El Museo Thyssen-Bornemisza combinará en 2015 dos exposiciones sobre dos figuras del arte francés que vivieron y crearon en el filo de la primera mitad del siglo XX, Raoul Dufy por un lado y Paul Delvaux por el otro.

El museo madrileño expondrá del 17 de febrero al 17 de mayo una gran retrospectiva dedicada a Raoul Dufy (1877-1953), uno de los grandes del fauvismo, del diseño gráfico y textil de Francia, que intentará ofrecer una imagen global del mismo. Y del 24 de febrero al 7 de junio ocurrirá lo mismo con el pintor surrealista belga Paul Delvaux (1897-1994) con una selección de obras del Museo de Bruselas, que colecciones privadas y de otros museos. Una doble apuesta que completará la oferta del museo para este año, que tiene en la gran exposición sobre Munch y varias combinadas de fotografía su baza para mantener su estatus de pinacoteca imprescindible en Europa.

Raoul Dufy ha crecido a medida que pasaba el tiempo y el mundo del arte ha retrocedido para ver su importancia e influencia a lo largo del siglo XX y en la actualidad. Un proceso de revalorización progresivo que ya tuvo en 2003 en el Thyssen un primer paso con el 50º aniversario de su fallecimiento con una exposición. En ese año también se compraron varias piezas para la colección Carmen Thyssen-Bornemisza. No obstante Dufy apenas ha tenido repercusión en España. Para paliar ese vacío el museo propondrá una relectura de su obra a partir de una visión doble: el hedonismo que le caracterizó artísticamente y la vertiente más íntima y menos frívola.

Raoul Dufy

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Raoul Dufy y algunas de sus obras

El comisario de la muestra, Juan Ángel López-Manzanares, aborda cuestiones poco estudiadas de su producción, como el progresivo alejamiento del punto de vista en sus obras, la síntesis de lo cotidiano con lo pastoral, el distanciamiento sentimental de sus paisajes y la importancia, cada vez mayor en sus obras finales, de ámbitos privados del artista. Un proceso de introspección que fue parejo a su carrera artística. Esta selección incluye su trabajo para el ‘Bestiario’ de Apollinaire.

El otro creador del año es el belga Paul Delvaux, que casi llega a ser centenario (1897-1994) y que abarcó un siglo entero de vaivenes, crisis y revoluciones, épocas doradas y decepciones para Europa. Está presente en la colección permanente con obras como ‘Mujer ante el espejo’ (1936) y ‘El viaducto’ (1963) y fue uno de los surrealistas franceses después de practicar con el expresionismo. Experimentó la influencia de Magritte y Giorgio de Chirico.

El mundo de Delvaux tiene un inconfundible carácter onírico. Sus figuras femeninas vagan como sonámbulas por escenarios nocturnos, convertidas en el icono de su mundo personal, donde frialdad y erotismo se entrelazan, enajenando a las propias mujeres en las obras. La exposición se realiza en colaboración con el Musée d’Ixelles, e incluye más de 50 obras de diferentes orígenes. Recorre cinco grandes temas de la iconografía de Delvaux entre Eros y Tánatos: la Venus yacente; la obsesión por el doble de nosotros mismos; las arquitecturas clásicas y modernas, como las estaciones de ferrocarril; y finalmente la Danza de la Muerte.

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Paul Delvaux y varias de sus obras