La capital vizcaína festeja el Gutun Zuria (Festival de las Letras) poniendo bajo el mismo techo a Hertha Müller, Orhan Pamuk y Gao Xingjian.

Bilbao saca músculo cultural y con un triple salto literario que juntará en el Festival Internacional de las Letras de Bilbao (Gutun Zuria) a tres de los últimos premios Nobel de Literatura, cada uno de un extremo diferente del mundo: la rumana de tradición germánica Hertha Müller, el rebelde turco Orhan Pamuk y el chino Gao Xingjian. Será entre el 27 y el 30 de marzo y luego entre el 3 y el 6 de abril en dos ciclos diferentes. Müller será la encargada de la inauguración de la programación. 

No estarán solos porque el Gutun Zuria, al estilo de los festivales de música, tiene estos cabezas de cartel pero también muchos otros nombres propios, como Claudio Magris, Juan Goytisolo, los mexicanos Lydia Cacho y Sergio González Rodríguez, y un nutrido grupo de autores vascos como Kirmen Uribe, Ramón Saizarbitoria (ganador del último Premio de Literatura de Euskadi), Txomin Peillen o Mikel Urdangarín. El tema principal del festival este año es la frontera, externa o interna, real o ficticia, más en el sentido ideológico en muchos casos que en el real. Una forma de intercambio y de enfrentamiento, de esa peculiar vida de frontera real e intelectual que marca a muchas culturas.

Precisamente la identidad y esa relación en el filo marca a casi toda la nómina de autores que estarán presentes. Por ejemplo Claudio Magris: la voz de Trieste, una ciudad en la frontera italiana con los Balcanes y que ha pasado por casi todo lo imaginable, desde ser un puerto comercial austriaco a territorio de la Serenísima Venecia a ciudad libre entre dos naciones y línea de conflicto entre el mundo latino y el eslavo. Goytisolo, rebelde también, crítico de la nación española y de todos sus tics y que está muy vinculado con el norte de África. Y así una larga lista de autores que en su mayoría son producto de esos filos rotos de la frontera.

El quién es quién de la triada de apertura es digna de elogio. Müller es una rareza muy típicamente europea: pasaporte rumano para una mujer nacida en el seno de una familia de la minoría alemana del país del Este que regresó a su patria familiar poco antes de que cayera el Muro de Berlín y así poder ser testigo de aquel suceso que cambió el mundo. Su obra, de carácter social e íntimo, se centra en las condiciones de vida de su país durante la dictadura de Ceausescu y en recordar la (mala) suerte de las minorías alemanas desperdigadas por todo el Este de Europa desde las migraciones medievales de los colonos germánicos, y que tantos quebraderos de cabeza dio al continente.

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Gao Xingjian y Orhan Pamuk

 

Ya en abril, en el segundo ciclo del festival, intervendrá Gao Xingjian, un superviviente temprano del reverso tiránico de China: exiliado en París desde 1988, fue uno de los mayores quebraderos de cabeza de un régimen que todavía no había perpetrado el golpe nefasto de la Plaza de Tiananmen; ya entonces era una piedra en el zapato que optó por huir a Europa antes que acabar en un campo de trabajos forzados o en la cárcel. Su literatura está marcada precisamente por esa denuncia continua.

También es un rebelde con causa, desde su país de origen, Orhan Pamuk, firme defensor (y por lo tanto sospechoso) de los Derechos Humanos en Turquía y la voz que no se calla cuando señala a los cadáveres en el armario que guarda todavía el país: el maltrato a los kurdos y el tabú por excelencia, el genocidio armenio, todavía hoy negado y que es la mejor manera de poner de los nervios al gobierno turco, esté quien esté al mando, laicos o islamistas, da igual. Esta rebelión le ha costado más de un susto, multas, amenazas de cárcel y una represión interior leve al estilo de las democracias inmaduras.