‘Monstress’, creada por Marjoire Liu y Sana Takeda, ha sido la gran triunfadora de los mayores precios del cómic en el mundo, entregados en la Comic-Con de San Diego (EEUU), la mayor cita del sector.
Mejor Serie, Mejor Cómic para Adolescentes, Mejor Guion, Mejor Portada y Mejor Pintor / Artista Multimedia han sido los premios que cosechó esta creación (publicada en España por Norma Comics), la más original y con más gancho en un sector donde cada vez queda menos por inventar o desarrollar, una pequeña gran industria que mueve cientos de millones de dólares al año sólo en EEUU. No fue la única, ‘My Favorite Things is Monsters’, de Emile Ferris, ganó los premios de Mejor Novela Gráfica, Mejor Guionista / Dibujante y Mejor Color. Hay que recordar que la multiplicidad de galardones obedece a las propias características de la propia industria, donde tan importante es el entintador de las páginas (los que dan color y forma sutil final a lo visual) como al propio creador. Y sin olvidar a los guionistas, cada vez más importantes en una forma de arte industrializada donde ya no vale más de lo mismo y hay que ser más originales para destacar.
Entre el resto de premios el de Mejor Edición Estadounidense de Material Internacional fue para ‘Run for It: Stories of Slaves Who Fought For The Freedom’, de Marcelo D’Salete (editado por Fantagraphics), que competía contra los españoles Javier Olivares (nominado por ‘Las Meninas’) y el tándem El Torres – Jesús Alonso Iglesias (con ‘El fantasma de Gaudí’). El cómic español sí que repitió galardón (el año pasado con dibujantes y creativos) a través de la tienda especializada de Norma Comics en Barcelona, fundada por Rafa Martínez en los 80 (que luego daría pie a la editorial), que ganó el premio Espíritu del Cómic a aquellas tiendas, asociaciones o compañías que cultivan el género contra viento y marea. Poco para España, que tenía a ocho nominados entre las diversas categorías y que es una habitual en los pasaportes de dibujantes y creadores de cómic. Aquí puedes consultar (vía IGN) la lista completa de ganadores.
Los Premios Eisner, caricaturizados más de una vez como “los Oscar del cómic” son en realidad galardones de sector que obedecen a la lógica industrial de este género en EEUU. Los ganadores son elegidos durante la Comic-Con de San Diego, la mayor convención del mundo de cómic (aunque su rival de Nueva York ya es la que más crece y podría superarla en breve) con cientos de miles de visitantes que convierten la ciudad del sur de California en un hervidero de lectores, fans y fiestas alrededor de la temática del cómic. No obstante, cada año también es mayor el peso del cine, las series de TV y los videojuegos, por lo que ha perdido parte del espíritu fundacional, tanto que ya son habituales las “convenciones rebeldes” que se producen en paralelo y que buscan volver a los orígenes casi clandestinos de aquellas primeras convenciones. Cuatro días donde los pabellones de San Diego juntan a miles de personas entregadas al cosplay y la cultura geek en todas sus formas imaginables. Un modelo de marca que se ha exportado ya a eventos como el Salón del Cómic de Barcelona.
Los Premios Eisner son los galardones con más historia y mitología añadida en el gremio del cómic. Hay decenas de categorías y ganarlo supone una consagración que implica reediciones en otros países y nuevas oportunidades para las obras y autores. A estos premios se les llamó igual que el padre de la novela gráfica y el santo y seña del cómic americano, Will Eisner, pionero en tantas cosas y guía espiritual de muchas generaciones de creadores, desde Stan Lee a los nuevos valores europeos y asiáticos que nutren a las grandes editoriales americanas. Casi todas, por cierto, con sede en Nueva York. Nacieron en 1987 como continuación de los premios Kirby; y el autor que da su nombre al galardón, Will Eisner, lo entregó en persona hasta su muerte en 2005. Normalmente los premios no suelen ser igual que los galardones europeos, donde el peso del cómic realista o de autor suele ser inmenso, ya que Europa no obedece a la larga tradición heroica que marcó al gremio durante décadas. Fue precisamente Eisner de los primeros en girar sobre los talones para empezar a crear novelas gráficas mucho más intimistas, psicológicas y cercanas a la literatura que al simple entretenimiento.