Como dos gotas de agua: ‘jOBS’ podrá funcionar o no, pero lo cierto es que Ashton Kutcher ha conseguido lo más difícil visualmente en el biopic sobre Steve Jobs, y es parecerse a él. 

La estrella de televisión y de los tabloides intenta crecer como actor más allá de la comedia y las series con las que ha cimentado su fortuna; Kutcher también es uno de esos inversores privados en Silicon Valley que más y mejor ha sabido invertir en las compañías de tecnología y servicios en internet. Fama, fortuna, pero no respeto. Quizás por eso, y por su parecido con el joven Steve, se ha subido al carro de este biopic presentado hace dos días en el festival de Sundance y del que ya hay un primer vídeo.

 

La película se estrenará el 19 de abril en EEUU, casi año y medio más tarde de la muerte de Jobs, un final que dejó desamparados a millones de fans y de tecnófilos de la manzana mordida más famosa del mundo. Hollywood se ha dado prisa para recrear a su manera la vida de uno de los mayores genios del marketing y el diseño empresarial; más que un genio informático, que no lo era, Steve Jobs fue un visionario que supo mover a la gente adecuada hacia un diseño visual y funcional que es enteramente responsabilidad suya.

La película relata los momentos claves en la historia de Jobs, empezando por el famoso garaje de 1971 en el que se creó Apple hasta el año 2000, cuando la compañía estaba a punto de dar el salto adelante tras el regreso triunfal de Jobs a los mandos de la compañía; justo antes de que empezara la revolución con los nuevos Mac, el iPod y el primer iPhone algo más tarde.