Soy sexy y ya está. ¿Complejos, en serio? La actriz que más pensamientos impuros provoca en los espectadores de todo el mundo juega con nosotros en ‘Don Jon’.
Marylin. Jane. Kim. Sharon. Vuelve Scarlett. La bomba sexual del cine del siglo XXI ya no esconde su erotismo. Se ríe de él. Los lectores de la revista estadounidense ‘Esquire’ elegían recientemente a Scarlett Johansson como la mujer más sexy del mundo. ¿Cómo se reacciona ante tanto interés masculino? Fácil: “Soy la única mujer que ha ganado el premio dos veces, ¿no? Tengo que darme prisa. Si tienes 28 años y te dedicas al negocio del cine, antes de que te des cuenta te están ofreciendo papeles de madre… Y de repente todo se para, dejas de ser tan sexy”, ironizaba Scarlett Johansson.
¿Para qué negar lo evidente? La niña de ‘El hombre que susurraba a los caballos’ (Robert Redford) (1998) hace mucho tiempo que se nos hizo mayor. Ha perdido, si es que alguna existió, la vergüenza de mostrar su cuerpo y sus generosas curvas y de provocar con sus sensuales labios. Ha asumido que es el actual gran mito erótico del cine. Desde que Sofia Coppola nos descubriera su prematura y sorprendente madurez en ‘Lost in translation’ (2003), Scarlett ha ido despertando cada vez más pensamientos impuros en los espectadores masculinos. Sus carnosos labios brotaban en ‘La joven de la Perla’ (Peter Webber) (2003) como modelo del pintor barroco holandés Johannes Vermeer.
No obstante, fue Woody Allen, con ‘Match point’ (2005), quien cautivó el mito erótico Scarlett. La actriz tenía apenas veinte años cuando rodó la película. Allen, que repitió experiencia en ‘Scoop’ (2006) y ‘Vicky Cristina Barcelona’ (2008), detectó mejor que nadie su potencial sexual. Normal que Jonathan Rhys Meyers perdiera el control tras conocerla en profundidad en la campiña inglesa. Con apenas 160 centímetros y una voz bastante áspera que la ha permitido incluso probar en la música (con dos álbumes, uno con versiones de Tom Waits), su aspecto de pícara muñequita que derrocha sensualidad en cada paso y en casa sonrisa le ha abierto las puertas del cine de par en par. Nos ha cazado. Todos hemos caído a sus pies. ¡Mala!
Allí donde se necesita una actriz que te cautive en un instante, allí se ha plantado Scarlett, bien sea como ayudante de los prestidigitadores Hugh Jackman y Christian Bale en ‘The prestige’ (‘El truco final’) (Christopher Nolan) (2006), ‘babysitter’ de una familia rica en ‘Diario de una niñera’ (Robert Pulcini) (2007) con Chris Evans en el punto de mira, esposa enferma de Matt Damon en ‘Un lugar para soñar’ (Cameron Crowe) (2011) o musa de Hitchcock, interpretando a Janet Leigh, en el biopic sobre el director británico dirigido por Sacha Gervasi y protagonizado por Anthony Hopkins en el pasado año.
El espectador queda inmediatamente prendado de la belleza de Scarlett Johansson. Un magnetismo que la actriz ha asumido como parte esencial de su currículo. ¿Para qué negarlo? En sus últimos proyectos, intensifica su sensualidad. En ‘Under the skin’ (Jonathan Glazer), presentada en el último Festival de Venecia y aún sin fecha comercial de estreno, acoge en su cuerpo a un alienígena mientras recorre Escocia con una furgoneta donde se cepilla sin disimulo a todo lo que se le cruza. Nadie la rechaza, ¡claro! Mientras, en ‘Her’ (Spike Jonze), que se estrenará en diciembre en Estados Unidos, seduce con su voz a Joaquin Phoenix.
Pero, aunque muchos no lo crean, hay quien se cansa de tenerla a su lado. Scarlett Johansson se mofa de su fama de bomba sexual en ‘Don Jon’. La película ha llegado en este Puente de Todos los Santos a la cartelera española con una Scarlett bien ‘vivita’ calentando al público masculino… Ante nuestra indignación, Joseph Gordon Levitt, que dirige, escribe y protagoniza la película, no puede, ni siquiera con ella, sentirse atraído y dominado por el ‘porno’. En su ópera primera, Gordon Levitt termina rechazando a una deliberadamente voluptuosa Scarlett Johansson. El ‘porno’ que le ofrece su ordenador gana la batalla. ¿En qué estás pensando Joseph Gordon?
La pelirroja Julianne Moore, que en ‘Boogie Nights’ (Paul Thomas Anderson) (1997) ya demostró dominar muy bien esto del porno, saldrá en su ayuda para corregir este espinoso tema de preferir el ‘porno’ a acostarse con su novia Scarlett Johansson. Una delirante comedia, que se corta muy poquito, en la que Joseph Gordon Lewitt nos vacila con su sexualidad y Scarlett Johansson con su etiqueta de mito erótico del cine del siglo XXI. No me creo que muchos espectadores prefieran una sesión de ‘porno’ por ordenador a morder esos sabrosos labios rojos de Scarlett. Don Jon, pese a su fama de conquistador, sí.
“Cuando uno está ocupado comparando su vida real con simples fantasías en una pantalla, nunca vas a estar contento. Pensé que contar la relación entre un joven que mira demasiada pornografía y una joven que mira demasiadas comedias románticas de Hollywood sería una forma divertida de hablar de estas cosas”, explica Joseph Gordon Lewitt. Que esté tranquila Scarlett Johansson que no tendrá problemas reales para que muchos espectadores de todo el mundo prefieran ir a verla en el cine antes que ver ‘porno’ en su ordenador. No somos ‘Don Jon’.