de crear interés, sino por píldoras. Porque lo que importa es la capacidad de Albarn para jugar a ser ese mago desde que en 1998 apareciera la idea del grupo con el que canalizar sus inquietudes musicales. A fin de cuentas ya hizo todo lo que tenía que hacer por el showbusiness con Blur, al que también activa y desactiva como un Guadiana. Gorillaz le permitía experimentar. Y lo ha hecho tocando todos los palos posibles: rock alternativo, trip hop, rap, música electrónica, indie, worldbeat, lo-fi, dub, electropop… todo “sucio” y posmoderno, una etiqueta tan vacua como útil para el proyecto.
Gorillaz, delante y detrás del telón
Gorillaz son cuatro creaciones: Murdoc (un desdentado del corazón de Inglaterra que hace de bajista autodidacta), parte vital del tándem que fundó la banda animada junto con el líder, 2D cuando trabajaban en el Organ Emporium, tan virtual como ellos mismos. Necesitaban dos más: reclutaron al batería, Russel, el yankee del grupo y experto en hip hop. Y finalmente el contrapunto femenino, Noodle, alias (muy obvio) de una guitarrista asiática menor de edad (10 años), que ha crecido con la banda desde entonces. Sonido de estudio, medido al milímetro por Albarn en la parte musical, revestido del aire subversivo, lánguido y sucio de Hewlett.
Oído y vista unidos para una banda que les ha permitido experimentar sin problemas, reclutar músicos profesionales y expertos en todos los géneros utilizados en los seis álbumes de estudio: ‘Gorillaz’ (2001), ‘Demon Days’ (2005), ‘Plastic Beach’ (2010), ‘The Fall’ (2010), ‘Humanz’ (2017) y ‘The Now Now’ (2018). A ellos hay que añadir los recopilatorios ‘G-Dides’ (2001), ‘Laika come home’ (2002), ‘D-Sides’ (2007), ‘The Singles Collection 2011-2011’ (2011), con el que celebraban su primera década de vida.
Detrás del telón, además de Albarn y Hewlett, la lista de músicos que han dado vida a lo virtual da una gran envidia por la capacidad del primero para reclutar talento. Entre los guitarristas figuran Simon Katz y William Lyonell (hasta 2002), Simon Tong y Simon Jones, Mick Jones o el nuevo, Jeff Wootton, que ha hecho pareja instrumental con el propio Albarn muchas veces. En los teclados Mike Smith, desde el principio, junto con Jesse Hackett. En el bajo se han turnado Junior Dan, Roberto Occhipinti, Morgan Nichols, Paul Simonon y Seye Adelekan, que también ha alternado con la guitarra. En la batería Cass Browne, Karl van den Bossche y Grabiel Wallace. Y la voz, siempre, de Damon Albarn.
Portada de ‘The Now Now’ (2018)