Después de un retraso de casi un mes en posproducción la primera entrega de la bilogía que adapta la saga de Frank Herbert al cine verá la luz el 18 de diciembre (si el coronavirus no lo impide y recuperamos nuestras vidas), con Denis Villeneuve a la cabeza. Un grupo de elegidos pudo ver parte del metraje y avisó que tendrá un gran impacto estético y emotivo para los fans de los libros, pero también para el resto de espectadores.

IMÁGENES: Legendary Pictures / Wikimedia Commons / Folio Society / Editorial Nautilus

Hace poco un reducido grupo de privilegiados pudo ver parte de lo que ya se ha rodado (y del making off) de la versión de ‘Dune’ de Denis Villeneuve y la palabra “espectacular” estuvo presente en las reacciones y conversaciones posteriores, como las del escritor Brian Clement. Algunos incluso, llevados por la emoción, lo compararon con ‘El Señor de los Anillos’. Pero la saga ‘Dune’ no es eso, ni de lejos: es una construcción literaria libre, espiritual, ciencia-ficción abstracta y un compendio de ideas e imaginación libérrima muy difícil de llevar a la pantalla. Y no será por intentos. Quizás el más legendario y tormentoso fuera el ‘Dune’ de David Lynch en los años 80, y la más desconocida pero cercana al espíritu de los libros la adaptación de principios de siglo XXI que se hizo para televisión. Lo que Denis Villeneuve está construyendo es una bilogía (dos películas consecutivas) que estrenará su primera parte entre el 18 y el 20 de diciembre de este mismo año.

‘Dune’, como sabe todo lector de ciencia-ficción, es un monstruo literario que no se deja domesticar, considerado “ingrabable” (valga el “palabro” para resumir). Clement, que sabía de lo que hablaba cuando comentó en internet lo que había visto, consideró que será una producción que impresionará como lo hizo ‘El Señor de los Anillos’ sin compararlo realmente, y que quizás Villeneuve ha logrado acercarse al espíritu. Igual que Peter Jackson realizó su propia visión de los libros de Tolkien (sin ser realmente Tolkien) es posible que Denis haya rodado su versión de los libros, lo que es más coherente y sincero que intentar hacer un remake de Lynch o la adaptación literal, que es siempre el gran error. Es posible que ése sea el mayor halago que se le pueda hacer al director y sus dos coguionistas, Eric Roth y Jon Spaihts, que pueda ofrecer una visión coherente y poderosa de un texto.

Clement pudo ver a parte del reparto: Dave Bautista como Rabban, a Stellan Skarsgård como el barón Harkonnen y Jason Momoa como Duncan Idaho, planos de Timothee Chalamet, que dará vida a uno de los personajes principales (o el más determinante), Paul Atreides. Además de los mencionados el reparto cuenta con Oscar Isaac (Leto Atreides), Rebecca Ferguson (Lady Jessica Atreides), Javier Bardem (Stilgar) o Zendaya (Chani), además de Charlotte Rampling (Reverenda Madre Bene Gesserit), Josh Brolin (Gurney Halleck), David Dastmalchian (Piter De Vries), Chang Chen (Wellington Yueh) y Stephen Henderson. Todos ellos se reunieron el 18 de marzo de 2019 en los Estudios Origo Film de Budapest (y luego a Jordania) para iniciar el rodaje de la producción más comentada en redes en mucho tiempo. Por ansiedad, por miedo, por ilusión y por curiosidad. Lo que Frank Herbert publicó en 1965 es como una Caja de Pandora. Intentar resumir el argumento es como meter un mar en un cubo de plástico, porque abarca varias generaciones e historias paralelas. Nos centraremos en el libro inicial, que es la guía también de Villeneuve.

Paul Atreides, heredero de la Casa Atreides, viaja con su padre Leto al planeta Arrakis junto con todo su Ducado para custodiar este mundo desértico, vital para el Imperio Universal porque es el único lugar donde se produce la especia melange que permite hacer los viajes interestelares que mantienen al Imperio unido, pero también alarga la vida, concede un alto nivel de cognición y el don de ver el futuro. Pero el emperador (Padisha Shaddam IV) traiciona a la Casa Atreides en connivencia con la Casa Harkonnen para sacarlos de su planeta Caladan y exterminarlos. Si nos ahorramos spoilers para los que no hayan leído los libros, visto la película de Lynch o la serie de TV (es mucho suponer), diremos que Paul es diferente: es visto por el Orden Bene Gesserit (pilar religioso del Imperio, con reminiscencias al cristianismo y el Islam) como el “Mesías deseado” (o Kwisatz Haderach). Es vital en la trama. Digamos también que sobrevive junto con su madre y debe refugiarse en el desierto, donde conocerá a los fremen, las tribus cultivadoras de especia que cabalgan los Gusanos de Arena, que le reciben como el liberador (Muad’Dib) que traerá de nuevo el agua a Arrakis y su independencia de la tiranía imperial.

Y hasta aquí podemos leer. Villeneuve no sólo va a tener que enfrentarse a una obra monumental de más de mil páginas, sino también al recuerdo imborrable del ‘Dune’ de David Lynch, un fiasco tremendo en su momento y hoy película de culto casi religioso, al menos a nivel estético y formal. Tanto que ya forma incluso parte del legado de la cultura popular. Ejemplo: “Ni una gota sobre la superficie de Arrakis”, una frase que dirá mucho a los seguidores de la saga y casi nada al resto. Pero que es, en cierta medida, un resumen de la obra, que fusiona ciencia-ficción, religión mesiánica, ecología cultural, espiritualidad trascendental, aventuras y un aire psicodélico sesentero que impregna casi todo. Villeneuve va a tener mucho trabajo. El primero en intentarlo fue Alejandro Jodorowsky con ayuda de otros dos tótem, Moebius y H. R. Giger, más la banda sonora de (agárrense), Pink Floyd. Pero el proyecto fue tan extraño e irrealizable que se quedó como un amago extravagante. Pero fue David Lynch el único que puso imagen y sonido a los océanos de arena de Arrakis, una producción que fue un despropósito que sólo el tiempo ha convertido en filme de culto.

El director de ‘La llegada’ y ‘Blade Runner 2049’, adicto a la ciencia-ficción, emprendió una tarea titánica. Sólo un dato: hay ensayos en varios idiomas sobre esta saga que superan las 300 páginas. Pero su éxito literario, arquetípico y arrollador, con una influencia inmensa en otros autores, permitió pensar desde el principio en una adaptación. Y no sólo esa, sino las posteriores. Tras el enorme fiasco, que todavía hoy hace rechinar dientes a Lynch, la saga quedó donde debía: en los libros. Pero no cejaron en el empeño. Quince años más tarde se llevó a la TV, con el patrocinio del canal Syfi y formato de miniserie, mismo título y misma disposición argumental, basándose siempre en el mismo primer libro. El relativo éxito permitió en 2003 estrenar con el mismo formato ‘Los hijos de Dune’, basada en los libros ‘El Mesías de Dune’ y ‘Los hijos de Dune’. Después de eso Paramount Pictures decidió arremeter de nuevo: en 2008 escogieron a Peter Berg para dirigir la nueva adaptación al cine. Fue entonces cuando llegó otra vez el “mal fario”: finalmente no se concretó a pesar de tener al frente a Brian Herbert y Kevin K. Anderson, autores de varias secuelas literarias de ‘Dune’. Le toca el turno a Villeneuve, y parece que va por buen camino si hacemos caso al grupo que visionó el material. En diciembre lo sabremos.

El otro ‘Dune’ en el cine

Arrakis, el planeta de los mares de arena que es el eje central de ‘Dune’, la “saga maldita” para los adaptadores. La historia de la, hasta ahora, única adaptación al cine de esta colosal saga literaria salió de la mente de David Lynch en 1984, que sin embargo boicoteó la producción y no la firmó en los títulos de crédito. La saga tenía tres desafíos para el cine: su longitud de tramas (seis libros entonces, y hoy prolongadas con otras dos trilogías secundarias más), la estética descrita en los libros (muy complicada con la tecnología de la época y con escenas difíciles de llevar a una pantalla) y el aire místico que vale para la literatura pero que en pantalla puede resultar difícil de representar. Lynch era la persona perfecta, un director famoso por su particular mundo simbólico y creativo (venía de rodar ‘El hombre elefante’ en 1980), que le llevó a hacer su propia versión al margen de lo que podía ser comercialmente viable. Inevitablemente esto llevó a los productores (Dino de Laurentiis al frente, volcánico y caprichoso) a meter las manos en el proyecto.

El montaje original siempre adoleció de prisas, muchas, pero también de muchas lagunas sin explicar. Lynch, asqueado y traicionado, se revolvió. Pero con “retardo”: en el estreno aparecía su nombre, pero cuando el filme pasó a TV y a otros soportes exigió firmar como Alan Smithee, el alias que ponen todos los directores cuando no se quieren hacer responsables de un proyecto protagonizado por mitos ochenteros y desconocidos, como Kyle MacLachlan (como Paul Atreides), Sean Young, Francesca Annis (Lady Jessica), Sian Phillips (la Reverenda Madre), Jürgen Prochnow (Leto Atreides), Patrick Stewart (Gurney Halleck), Kenneth McMillan (Barón Harkonnen), Sting (Feyd Rautha Harkonnen), Max von Sydow o Virginia Madsen. La banda sonora fue encargada al grupo Toto, pero el principal tema que hoy queda asociado a la película, ‘Prophecy’, sin embargo, cayó en manos de Brian Eno.

Guía literaria de ‘Dune’

La saga se compone de seis novelas originales de Frank Herbert y otras seis complementarias de su hijo Brian Herbert y Kevin J. Anderson. Aviso para navegantes: no es una obra fácil para el lector. Ni mucho menos. Más bien todo lo contrario, lo que la hace más atractiva si cabe. Las originales, que no se publicarían en España hasta 1975, incluyen: ‘Dune’ (1965, que le valió al año siguiente el Premio Hugo y el Premio Nébula, los dos más importantes de la ciencia-ficción), ‘El Mesías de Dune’ (1969), ‘Hijos de Dune’ (1976, que concluía la primera trilogía planificada), ‘Dios Emperador de Dune’ (1981, en respuesta al tremendo éxito de la saga). Aquí Herbert quiso cerrar finalmente. Pero no pudo parar y antes de morir en 1986 publicó ‘Herejes de Dune’ (1984) y ‘Casa Capitular Dune’ (1985). Se calcula que debía haber otro más, porque dejó la saga con final abierto. Brian y Anderson añadieron dos trilogías, ‘Preludio a Dune’ (1999-2001) y ‘Leyendas de Dune’ (2002-2004), y otras dos novelas que complementan la última de 1985, ‘Cazadores de Dune’ (2006) y ‘Gusanos de arena de Dune’ (2007).