Ediciones B celebra el siglo del nacimiento de la revista que dio origen al cómic español con un volumen especial (que se publicará en marzo) que aglutina toda su historia, sus mejores obras y cómo se modeló el noveno arte en este lado de los Pirineos, entre la censura y el costumbrismo.

IMÁGENES: Ediciones B

Un siglo da para mucho. En el caso de la revista TBO para dar más tumbos que una bola de billar en manos de malos jugadores. Esta revista fundada en 1917 ha visto mucho: dos guerras mundiales, una guerra civil, dos dictaduras, una república, la democracia, la censura de mil formas diferentes, el ocaso de las viejas editoriales de posguerra, el nacimiento del cómic contemporáneo que ya no dejó sitio para la inocencia y el final agónico en un país, España, que sólo ahora parece haber despertado al consumo del noveno arte, el cómic. Y en realidad no fue un siglo: dejó de publicarse en 1998. Mucho aguantó.

Tanto que terminó por darle el nombre tradicional ibérico al cómic: tebeo, tan simple como eso, las siglas de TBO unidas fonéticamente. “Dame el TBO” terminó por ser una forma de reivindicación en la España del siglo XX, que iba de la violencia a la represión sin mucho problema. Un dato: en 1935, antes de empezar la Guerra Civil, su tirada era de 220.000 ejemplares, más alta que la de muchos periódicos incluso en los mejores tiempos de la democracia. Esta revista nació con una intención sencilla: dar espacio de publicación a las tiras cómicas e historietas de prensa que ya a principios de siglo eran una de las novedades surgidas con la prensa de masas en papel. Ya entonces, en 1917, el cómic había logrado cierto peso.

La razón era sencilla: tiras de cuatro viñetas, o menos, con poco texto, muy visuales, casi como si el mundo moderno recuperara la narración por imágenes de la Edad Media, que se publicaban casi a diario en series más largas. TBO las reunía para publicarlas. En TBO colaboraron algunos de los más destacados ilustradores e historietistas del país, y en sus páginas se publicaron series tan populares como ‘Los grandes inventos de TBO’ o ‘La familia Ulises’. Era un éxito seguro, y de hecho la revista no cerraba: podía tener años en blanco, pero siempre volvía, y con diferentes editoriales. Era un referente de una de las minas del cómic europeo, aunque muy atado (demasiado) a los usos y costumbres de una población sometida ideológicamente y con escasa cultura más allá de la popular heredad (y tolerada) por los regímenes de turno.

'Los inventos del TBO' fue una de las series más longevas

‘Los grandes inventos de TBO’ fue una de las series más longevas, con más autores y público

La revista como tal nació para el público el 11 de marzo de 1917, y la historia de su nombre, expuesta en 2012 por Rosa Segura, no tenía nada que ver con la transcripción literal de “te veo” en referencia a que era más vista que leída. En realidad su nombre nació de una broma interna de los redactores. En 1909 se estrenaba la zarzuela ‘T.B.O.’, de Eduardo Montesinos y Ángel Torres del Álamo, en la que todo empezaba con un director de una revista, uno de los personajes, que recitaba “A trabajar. Mañana saldrá el primer número de T. B. O. y hay que lucirse. Ya saben ustedes que éste no será un periódico vulgar. T. B. O. viene á llenar un vacío” en referencia a los bolsillos de los autores y periodistas. A los fundadores (Buigas, Estivill y Viña) les hizo gracia la broma sobre la pobreza de los autores y la copiaron como nombre. Imprimieron en azul y costaba 5 céntimos de peseta.

El libro ‘100 años de TBO’ que publica Ediciones B, la última casa editorial que publicó la revista, es un homenaje divulgativo que repasa la historia, la nómina de autores, las series más conocidas, repleto de lo que un fan necesita: anécdotas, historias paralelas y guiños a ese público hoy adulto que en algún momento compró algún ejemplar del TBO y que quiere volver a esos mundos de infancia. Una aportación para el catálogo de libros que van más allá de lo anecdótico y que tienen espíritu casi enciclopédico para reunir el legado histórico y cultural que supone la revista.

El autor es Antoni Guiral (Barcelona, 1959), periodista, divulgador, guionista y ensayista alrededor del cómic, su pasión y su trabajo, algo que ha experimentando conjuntamente cuando ha sido comisario de exposiciones de cómic. Entre sus principales obras hay que citar, ‘100 años de Bruguera’, ‘El mundo de Escobar’, ‘El universo de Ibáñez’ y ‘By Vázquez’ (todas editadas en Ediciones B). También es autor de un tomo sobre la obra de Jordi Bernet (Ediciones El Jueves).

Mixta historia TBO

Tres momentos por tres portadas: la original de 1917, la primera y que marcó el camino; la modernización en los 70 con TBO 2000, y finalmente la serie especial de siete números que hizo Bruguera en los 80 antes de que languideciera y finalizara en 1998.

En el volumen, dividido en dos partes (la primera el relato histórico, la segunda el estudio biográfico y artístico de los autores y guionistas), se trazan muchos de esos años en blanco pero también los de éxito, durante los cuales se convirtió en la casa y mantenimiento económico de los mejores creadores gráficos españoles del siglo. La primera parte del libro de Guiral incluye testimonios de los autores, técnicos y editores que colaboraron en la revista y que aún están vivos, más los testimonios de algunos que ya se han convertido en parte de la Historia del cómic español.

En la segunda parte le toca el turno al lado humano de los guionistas y dibujantes, siempre por orden cronológico de aparición en la revista, acompañadas de algunas de sus páginas. Un viaje en el tiempo ilustrado, especialmente por las portadas que llamaban a los lectores desde los laterales de los kioscos. Tiempos en los que la revista ayudó a ser una ventana abierta en un país cada vez más cerrado hasta la llegada de la democracia y la libertad creativa, la misma que generó nuevas olas en las que TBO ya no tuvo espacio, menguando progresivamente hasta terminar en 1998.

100 aniversario de TBO

Los capítulos de la historia de TBO

El libro de Antoni Guiral divide su primera parte en función de las épocas históricas de la revista. Por ejemplo el primero ‘Antes del TBO’ narra qué tipo de publicaciones similares había antes de 1917 en España, porque TBO no fue la primera. El siguiente, ‘El primer TBO (1917-1938)’ narra la etapa fundacional del medio y su gran éxito antes de la guerra, cuando sucumbe por primera vez. El tercer capítulo, ‘El retorno de TBO (1941-1952)’ relata el regreso en medio de la peor oleada de represión franquista, y sin numerar, casi clandestinamente. Los dos siguientes, ‘Un TBO numerado (1952-1972) y ‘El TBO 2000 (1972-1983) narra cómo la revista volvió a ser la que era antes de 1936, numerada, pero adaptada a la maquinaria editorial de posguerra, con la censura siempre encima y muy orientada hacia el público infantil.

También su primera modernización en los años 70, cuando pasa a llamarse TBO 2000, que supuso una nueva numeración (la tercera desde su fundación) y los primeros intentos por no dejarse arrastrar. En 1983 volvió a cerrar, agotada y sin el público de su parte, hasta que en poco después reaparece. ‘Un TBO moderno (1986) cuenta cómo la editorial Bruguera se hizo con la revista y editó siete números que fueron una revolución y cambio total respecto a la historia de la revista. La etapa final fue entre 1988 y 1998, ‘El último TBO’, ya con Ediciones B y que intentó recupera la filosofía inicial de la revista.

Portada del libro '100 años de TBO' 100-AÑOS-TBO