Paco Roca ha vuelto a demostrar con ‘La casa’ (Editorial Astiberri) por qué es uno de los mejores autores de cómic de España, tanto por su elegancia y estructura narrativa como por sus temas, casi siempre de tipo social, lejos del cómic habitual.

‘La casa’ ha sido elegida Mejor Cómic Nacional de 2015, un galardón que otorgan desde hace cuatro años las librerías especializadas integradas en Zona Cómic, de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL). Y lo ha conseguido además superando a , ‘Corto Maltés: Bajo el sol de medianoche’ (Norma), de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero, y ‘La carta 44’ (Norma), obra dibujada por Alberto Jiménez Alburquerque. El premio se entregará en Valladolid el próximo 16 de marzo.

Fernando Marías, autor de ‘La isla del padre’ y alma fundadora del colectivo ‘Los Hijos de Mary Shelley’, ha definido la obra como “un emocionante último paseo juntos de un padre y un hijo […], el libro que ha permitido a Paco Roca dibujar el Tiempo que se va, o que se fue, o que se irá”. Fue la siguiente obra a la exitosa ‘Los surcos del azar’ con decenas de miles de ejemplares vendidos, una novela gráfica monumental sobre los soldados republicanos españoles que lucharon en la Segunda División Blindada en Francia contra los nazis tras del Desembarco de Normandía. De hecho Roca confesó que se le había ocurrido la idea mientras trabajaba en ‘Los surcos del azar’.

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‘La casa’ es mucho más modesta, ligeramente autobiográfica y centrada de nuevo en el relato social y familiar, muy diferente a las corrientes que suelen dominar el cómic actual (fantasía, sci-fi, acción, serie negra…). El argumento es el de tres hermanos que, después de la muerte del padre, se encuentran con una casa familiar que ya no es su hogar y que deben poner a la venta, lo que les enfrenta a su pasado y sus recuerdos. Un relato que define a esa primera clase media de posguerra que con lo poco de más que logró después de mucho trabajo compró casas para poder vivir mejor, algunas veces segundas residencias que le permitían tener cierta sensación de progreso material, la Arcadia feliz en la que toda una generación se sumergió como solución a la perenne y crónica pobreza estructural de los españoles.

Roca reconoció tiempo atrás en una entrevista a El País (30 de julio de 2014) que ‘La casa’ tiene “cierta importancia para mi, mis padre pertenecen a esa primera generación de clase media que venía de unas condiciones desfavorables. Mi padre había pasado hambre y toda esta gente, con mucho esfuerzo, consiguió tener una casa y un coche, que era un objeto de lujo, y más tarde una segunda vivienda que se podían permitir con mucha austeridad”. Así pues Roca recupera ese tesón descriptivo del tejido social histórico que ya tuvo en ‘Arrugas’ y más tarde en sus viñetas de ‘Hombre en pijama’ que plasmó también en El País Semanal durante semanas. Un recuerdo del origen de su propia familia y de lo voluble que es todo.