HarperCollins Iberica publica ‘Lobos de la Stasi’ de David Young, thriller negro ubicado en aquella extraña Alemania Oriental, una RDA que sirvió de laboratorio social, económico y político de un comunismo desviado reconvertido en campo de prisioneros al aire libre. Es la segunda entrega de la serie que inició con ‘Los hijos de la Stasi’.
“¿Es posible resolver un crimen sin hacer una sola pregunta?”. Es el chispazo central de esta novela, que arranca en Alemania del Este en 1975. Karin Müller, castigada con suspensión temporal en su brigada de homicidios en Berlín, ve el cielo abierto cuando la mandan al sur, a Halle-Neustadt, donde han desaparecido dos niños gemelos. Pero Müller descubre enseguida que no ha dejado atrás sus problemas. Porque Halle-Neustadt, una ciudad de nueva construcción, es el orgullo del régimen comunista, y la Stasi les prohíbe a Karin y a sus hombres que hagan cualquier tipo de revelación sobre las desapariciones para no empañar la inmaculada imagen de la ciudad. Mientras tanto, en unas calles que les son ajenas y no tienen nombre, acecha un ladrón de niños, y no hay tiempo que perder si quieren rescatar vivos a los gemelos…
David Young nació cerca de la ciudad británica de Hull, y empezó estudios de Ciencias en la Universidad de Bristol, que abandonó para empezar un módulo en Humanidades. Trabajó a tiempo parcial limpiando retretes en líneas de ferry y como conductor de reparto de una carnicería, labores a las que siguió un trabajo como periodista para prensa local, para una agencia de prensa londinense y en las redacciones internacionales de cadenas de radio y televisión. En la actualidad escribe en el cobertizo que tiene en el jardín de su casa y en los ratos libres es hincha del Hull City FAC. ‘Hijos de la Stasi’, la primera novela de la serie, fue un gran éxito de ventas y crítica y ha sido traducida a seis idiomas.
Young, sobre la novela, ha dicho algo que rompe uno de las supuestas normas de la creación literaria: “Uno de mis problemas principales cuando empecé a escribir la novela fue que la gente dice que hay que escribir de lo que conoces, y yo estaba escribiendo sobre una mujer y sobre Alemania, cuando no sé ni alemán […]. Creo que una de las características de la Alemania Oriental es la extensión de la red de la Stasi y la cantidad de informantes no oficiales que reclutaron, pero, aunque la gente conocía la Stasi hasta la caída del Muro, el alcance total de sus operaciones no estaba claro”. Young asegura que “lo interesante es que las personas sospechosas de ser informantes a menudo no lo eran, mientras que los amigos y amantes de quiénes no se sospechaba, a menudo, lo eran”.