Santa Cruz de Tenerife disfrutará al aire libre de lo mejor del escultor británico Henry Moore hasta el 1 de diciembre.

Una gran exposición al aire libre de siete bronces de la etapa tardía de Henry Moore están ya distribuidos por plazas de la capital de Tenerife hasta el arranque de diciembre. La exposición viajará luego a Las Palmas de Gran Canaria, Valencia, Bilbao y Sevilla. La muestra se enmarca dentro del programa de ‘Arte en la calle’ de la Obra Social La Caixa, no tiene precedentes en España. “Es un evento único en su género y creo que Moore estaría muy satisfecho de ver sus esculturas en un entorno urbano”, señaló la jefa de Colecciones y Exposiciones de la Fundación Henry Moore, Anita Feldman.

Una de las obsesiones de Moore eran las posiciones reclinadas de recogimiento y serenidad, como una de ellas que aparenta ser la madre que protege al hijo; en otras fusiona el cuerpo humano con las formas rocosas y el paisaje y de esta forma, convierte rodillas y pechos en montañas. En el catálogo figura ‘Gran figura de pie: filo de cuchillo’ (1976), que evoca a la ‘Victoria alada de Samotracia’.

Henry Moore en su estudio con una de sus obras

La muestra recupera la vinculación de Moore con España, país que visitó en 1934 y cuyo conflicto bélico posterior le conmocionó hasta tal punto que le inspiró su primera litografía, ‘Prisionero español’ al pasar Moore por los campos de refugiados en el lado francés de los Pirineos. Tuvo incluso ocasión de conocer a Picasso mientras pintaba el Guernica. Según sus herederos institucionales, el arte español le influyó positivamente en su carrera.

La muestra de Moore llega a Tenerife en un momento crucial para la historia cultural de una ciudad  que celebra el 40 aniversario de la Exposición de esculturas al aire libre; una iniciativa pionera en España que se desarrolló en las calles de Santa Cruz de Tenerife entre diciembre y enero de 1974, un hito que incluyó piezas de Joan Miró, Martín Chirino, Pablo Margallo u Óscar Domínguez. Un recuerdo muy particular es que Moore legó a la ciudad ‘Guerrero de Goslar’ (1977), que quedó perenne en la Rambla de Santa Cruz (foto de portada).

 

Varias de las piezas de la exposición