Más de 5.500 españoles solo pudieron abandonar los campos de la muerte de Hitler a través de las chimeneas de los siniestros crematorios, convertidos en humo y cenizas. La historia de todos ellos fue enterrada por el franquismo y olvidada después, hasta que en este siglo, poco a poco, se ha recuperado. Uno de esos trabajos fueron los mensajes de la cuenta @deportado4443, que ahora se han ilustrado en formato cómic con Ediciones B.

Ediciones B publica esta obra de 256 páginas realizada por el dibujante Ioannes Ensis y el periodista Carlos Hernández de Miguel, autor de ‘Los últimos españoles de Mauthausen’. Su publicación coincidió con el 72º aniversario de la liberación de Mauthausen, el campo de los españoles, que se conmemorará el 5 de mayo. Entre enero y mayo de 2015, Antonio Hernández Marín se convirtió en @deportado4443. Aunque a día de hoy @deportado4443 sigue difundiendo noticias, el grueso de “su trabajo” finalizó en mayo de 2015, cuando concluyó el relato de su cautiverio. Le siguieron más de 50.000 personas.

Fue entonces cuando el ilustrador Ioannes Ensis, que seguía esa misma cuenta, se puso en contacto con Carlos Hernández de Miguel para ilustrar esos mensajes y recuerdos, para evitar que cayeron en el olvido. Esta obra ilustrada es un trabajo hecho desde el más absoluto rigor histórico, sin margen alguno para la invención, el reflejo de la cruda realidad que vivieron esos deportados. Se respetó el relato original, aunque se redujo el número de tuits y algunos fueron reconstruidos para poder adaptarlos al formato gráfico. Ioannes ha ilustrado cada mensaje tras un estricto proceso de documentación y siempre asesorado por un grupo de expertos formado por historiadores y dibujantes.

A través de su relato conocimos la tragedia olvidada de los más de 9.300 españoles y españolas que sufrieron el peor de los infiernos creado por el ser humano: los campos de la muerte de Hitler. Dos tercios de ellos, 5.500 hombres y mujeres, nacidos en ciudades y pueblos esparcidos por toda la geografía de nuestro país, perecieron entre las alambradas de Buchenwald, Dachau, Ravensbrück, Auschwitz y, especialmente, Mauthausen. La tristemente célebre “cantera de Mauthausen” que los prisioneros tenían que ascender cargados con bloques de granito de hasta 50 kilos de peso, el crematorio, las cámaras de gas, el hambre… todo ha quedado plasmado en las 256 páginas de ‘Deportado 4443’.

En sus ilustraciones encontramos personajes reales, prisioneros españoles cuyas historias conocemos gracias a sus propios relatos o al testimonio de sus compañeros supervivientes; empezando por los dos narradores: el murciano Antonio Hernández Marín y el albaceteño Antonio Cebrián Calero. Tal y como ocurrió en Twitter, ellos son los que nos introducen en el horror nazi. Antonio Hernández logró sobrevivir a cuatro años y medio de cautiverio en Mauthausen. Su gran amigo, Antonio Cebrián, no tuvo tanta suerte.

Junto a ellos, resucitan en las ilustraciones historias como la del barcelonés Francesc Boix, el fotógrafo de Mauthausen y responsable máximo del robo de los negativos que probaban los crímenes cometidos por los SS y que acabarían siendo utilizados en los juicios de Núremberg contra los máximos dirigentes de la Alemania nazi; o el drama de José Alcubierre y Cristóbal Soriano que no lograron evitar que los nazis asesinaran a su padre y a su hermano, respectivamente; o la fuga del murciano Antonio Velasco y otros dos españoles de uno de los grupos de trabajo del campo; o situaciones tan desoladoras como la que tuvo que soportar el cordobés Juan Romero, encargado de recoger las ropas de los grupos de judíos que iban a la cámara de gas.