Los Goya no decepcionaron. Premiaron la propuesta cinematográfica más valiente: ‘Blancanieves’, de Pablo Berger, pero no olvidaron reconocer los éxitos comerciales de ‘Lo imposible’ y ‘Las aventuras de Tadeo Jones’. El cine español, fiel a su espíritu comprometido con los problemas de la sociedad, no ahorró críticas, con un fino humor hacia las políticas del Gobierno.