El pop tiene sus reductos, acosado por las versiones más extremas de sí mismo; pero el más auténtico es el Purple Weekend

La palabra pop se asocia ya a casi todo, tenga o no un origen más o menos difuso en los años 60, en el arte pop o en el indie en sus múltiples formas. Y de vez en cuando a su origen verdadero, la música, que tiene al Purple Weekend de León como una de las expresiones más concretas de todo lo que se suele asociar con lo pop. Sea lo que sea. Pero para este año habrá mucho más: el festival crece para poder llegar más lejos y abarca más estilos, desde el R&B a la psicodelia.

La próxima edición (la número 25), entre el 5 y el 8 de diciembre, llega en un momento en el que se hace realidad de forma abusiva una de las ideas-totem de Nietzsche en su versión más popular y más errónea: el eterno retorno. El filósofo alemán más influyente del siglo XX (para lo bueno, lo malo y todo lo demás) hablaba de otra cosa al crear ese concepto, pero aplicado a las modas y estilos, es cierto que la centuria pasada fue una coctelera donde todo volvía una y otra vez: los años 30, los 20, los 40, los 50, 60, 70, 80… incluso los insulsos 90 parecen retornar. Y en León saben bien lo que es ese eterno retorno del estilo mod, original del filo entre los 70 y 80, a su vez herencia de los 60 y que es como un martillo pilón cada año en forma de festival de música en la vieja capital medieval.

El Purple Weekend se recicla una y otra vez para no morirse, para retornar incansable. Este año lo hace en formato multidisciplinar para crecer en medio de la meseta hispánica: hay mucho más que música y estética. En el campo tradicional de la música aparecen Lala Brooks, miembro original de The Cystals y cantante soul; The Black Angels, banda norteamericana de la psicodelia que sólo hará una parada en España, justo para el festival; Nikki Hill, voz americana de iglesia y coro que ejerce el rhythm & blues en ‘Here is Nikki Hill’; también estarán The SlothsNight Beats y las bandas nacionales Niño y Pistola, Fogbound o Los Retrovisores, entre otros. Para más información, aquí tenéis el programa completo. 

Pero como es un evento que aborda otros campos, merece la pena hablar de las exposición de fotografía e ilustración en el Espacio Vías a cargo de Daniel Martín y Roberto Argüelles, además de una exposición colectiva de los carteles del festival y que son el primer escalón siempre de su imagen e iconografía pop. En paralelo habrá puntos encuentro y búsqueda de material sonoro muy acordes con el movimiento, como una feria del disco y un mercadillo vintage para los asistentes. Y por supuesto la coronación ya tradicional, el paseo urbano de los fans montados en Vespas, la scooter run que hará temblar de frío leonés a los que se atrevan.

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