Cuánto y cómo gastan en cultura el dinero los españoles es una gran pregunta que podría ayudar a la industria, pero el resultado es menguante, como la capacidad económica española. 

Que los españoles han perdido poder adquisitivo es una obviedad. Va en paralelo a la precariedad laboral y a tener la tasa de desempleo más alta de Europa. Y esa incapacidad del sistema para funcionar se traduce en un bajo consumo cultural, visto socialmente y políticamente como un lujo cuando en realidad es parte integral de la formación y del día a día de la persona. Pero cuando en siete años ese consumo cae más del 25% es para pensar que realmente estamos ya en el límite del propio sistema: en 2007, poco antes de empezar la crisis, los españoles gastaban una media de 823 euros al año en cultura, mucho menos que el resto de países importantes de Europa y muchísimo menos que los escandinavos, por ejemplo. Pero es que en 2013 ese nivel bajó hasta los 607 euros. 

Estos daos aparecen en el estudio ‘El gasto en ocio y cultura en España 2014’, realizado por el EAE Business School. Es importante el dato por dos razones: primero porque estamos hablando de una escuela de negocios de cierto prestigio que entiende que la industria cultural, que hasta hace poco representaba el 5% del PIB español, es una parte viva de la economía y que su expansión generaría empleo y nuevas oportunidades de inversión. Y segundo porque es un estudio pormenorizado de hasta qué punto ha golpeado la crisis al sector. Con estos datos se podría hacer una visita a la Moncloa para que entiendan la situación y cómo los impuestos ahogan el crecimiento económico.

Para los fanáticos de las cifras aquí están los datos: en 2013 se invirtieron 27.990 millones de euros, un 7,38% menos respecto a 2012 y un 24% respecto a 2007. El gasto de los hogares, que se situó en 1.537 euros, un 8% menos que el año anterior. El perfil del consumidor cultural está muy claro y es, además, el que persigue el mercado: hombre, entre 30 y 44 años y con estudios universitarios de segundo y tercer ciclo (licenciaturas, doctorados y postgrado). Todos los demás perfiles son de gasto menor, ya que este grupo gastó una media de 618 euros; los que menos gastan son también hombres pero entre 45 y 64 años, con apenas 526 euros. Respecto a las mujeres el patrón se repite: mujeres con estudios entre los 30 y los 4o y pico años con una media de 610 euros, pero son muchas menos que las antípodas de este perfil, el de mujeres mayores de 45 años con estudios medios. Las personas con estudios universitarios de segundo y tercer ciclo son las que más gastan (1.050 euros), seguidas de los que tienen estudios universitarios de primer ciclo (851 euros). La cifra es muy alta si la comparamos con el nivel más bajo: apenas 301 euros para los que no tienen estudios universitarios.

La correlación entre nivel educativo y consumo cultural no es nueva, pero queda bien a las claras que hay una conexión directa; a peor sistema educativo, menos interés y por lo tanto peor nivel de consumo, con lo que la industria cultural no termina de arrancar. Ese tipo de detalles deberán ser tenidos en cuenta cuando se cambien los sistemas educativos en los años sucesivos, una situación crónica que no ha hecho más que empeorar en los últimos años. Y no sólo a la hora de consumir, sino de producir: se importaron bienes culturales desde fuera de España por valor de 543 millones de euros en 2012, especialmente en libros y prensa (45% del total) y productos audiovisuales (43% del total).

Las familias de Navarra, Madrid, País Vasco, Cataluña y Cantabria fueron las que más invirtieron en ocio y cultura, con un gasto de 1.896, 1,861, 1.745, 1.711 y 1.60 euros, respectivamente. En el lado opuesto se encuentran las familias residentes en Castilla-La Mancha, Melilla, Galicia, Extremadura y Andalucía, con un gasto de 1.208, 1.215, 1.219, 1.243 y 1.299 euros, respectivamente. Sin embargo algunas de esas mismas comunidades con niveles bajos de gasto lo aumentaron , como es el caso de Melilla, La Rioja, Baleares, Cantabria y Murcia, con incrementos del 2,08%, 1,14%, 0,37%, 0,24% y 0,08%, respectivamente. Y bajó el gasto en Ceuta, Galicia y Madrid, con un 18%, 15% y 13% cada una, lo que equivale a un mapa de dónde ha caído más el consumo.

Más datos: el descenso de gasto cultural ha sido muy acusado en Canarias, Baleares, Comunidad Valenciana y Navarra, con caídas del 36%, 35%, 31% y 31%, respectivamente. Por gasto medio por persona destacan las comunidades del norte del país y “la isla” de Madrid, ya que navarros, los madrileños, los vascos, los catalanes y los asturianos los que más gastan en este tipo de bienes, con una inversión de 755, 735, 724, 684 y 672 euros. Los habitantes de Melilla, Ceuta, Castilla-La Mancha, Galicia y Andalucía fueron quienes menos invirtieroncon 367, 453, 461, 478 y 488 euros, respectivamente.

Porque el gasto en cuestiones de ocio, todo lo que no tenga que ver con el trabajo y la educación, es decir, colegios y conocimiento derivado de escuelas, institutos y universidades, es muy bajo y está dominado por el concepto “vacaciones” en el tiempo libre. Así, es curioso ver cómo el 36% del gasto total fue para lo que se considera como “servicios recreativos”, que puede abarcar desde parques temáticos a las tragaperras; otro 20% del total fue para las vacaciones y un 17% para equipamiento recreativo. Todo lo relacionado con el ocio electrónico o audiovisual cayó un 14% total, lo que es lógico si va acompañado del desplome en consumo cultural.