Una pequeña editorial con sede en Salamanca y todo el universo para expandirse: Tatanka Books, creada por el escritor, profesor e ilustrador Tomás Hijo, que habla de esta aventura con nosotros.Tatanka Books vistió de largo este mismo mes con un pequeño pero potente catálogo que crece en varios caminos, desde libros infantiles a manuales de guía para mundos fantásticos, ilustración y volúmenes bilingües español-inglés para preparar a la nueva generación mejor para el futuro.
Tomás Hijo (1974) es doctor en Comunicación, profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca y profesor en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca. Desde 1995, ha dedicado su tiempo a escribir y a ilustrar (ha dibujado más de medio centenar de libros para las principales editoriales españolas). A la vez, ha publicado artículos y relatos en distintas revistas y diarios, casi siempre abordando temas legendarios o populares. En su haber están las tres ediciones de ‘Leyendas, milagros y rumores extraordinarios de la ciudad de Salamanca’ (escrito e ilustrado por él), ‘El libro negro de las leyendas urbanas’ y ‘El libro de oro de magos y brujas’.
Tomás Hijo, en el centro
¿Qué es lo que anima a alguien a ser editor con la situación económica como está?
Pues una cosa tan aparentemente pasada de moda como es la vocación. Yo soy feliz entre libros y llevo bastante tiempo ilustrando, escribiendo y hasta diseñando y maquetando libros. El poner todas esas cosas juntas al servicio de mis propios proyectos era una necesidad a la espera de una oportunidad. La oportunidad surgió en medio del chaparrón y no se podía dejar pasar. Así que aquí estamos, apretando los dientes y tratando de sobrevivir en este ecosistema tan difícil. Lo bueno es que, cuando se arreglen las cosas, si se arreglan y aguantamos, estaremos tan adaptados a la adversidad que todo será pan comido y nos forraremos.
¿Por qué especializada en literatura infantil y juvenil?
Porque es el campo que me permite aunar ilustración, textos y ediciones espectaculares. Esto no tiene por qué ser así, y en otros lugares se puede trabajar desde esa perspectiva para el mundo adulto, pero aquí es muy difícil. De todas formas no me importa, porque en el mundo de lo infanti y juvenil me siento muy a gusto creativamente.
¿Qué peso tiene la ilustración en todo el proceso, es determinante en cada libro, una forma de enganchar a los lectores?
La ilustración es, es verdad, un buen reclamo comercial, pero es mucho más. En un libro ilustrado de calidad y con ambiciones, el texto y la ilustración trabajan juntos para crear un sentido que va más allá de lo que cada una de las dos artes propone. Es un lenguaje mixto, como el del cómic, que utilizado con talento tiene un alcance, una potencia y una profundidad impresionantes. El libro ilustrado de texto en una página y lámina en otra suele ser redundante y de poco interés. Los grandes libros ilustrados han revuelto los códigos desde hace más de cincuenta años, y es alucinante perderse en sus juegos y efectos de sentido.
¿Hay miedo a que la revolución digital pueda devorar al libro o eso en el terreno infantil no existe?
En el territorio de lo infantil hay una relación con el libro táctil y olfativa. Existe la necesidad del acceso inmediato, del juego manual con el papel… Por supuesto, los dispositivos electrónicos también aportan sus cosas, y no son incompatibles ni antagónicos. Yo tengo un niño de cuatro años que se come (en sentido figurado) los libros y que desde los tres maneja un iPhone perfectamente. Y ninguna de las cosas le quita terreno a la otra.
¿Es cierto o un mito que los niños siempre compran y siempre leen, que es un segmento sin crisis?
Tatanka, mi editorial, nació en medio de la crisis, así que no tenemos cifras de ventas fuera de ella. Pero si hablas con libreros, con distribuidores y con otros editores todos coincidirán en decir que sí, que se vende menos también en este sector.
Tienen un apartado de bilingüismo: ¿hasta qué punto es fundamental ser también educativos? ¿La editorial tiene esa intención desde el principio o es un añadido más a la oferta?
Desde el principio tuvimos claro que íbamos a desarrollar tres líneas: una centrada en la fantasía y las leyendas para chicos mayores, otra más centrada en el álbum infantil y otra en la enseñanza bilingüe. Esta tercera línea viene condicionada por dos razones: el hecho de que pensamos que es una buena oportunidad comercial y la fortuna de contar con Miguel Ángel Martín Mas (un tipo que lo sabe todo del tema) en nuestra “cartera de autores”. Hemos sacado dos títulos que tratan de promover la adquisición de vocabulario de forma divertida y estamos preparando tres más que tienen como objetivo la conciencia fonológica.
Una algo más prosaica: ¿de dónde salió el nombre de Tatanka Books?
Pues mira, para mí es la más poética. ‘Tatanka’ es la palabra que los lakota (una rama de los sioux) usaban para denominar al bisonte. Si elegí este nombre para el proyecto es porque yo, de pequeño, estaba maravillado con una enciclopedia infantil que trataba un montón de temas. La ilustración que más me gustaba mostraba a un bisonte majestuoso sobre una colina y debajo, en letras estilo far west estaba escrito ‘Tatanka’. Había que homenajear a aquella lámina y tratar de capturar aquella emoción para nuestros propios libros. Se puede encontrar toda la información sobre ellos en www.tatankabooks.com