El Festival de Cannes lleva dos días de rodaje y después de que Wes Anderson abriera la parte oficial le llegó el turno a los europeos, y más concretamente el mundo francófono.Marion Cotillard, a medio camino entre Francia y Hollywood, ha vuelto a su lengua materna con ‘De rouille et d’os’, donde destaca para la prensa especializada su compañero, el belga Matthias Schoenaerts. Veterano de la pequeña industria del cine belga, es un novato treintañero para los medios. Su creciente éxito podría llevarlo a EEUU, quizás con la alargada sombra del aclamado Jean Dujardin, que era poco conocido fuera de Francia hasta que el estreno en Cannes el año pasado de ‘The Artist’ lo catapultó a la fama mundial y lo llevó a ganar el Oscar al mejor actor.
Schoenaerts interpreta a Ali, un chico grande y brusco que se hace amigo de una empleada de Marineland llamada Stephanie, interpretada por la ganadora del Oscar Cotillard, después de que ella pierda sus piernas en un accidente de trabajo. Abatido por su suerte -duerme con su hijo de 5 años en el garaje de su hermana en la costa del sur de Francia-, Ali apenas sobrevive antes de tomar la decisión brutal pero lucrativa de meterse a boxear para conseguir dinero extra. Una historia ya explotada por el cine de los años 40 y 50 en EEUU (el mundo del boxeo y la lucha por la supervivencia) pero relativamente desconocida en Europa (salvo por la inmensa ‘The Boxer’).
Al final de la proyección se produjo un caluroso aplauso de los críticos; no se sabe bien si por ser francesa (en todos lados hay nacionalismo) o porque realmente es buena, pero ha tenido todo un espaldarazo. Cotillard comparó a su compañero de reparto con estrellas de la talla de Leonardo DiCaprio y Daniel Day-Lewis, mientras que una crítica online hacía comparaciones entre Schoenaerts y la emergente estrella británica Tom Hardy, al que veremos en el tercer Batman de Christopher Nolan.