José Coronado experimenta las consecuencias del odio. Dirige Luis Marías: “Es la primera película que aborda el futuro de la convivencia en el País Vasco”.
Tres años han pasado. ETA anunció el 20 de octubre de 2011 el cese definitivo de la actividad armada. Una noticia largamente esperada. Comenzaba una nueva etapa con un enorme y necesario reto: la convivencia en Euskadi. El cambio de escenario ha llegado al cine español que hasta hace muy poco (no hay más que recordar la mayúscula polémica que envolvió en 2003 el estreno del documental ‘La Pelota Vasca: La Piel contra la Piedra, de Julio Medem, en el Festival de San Sebastián) pasaba de puntillas sobre el conflicto vasco y la violencia de ETA. En cierto modo, aquel documental de Medem, vilipendiado desde ambos extremos en Euskadi, marcó el camino de lo que hoy está ocurriendo en las calles del País Vasco: aprender a convivir.
El cine está aportando su granito de arena. “Son otros tiempos y hay una mayor tranquilidad y madurez en la sociedad”, aplaudía José Luis Rebordinos, director del Festival de San Sebastián, hace un par de meses. La última edición no ha sido ajena al nuevo contexto. La Sección Oficial contó con la proyección de ‘Lasa y Zabala’ (Pablo Malo), sobre el episodio más conocido de la guerra sucia contra ETA con el asesinato de dos etarras a manos del GAL, y ‘Negociador’ (Borja Cobeaga), una valiente comedia sobre las conversaciones entre el Gobierno y la banda terrorista. ‘Lasa y Zabala’ se estrenó en octubre con una fría respuesta del público mientras que ‘Negociador’ lo hará en el próximo mes de marzo con mejores perspectivas. Cobeaga (co-creador del programa ‘Vaya Semanita’ de la ETB) es un valor seguro.
‘Lasa y Zabala’ y ‘Negociador’ no son dos excepciones. Solo en el último año, ETA y el conflicto vasco se han abordado en documentales como ‘Asier y Yo’ (Aitor Merino), ‘De Echevarria hasta Etxeberria’ (Ander Iriarte) y ‘1980’ (Iñaki Arteta) y cintas de ficción como ‘Los Huérfanos’ (Ernesto del Río), ‘Lejos del Mar’ (Imanol Uribe), actualmente en rodaje, e incluso ‘Ocho Apellidos Vascos’ (Emilio Martínez Lázaro). Este viernes es el turno de ‘Fuego’, producción de Tornasol Films, Historias del Tío Luis, Fausto Producciones y Euskadi Movie AIE con la participación de Euskal Telebista y la Televisió de Catalunya y con el apoyo del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, del Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco y del Ayuntamiento de Bilbao.
“Es la primera película que aborda el futuro de la convivencia en el País Vasco”, define el director bilbaíno Luis Marías. ‘Fuego’ es su segundo largometraje tras el infravalorado thriller ‘X’ (2002), con Antonio Resines, Esperanza Roy, María Adánez y Manuel Galiana. Marías, que ganó un Goya al Mejor Guion Adaptado por ‘Mensaka’ (1998), se acerca al conflicto vasco en un momento clave. ‘Fuego’, que se estrenó el pasado sábado en el Festival de Gijón, cuenta con la aprobación y “hasta el entusiasmo” de la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco que ha valorado la película “como muy útil para la convivencia futura ahora que el terrorismo de ETA parece que, afortunadamente, ha llegado a su fin”, ha subrayado Marías.
José Coronado interpreta al duodécimo policía de su carrera. Un coche bomba acaba con la vida de su mujer y causa gravísimas heridas a su hija de diez años que pierde ambas piernas. Han pasado once años. Carlos (José Coronado) ha cambiado de ciudad (vive en Barcelona) y de trabajo (se ha pasado a la seguridad privada). Pero el dolor sigue intacto. Y no solo el dolor, también el odio y un fuerte deseo de venganza sobre la familia del etarra que cambió para siempre su vida. Coronado está acompañado por Aida Folch (su hija en ‘Fuego’), Leyre Berrocal (la esposa del etarra) y Gorka Zufiaurre (el hijo con Síndrome de Down del terrorista).
“La venganza es el punto de partida, pero habla sobre las consecuencias que tiene un acto violento (…). El fuego empieza con una llama que prende y no la puedes dirigir, no la puedes controlar y se puede volver perfectamente contra ti, contra tu entorno, tus familiares… Esa es un poco la idea de la película, no trata sobre la venganza, sino sobre las consecuencias del odio”, resume Marías en una entrevista en la web del Festival de Gijón.
“Carlos (Coronado) piensa que su asesino está en la cárcel y, por tanto, su mujer será una bruja odiosa y su hijo tendrá cuernos y rabo, pero se encuentra con gente que, de manera muy diferente, también ha sufrido las consecuencias de aquel atentado. El espectador puede entender fácilmente que debe ser muy duro ser la mujer de alguien que ha matado a ocho personas y el hijo, con síndrome de Down, que no sabe lo que ha hecho su padre y lo descubre (…). En Carlos, hay dos personas, una que quiere venganza y otra que quiere curarse, que no quiere hacer daño. El interés de la película está en mostrar esas dos caras: esos dos Carlos y el pulso que mantienen”, apunta el director de ‘Fuego’, rodada en los pasados meses de marzo y abril en localizaciones de Bilbao, Lekeitio, Bermeo, Gatika y Gorlitz.
‘Fuego’ es una producción “arriesgada, una película dura pero que, por suerte, hoy podemos contar intentando no herir susceptibilidades”, agradece Coronado. ‘Fuego’ supone una nueva oportunidad para que el actor madrileño demuestre sus dotes como ‘duro’ policía y, además, una aproximación al conflicto vasco, algo que no es inédito en su carrera. En ‘Todos Estamos Invitados’ (2007), de Manuel Gutiérrez Aragón, Coronado interpretó a un profesor universitario (Xabier Legazpi) amenazado por ETA. Combatió a la banda terrorista en ‘El Lobo’ (Miguel Courtois, 2004) y ‘GAL’ (Miguel Courtois, 2006).
En ‘Fuego’, explora otra perspectiva más actual del conflicto: el reto de la convivencia, la reparación de las heridas. “Es una película que te toca y te afecta. Espero que haga reflexionar a todo el mundo, a mí me ha hecho mejor y más tolerante”. Para Coronado, la violencia en Euskadi ha dejado “muchas heridas abiertas”, aunque “se está empezando a superar el problema con tolerancia”. El dilema que se le presenta a su personaje, plasmar ese odio en una venganza hacia la familia del causante de su dolor, no es muy distinto del que pasa o ha pasado por la cabeza de muchas víctimas del terrorismo. Es momento, no obstante, de tender puentes hacia la convivencia.
‘Fuego’ “habla de las consecuencias de la violencia y del odio. Y del dolor que provocan. Ambos son como el fuego, virulentos, destructivos e imposibles de controlar. Afectan sobre todo a quien sufre esa violencia, también a sus seres queridos. Pero también a quienes ejercen esa violencia y a los suyos. Todo lo que toca el odio, arde. Como el fuego”, argumenta Luis Marías que intentó, sin suerte, analizar el conflicto vasco en una película previa hace doce años:
“Presenté a una importante productora de Madrid un proyecto algo distinto a ‘Fuego’, una comedia que algo tenía que ver con ETA. En ese momento me señalaron el arco de seguridad que tenían en la puerta y me dijeron que mejor les ofreciera otro proyecto. Eso sí que ha cambiado, yo creo que ahora no hay mayor problema en plantear este tipo de películas. Lo peor que puede pasar es que no te guste, pero esto no es una pistola cargada, es una película”, concluye Luis Marías sobre ‘Fuego’, la primera película sobre el futuro de la convivencia en Euskadi.
FICHA TÉCNICA DE ‘FUEGO’:
Dirección y guion: Luis Marías. País: España. Año: 2014. Duración: 103 minutos. Género: Thriller. Reparto: José Coronado (Carlos), Aida Folch (Alba), Leyre Berrocal (Oihana), Montse Mostaza (Marina), Jaime Adalid (Mariusz) y Gorka Zufiaurre (Aritz). Producción ejecutiva: Eduardo Carneros. Producción: Gerardo Herrero, Javier López Blanco, Luis Marías y Ramón Vidal. Fotografía: Pau Monràs. Música: Aritz Villodas. Montaje: Ainara López Bermejo. Director artística: Guillermo Llaguno. Vestuario: Azegiñe Urigoitia. Distribuidora: Syldavia Cinema.