Según un informe de la Fundación Alternativas, la falta de ley de mecenazgo y una legislación restrictiva evita que en España el mercado del arte, muy centrado sobre todo en “obra antigua” (anterior a la ruptura contemporánea), tenga una salida real hacia el coleccionismo.

Son datos del III Informe sobre el Estado de la Cultura elaborado por la Fundación Alternativas que atribuye a una legislación muy estricta que asfixia las opciones de coleccionismo estable. Para invertir en arte hace falta dinero, en manos de una minoría que siempre ha gustado de comprar obras de arte, pero también de una clase media que podría atreverse a hacerlo, si bien las leyes y los impuestos lo evitan. Algo especialmente relevante en cuanto a la subida del IVA por parte del gobierno del PP, principal foco de críticas fiscales desde el sector del mercado del arte.

El informe achaca gran parte del peso de la responsabilidad en la ley de patrimonio, que “limita el mercado” ya que las obras con más de cien años necesitan un permiso gubernamental de exportación, y que tarda en concederse en gran parte para evitar la salida de tesoros nacionales y la evasión de impuestos en forma de obras de arte. Pero lo que nace como una buena intención tiene un efecto perverso: las obras no salen de España, por lo que en la venta su precio es mucho menor que si se vendieran fuera del país.

Otra pata del problema son los fondos públicos. En la época de las “vacas gordas” (años 90 y primeros años del siglo XXI) se generalizaron las ayudas públicas a las ferias de arte en lugar de crear una estructura fiscal y legislativa adecuada para el mercado del arte. La consecuencia fue la proliferación de ferias que vivían más de ese soporte público que del privado. Al cortarse esas ayudas la mayoría se hunde y no permite a las galerías de arte (sector privado) poder participar ni exhibir su catálogo. El informe apunta a que el galerista amplió negocio con ese sistema, pero que cuando se cortó ha perdido opciones de participar con un stand pequeño (el más usado, de 40 m2 de media), ya que se paga casi a mil euros el metro cuadrado en la mayoría de ferias.