Increíble pero cierto: Shanghái, la mayor ciudad económica del gigante chino y segunda cabeza visible del país, albergará el primer parque temático sobre los cuentos y la vida del mito literario danés.

Resulta que no será ni Dinamarca, ni Alemania, ni Reino Unido, los países donde históricamente más tirón ha tenido siempre la lectura de Hans Christian Andersen, el que albergue un parque temático sobre la prolífica carrera del autor. Será China, que se pliega ante uno de los grandes escritores que ha dado el prolífico norte de Europa. Y lo va a hacer pero ya: será en enero de 2014, con la habitual celeridad china para la construcción, y apenas cuatro años después de haber sido planeado. La noticia se sabía, pero la novedad está en la rapidez con la que han actuado.

La noticia la ha dado el Shanghai Daily, que ha confirmado que el parque tendrá ocho hectáreas se superficie y estará en una ciudad nueva (literalmente han construido otra urbe de cientos de miles de habitantes alrededor de Shangai) de Jiangwan. La idea es que sea un atractivo turístico para la ciudad pero también un polo de atracción para que la nueva clase media china se mude a este barrio residencial que tiene el tamaño de una ciudad europea. Y no estará solo: también en Shanghái se está construyendo también el sexto parque temático Disneyland del mundo, que abrirá en 2015, y que será el segundo de la multinacional estadounidense en China, tras el que abrió en Hong Kong en 2005.

Hans Christian Andersen

El parque contará con atracciones relacionadas con cuentos como ‘La Sirenita’, ‘El patito feo’ y ‘El nuevo traje del emperador’, reveló el director de mercadotecnia de la Compañía de Inversiones en Desarrollos Gujing de Shanghái, Ni Dingzhang, una de las firmas que invirtió en el proyecto, en el distrito shanghainés de Yangpu. No obstante el proyecto sufrió retrasos y luego un gran aceleren: estaba pensado para coincidir con la exposición universal de Shanghai en 2010, pero luego se retrasó por uno de los grandes azotes que sufre China, la corrupción; y de regalo, la crisis económica internacional.

Ambos problemas acabaron por hacer caer a uno de los inversores, hasta que en 2010 un nuevo socio, Gui Longde, invirtió los 200 millones de yuanes que faltaban para completar el parque (24 millones de euros, 32 millones de dólares). Aunque se retrasó el gobierno chino impulsó y ayudó a que el proyecto finalmente saliera adelante para unirse a tantos otros de ocio que hay alrededor de las grandes megalópolis chinas y que son la locomotora económica de la ya que es segunda o tercera economía del mundo.