La obra de Beatriz González (Bucaramanga, 1938), considerada una de las figuras más influyentes de la escena artística colombiana, ocupa un lugar único dentro de la historia del arte latinoamericano, no solo como pionera del arte pop, sino también, y casi  sin proponérselo, como una incisiva y lúcida cronista de la historia reciente de Colombia. Del 22 marzo al 2 septiembre en el Palacio de Velázquez, Parque del Retiro.

Foto de portada: ‘Zócalo de la comedia’ (1983) – Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid

Partiendo de la cita anónima “el arte cuenta lo que la historia no puede contar”, que como nos explica la propia artista suele utilizar muy a menudo, la obra de González se articula en torno a la cuestión de la memoria. Pero no recurre a la memoria como una coartada nostálgica, todo lo contrario, su trabajo está estrechamente ligado al presente. Su obra se inspira en los medios de masas que pone en diálogo con las narrativas populares y la pintura formal; o se apropia de fotografías reproducidas en prensa para reinterpretarlas mediante el dibujo, la pintura, la gráfica y la escultura. A diferencia de las versiones más ortodoxas del pop, Beatriz González no celebra la superficialidad, sino que escarba en lo más profundo de la sociedad para mostrar su dimensión irreal, grotesca y casi mitológica.

Además de su dilatada carrera artística, González ha desarrollado en paralelo una importante labor tanto curatorial como de índole teórica y pedagógica. A través de los proyectos expositivos y de investigación que ha impulsado en instituciones como el Museo Nacional de Colombia, la Biblioteca Luis Angel Arango o el Museo de Arte Moderno de Bogotá, donde fue nombraba a mediados de 1970 directora del departamento de educación, ha ejercido una notable influencia en un gran número de artistas, críticos y curadores colombianos.

Beatriz González ha producido un extenso corpus en pintura, escultura y grabado, en el que retrata desde comienzos de 1960 hasta hoy las contradicciones de la sociedad colombiana. El gusto popular, la violencia implacable, la corrupción de la vida política y el humor amargo y sarcástico como respuesta al poder han sido los grandes temas de su obra. Esta “artesana del pop”, como la denominara la crítica de arte argentina Marta Traba, explora el imaginario colectivo de una nación según aparece en los medios de masas, pintando temas publicados en la prensa y trabajando a partir de adaptaciones de grandes referentes de la historia del arte, de Goya a Picasso, pasando por Brueghel, Vermeer o Manet.

‘El zócalo de la tragedia’

González ha hecho tomar conciencia de la necesidad de concebir el museo y la exposición como un espacio de transmisión de conocimiento (no como un mero lugar de exhibición), y de ver al público como un interlocutor activo con el que hay que establecer un dialogo lo más directo y abierto posible. Esta muestra, comisariada por María Inés Rodríguez y coorganizada con el CAPC musée d’art contemporain de Bordeaux y el KW Institute for Contemporary Art de Berlín, presenta una selección aproximada de 150 obras, que recogen los casi sesenta años de trayectoria de esta artista.

Actividades paralelas a la exposición

Con motivo de la exposición que el Museo le dedica, se presenta la proyección del documental ‘Beatriz González. ¿Por qué llora si ya reí?’ (22 y 24 marzo, 2018 – 19:00 h / Edificio Sabatini, Auditorio), del cineasta Diego García-Moreno, a la que el 22 de marzo seguirá un coloquio con la artista, comisaria de proyectos expositivos y pedagoga. El documental recoge la intervención Auras anónimas (2009), en la que Beatriz González cubre las ocho mil criptas vacías del Cementerio Central de Bogotá, conocido popularmente como Columbario, con siluetas de “cargueros”, soldados que portaban muertos en plásticos, redes, hamacas, etc., cuyas imágenes aparecían recurrentemente en la prensa de la época.

A la vez, el seguimiento de su proceso de trabajo durante tres años busca responder a la pregunta que da título a la película: qué pasó con la ironía tragicómica de Beatriz González, en qué momento la gravedad y el fatalismo reemplazaron al vitalismo de quien tantas veces hizo reír a un país, mostrando, en sus propias palabras, “la alegría del subdesarrollo”. Esa pregunta sirve para explorar medio siglo de la historia de Colombia a través del conjunto de la obra de Beatriz González.

Programa

22 de marzo – 19:00 h. Proyección del documental y coloquio con la artista

24 de marzo – 19:00 h. Proyección del documental