El pasado febrero llegaba a España una auténtica patada en el orden patriarcal, entendido como la degradación de la mujer. Más que una novela gráfica reivindicativa, ‘Bitch Planet’ (Astiberri) es una pataleta bien diseñada y mejor pensada, una inversión de la virulencia masculina a favor de las mujeres creada por Kelly Sue DeConnick.
La autora norteamericana, con la creatividad al dibujo de Valentine De Landro, reimagina un feminismo salvaje y aguerrido en esta distopía satírica que denuncia el sexismo institucional, el racismo y el fundamentalismo de la sociedad estadounidense, mucho menos alejada de la europea de lo que a los europeos les gustaría averiguar. Y sólo es el primer volumen; vendrán más. ‘Bitch Planet’, con Valentine De Landro, se estrenó con críticas favorables en diciembre de 2014, dos años antes de que la suma del sexismo y el racismo del país, Donald Trump, ganara las elecciones. Toda una premonición sobre esta obra, en la que todo eso, más el fundamentalismo religioso, son en realidad los pilares del propio país.
‘Bitch Planet’ es el fruto de un proyecto apasionado, audaz y subversivo cocreado por la guionista Kelly Sue DeConnick (‘Bella Muerte’) y el dibujante Valentine De Landro. La forma en que han imaginado los personajes principales consigue hacer de ellos individuos complejos y convertirlos en símbolos del modo en que las mujeres son minusvaloradas en nuestra sociedad. Todo arranca en un futuro desgraciado en el que la Tierra es gobernada por el Protectorado, un patriarcado que combina los peores elementos del predominio cristiano y la oligarquía corporativa. Bajo el dominio del Consejo de Padres las vidas de las mujeres están rígidamente condicionadas y los ciudadanos son adoctrinados en retrógrados roles sexuales por el sistema educativo y los medios.
Los hombres son pacificados con pan y circo, pero, para las mujeres que no aceptan el lugar que les corresponde en la sociedad, la única opción es el exilio. Las mujeres consideradas NC (no conformes), las que no se resignan al papel de florero, las que no se resignan a ser propiedad de su padre o de su marido, las demasiado independientes sexualmente, las demasiado obstinadas o demasiado lo-que-sea, son enviadas al Puesto de Conformidad Auxiliar, también conocido como el Planeta de las Zorras, una colonia penal en un planeta lejano.
Kelly Sue DeConnick (Ohio, 1970) empezó en la industria del cómic adaptando cómics japoneses y coreanos al inglés. Cinco años y más de diez mil páginas después, hizo la transición al cómic americano con ‘30 Days of Night. Eben and Stella’, para Steve Niles e IDW. Poco después llegó el trabajo para Image, Boom, Oni, Humanoids, Dark Horse, DC, Vertigo y Marvel. Hoy, DeConnick es conocida principalmente por éxitos sorpresa como el relanzamiento de Carol Danvers como Capitana Marvel y el western mitológico nominado a los Eisner ‘Bella Muerte’ (de los que hasta la fecha Astiberri ha editado los dos primeros tomos en 2014 y 2016, respectivamente): este último fue cocreado con su amiga y colaboradora desde tiempo atrás, la dibujante Emma Ríos. DeConnick vive en Portland (Oregón), con su marido, Matt Fraction, y sus dos hijos.
Valentine De Landro. Después de trabajar como ayudante artístico en Dark Horse Comics (a través del estudio con sede en Toronto Bright Anvil), Marvel le dio varios números de ‘Marvel Age Spiderman’, ‘Marvel Knights 4’ y ‘X-Factor’ para que hiciera el dibujo a lápiz. Desarrollar y cocrear ‘Bitch Planet’ con Kelly Sue DeConnick ha cambiado el rumbo de su carrera. Le han dicho que las críticas son excelentes, pero no las lee. De Landro vive al este de Toronto (Ontario) con su esposa, Maya, y sus dos hijos.