Alfonso Cuarón, con la colaboración de su hijo Jonás en el guion, narra una aventura espacial en 3D emocionante, intrigante y visualmente desbordante.

A 600 kilómetros sobre la Tierra. La vista te deja sin aliento. No te sueltes. ‘Gravity’, que se estrena este viernes en los cines españoles, se ha ganado a pulso, tras un exitoso paso por los festivales de Venecia (inauguró el certamen), Telluride (Estados Unidos), Toronto, San Sebastián y Zurich, un hueco en la historia del cine. El director mexicano Alfonso Cuarón (México DF, 1961), con la colaboración de su hijo, Jonás, en el guion, ha rodado el gran clásico moderno de la ciencia ficción. Desbordante en lo técnico e intenso en una narración que justifica como pocas el uso del 3D.

“El 3D no es difícil, solo tienes que honrarlo. Hemos abusado demasiado y eso se ve en muchas películas que simplemente no están articuladas ni pensadas para ser filmadas en 3D. Éste simplemente se añade a posteriori con fines puramente comerciales (…). A lo que voy es que no están peleados el cine y el 3D, pero siempre que éste se utilice como herramienta y no como finalidad: lo malo es cuando la finalidad acaba siendo el efecto visual, y eso está pasando demasiadas veces”, explicaba el director mexicano en ‘El País’ durante la presentación de ‘Gravity’ en el Festival de San Sebastián.

“Creo que, a final de cuentas, sí se puede ver en otros formatos pero se va a perder un porcentaje de la experiencia. No me refiero al tamaño de la pantalla, o al 3D, sino al sistema de sonido: es una película donde los ‘surrounds’ tienen un aspecto dinámico”, añade Cuarón (con ‘Y tu mamá también’ y ‘Harry Potter y el prisionero de Azkabán’ como grandes hitos de su carrera) que llevaba siete años sin estrenar una película. Su último trabajo, ‘Hijos de los hombres’, también estaba ambientado en el universo.

‘Gravity’, con un presupuesto de 80 millones de dólares, es una película para ir al cine, sentarse en la butaca, olvidarse de cualquier otro elemento (tu acompañante, tu refresco, tus palomitas…, tu reloj) y sumergirte en el espacio en su integridad. Cuarón te introduce con suavidad en la hermosa inmensidad del universo con un espectacular plano secuencia, uno de los distintivos de la filmografía del director mexicano, de más de un cuarto de hora.

La historia, sin carecer de interés, está supeditada a ese fondo negro, inabarcable, grandioso y, al mismo tiempo, hostil. Con la presencia física de dos únicos actores, Sandra Bullock (en el papel de su vida) y George Clooney, Cuarón narra mucho más que una trama de supervivencia en el espacio. Bullock, una novata ingeniera médica, y Clooney, un veterano astronauta con un gran sentido del humor, sufren un grave accidente cuando están reparando el telescopio Hubble.

Una lluvia de basura espacial destruye el trasbordador y deja a ambos ‘tirados’ en la grandilocuencia del espacio. Comienza así una carrera por la supervivencia en la que Sandra Bullock, que mejora con los años, sobrecoge. El 3D, en esta ocasión, no es un simple artificio para encarecer las entradas sino que permite un desbordante espectáculo visual para recrear uno de los escenarios más majestuosos para bien, y para mal: el espacio.

Cuarón ha citado a filmes, aparentemente, tan diferentes a ‘Gravity’ como ‘Un condenado a muerte se ha escapado’ (Robert Bresson) (1956) y ‘El diablo sobre ruedas’ (Steven Spielberg) (1971) como referentes. Películas sin apenas diálogos. Alfonso Cuarón y su hijo Jonás destacan de ‘El diablo sobre ruedas’ “esa persecución constante, algo que no puedes quitarte de encima y que, al final, adquiere tonos existenciales sin ser nunca explícito. En la obra maestra de Bresson esa idea de que los muros son más metafísicos que puramente físicos que el protagonista tiene que trascender para llegar al final…”.

La crítica internacional no ha escatimado elogios. “A la vez la película más realista y bellamente coreografiada ambientada en el espacio. ‘Gravity’ es una historia de supervivencia espeluznante. No es en absoluto una película de ciencia ficción en el sentido convencional. La película de Alfonso Cuarón no tiene extraterrestres, batallas o naves especiales. Es solo el espectáculo íntimo de un hombre y una mujer que tratan de hacer frente al ambiente más hostil posible”, resalta The Hollywood Reporter.

Variety subraya, por su parte, que “Gravity ofrece en grandes cantidades ese tipo de espectáculo que llena la pantalla y te impide parpadear, y que merece ser visto en el cine. Es una película que te hace preguntarte: ‘¿Cómo han hecho eso?’ o incluso ‘¿Por qué nadie lo había hecho antes?’. La respuesta a ambas preguntas es que Cuarón, junto a Lubbezki (director de fotografía) y Tim Webber (efectos especiales), han llevado la tecnología al límite para contar esta historia con una verosimilitud impecable y una claridad visual fascinante. En algún lugar, uno se imagina a los espíritus de Stanley Kubrick y Max Ophuls admirando este trabajo”.

Cuarón ha tenido, además, el aval de todo un mito del cine de ciencia ficción y del 3D: James Cameron, que no ha dudado a la hora de calificar a ‘Gravity’ como “la mejor película del espacio que se ha hecho”. El director canadiense incluso ha colaborado con el realizador mexicano para resolver determinadas dudas técnicas. “Nuestro cerebro está acostumbrado a funcionar con gravedad”, ha recordado Cuarón en su periplo de festivales por todo el mundo. “El reto de verdad fue la gravedad. El guion lo teníamos, pero la gravedad cero no. No había tecnología para hacerlo y recurrí al mejor, a James Cameron”, confesaba en una charla al periódico ‘El País’ durante el Festival de San Sebastián.

“Jim (Cameron) es un tipo muy generoso y empujó muchísimo este proyecto porque él empuja la tecnología al límite. Jim es un director tecnológico mientras que yo solo quiero lograr los planos que necesito y desarrollo la tecnología estrictamente para eso. Cameron se aplica en llegar al límite y, en ese sentido, le estoy muy agradecido. Gracias a él, en parte, puedo presumir de los planos más abiertos que se han hecho jamás: John Ford tenía esos planos donde podías ver todo Monument Valley pero yo tengo toda la tierra, si me permites ser un poco arrogante”, expone el director mexicano.

Rodada íntegramente en los estudios Shepperton de Londres, ‘Gravity’ ha sido uno de los proyectos más complicados del cine estadounidense en los últimos años. Pasó de Universal Pictures a Warner Bros y ha contado con toda una legión de candidatos al reparto. En principio, los actores elegidos eran Charlotte Gainsbourg y Daniel Auteuil. La crisis canceló el rodaje hace cinco años y pasó, porteriormente, a manos de Warner Bros. También entonces hubo un gran baile de actores: Angelina Jolie, Rachel Weisz, Naomi Watts, Scarlett Johansson, Carey Mulligan y una embarazada Natalie Portman para el papel que finalmente se llevó Sandra Bullock. Mientras, George Clooney relevó a Robert Downey Jr., que declinó actuar en ‘Gravity’ por problemas de agenda.

Un esfuerzo agotador para todo el equipo con Alfonso Cuarón, que ha dedicado más de cuatro años y medio a este filme, a la cabeza. “El cine es mi medio de subsistencia y ‘Gravity’ fue un error de cálculo de tiempo. No es la mejor inversión que he hecho. He disfrutado cada segundo del proceso, pero nunca lo volvería a hacer. Fue divertido y emocionante y estuvo lleno de desafíos. El rodaje no fue muy diferente al viaje de los personajes en la película… Estuvo lleno de adversidades, las cosas se caían a pedazos. Aprendes a dirigirte a través de todo eso y es raro decirlo pero algunas de las adversidades eran agradables. Así y todo, aunque todo eso estuvo muy bien, yo nunca volvería a hacerlo”, ha admitido Cuarón en ‘Vulture’.

Al menos, no ha sido, ni mucho menos, un esfuerzo baldío. ‘Gravity’ ha entrado con fuerza en la historia del cine como un clásico moderno del género espacial impecable en lo técnico y con una carga emocional y una intensidad dignas del mejor ‘thriller’ terrestre. “Es un largo viaje en el que los protagonistas tienen que enfrentarse a muchos obstáculos y problemas. Lo que nos define es cómo estamos tras superar esas adversidades, cómo nos sentimos”, resume Alfonso Cuarón sobre el último clásico del cine espacial, una película que supone que sentarse delante de una pantalla de una sala de cine siga siendo uno de los mayores placeres de esta vida. En este planeta, y en todo el universo. A 600 kilómetros sobre la Tierra. La vista te deja sin aliento. No te sueltes.