Esta exposición en el CCCB explora el impacto del filósofo Ramon Llull (1232-1316) en las artes, la literatura, la ciencia y la tecnología. La actualidad de esta figura controvertida, admirada y rechazada, adquiere un nuevo significado en el actual debate sobre los modelos de transmisión del saber.
“Todo filósofo puede ser un buen mecánico”. El método de conocimiento inventado por Llull, conocido como ars combinatoria, representa un complejo mecanismo de figuras geométricas y símbolos que combinan letras y conceptos, y se anuncia como un nuevo saber con pretensiones universales. El uso de este mecanismo, que proponía la unidad de los distintos saberes de la época, debía conducir, mediante la razón, la demostración y el diálogo, a la paz entre las religiones. Llull buscó un modelo complejo de realidad en el que, como en una gran red, estuvieran implicados el mundo, el hombre y Dios.
Combinando la documentación histórica y las miradas más recientes de artistas que se han inspirado en la obra de Llull, como David Link, Ralf Baecker y Perejaume, la exposición da a conocer aspectos sorprendentes y desconocidos de su pensamiento, y propone entender el ars combinatoria como un precedente de las nuevas tecnologías de la información.
Filósofo, místico y visionario
Los mundos de Ramon Llull son muy ricos y variados: el suyo era un mundo a la vez catalán, europeo y mediterráneo; escribió más de 250 libros, en catalán, latín y árabe; viajó por Oriente y Occidente; buscó un modelo de conocimiento que integrara a Dios, hombre y mundo; fomentó el diálogo entre judíos, cristianos y musulmanes, pero también entre cristianos latinos y griegos. Su pensamiento es heredero de la filosofía griega, judía y árabe y del neoplatonismo cristiano.
Su concepción de la realidad está formada por la intersección de filosofía, teología, ciencia y política; el sistema de pensamiento que creó, conocido como Ars magna, interrelaciona todas las disciplinas del conocimiento de su tiempo (astronomía, filosofía, teología, lógica, medicina, derecho…), y el lenguaje que utilizó para expresar todo esto, el ars combinatoria, es el mejor ejemplo de cómo poner en relación cosas distintas. Según la leyenda, murió por sus ideas.