No está siendo un buen verano: a la muerte de Héctor Tizón y  Gore Vidal hay que añadir una tercera que nos toca a todos de lleno, la de Chavela Vargas. No pudo superar la mexicana la enésima recaída a sus 93 años por culpa de una afección pulmonar.

“No se quejó ni siquiera un segundo, mantuvo una gran dignidad, una gran sonrisa para todos los que la atendieron”, ha narrado su amiga María Cortina, y cuando se sintió en las últimas “pidió que se le quitara la máscara de oxígeno para decir unas palabras” y dijo “me voy con México en el corazón”. Vargas había sido internada en un hospital de la céntrica ciudad de Cuernavaca hace una semana a causa de una insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular paroxística, falla renal crónica y neumopatía intersticial.

La salud de Vargas se complicó tras un viaje que realizó a principios de julio a España para cumplir uno de sus últimos deseos: regresar tras siete años y presentar su último trabajo discográfico, ‘La luna grande’, con el que rindió un homenaje a su admirado poeta Federico García Lorca. “No es cierto, España no está mal, está gloriosa, bellísima, es la hembra de Europa”, decía en la presentación del disco en la Residencia de Estudiantes el pasado 5 de julio. Este esfuerzo le pasó factura y el 12 de julio, dos días después del concierto, fue internada en un hospital de Madrid, en el que estuvo hasta el 21 de julio. El 26 de julio regresó a México por voluntad propia.

 

 

El domingo, el féretro de la cantante de ‘La llorona’ será trasladado a la Plaza Garibaldi, donde se reúnen a diario los mariachis, para rendirle un homenaje en el que participarán además la cantante Eugenia León y los guitarristas de Vargas, Juan Carlos ‘Che’ Allende y Miguel Peña, a los que llaman familiarmente los ‘macorinos’.Después, sus restos serán trasladados al Teatro de Bellas Artes de la capital mexicana, donde sus compatriotas de adopción -nació en San Joaquín de Flores (Costa Rica)- podrán rendirle un último tributo. Tras proceder a la incineración de los restos de Vargas, sus amigos procederán a esparcir sus cenizas en el cerro del Chalchi, frente al que ella tenía su casa de Tepoztlán (Morelos).

Aunque Vargas nació en Costa Rica el 17 de abril de 1919, fue México el país que desde adolescente adoptó como su patria y en donde ganó el reconocimiento internacional por las interpretaciones que hizo con su voz grave de representativas canciones de ranchera y música tradicional mexicana, principalmente de José Alfredo Jiménez y Agustín Lara. Era, además, una de las últimas celebridades vivas que tuvo el privilegio de compartir y tener en su lista de amistades más cercanas a algunos de los máximos exponentes artísticos e intelectuales mexicanos. Éstos, sus amigos, sus ‘cuatachos’, siempre estuvieron por encima de sus amores. Al menos, así lo dejó claro en algunas de las entrevistas que concedió a lo largo de su vida.

Sabina, Miguel Bosé, Marirtio, Sara Baras, Concha Buika, Ana Belén, Víctor Manuel, Penélope Cruz y Pedro Almodóvar hacen parte de la lista de figuras españolas que admiraron y vivieron experiencias personales con la artista. Almodóvar sobrepuso como su profesión la de “presentador oficial de Chavela Vargas” antes que director de cine. Asimismo, la calificó como “su único amor en la tierra”, cariño que la artista siempre le correspondió.