Número uno de la taquilla, Fox garantiza la continuidad de la trilogía, escrita por James Dashner, que se une a las actuales ‘Los Juegos del Hambre’ y ‘Divergente’ y antiguos éxitos de la literatura y cine juvenil como ‘Harry Potter’ y ‘Crespúsculo’.

“¿Y si un día abrieras los ojos y te vieses en un lugar desconocido sin saber nada más que tu nombre?

Memoriza, corre, sobrevive.

Bienvenido al Claro. Verás que, una vez a la semana, siempre el mismo día y a la misma hora, nos llegan víveres. Una vez al mes, siempre el mismo día y a la misma hora, aparece un nuevo chico como tú. Siempre un chico. Como ves, este lugar está cercado por muros de piedra… Has de saber que estos muros se abren por la mañana y se cierran por la noche, siempre a la hora exacta. Al otro lado se encuentra el Laberinto. De noche, las puertas se cierran… y, si quieres sobrevivir, no debes estar allí para entonces”.

‘The Maze Runner’ (‘El Corredor del Laberinto’) es el primer libro de una nueva saga literaria juvenil, escrita por James Dashner, que triunfa desde el pasado fin de semana en la cartelera. La adaptación cinematográfica, dirigida por el debutante Wes Ball, procedente del mundo de la animación, ha debutado en el número uno de la taquilla en Estados Unidos (32,5 millones de dólares) y España (casi un millón y medio de euros). Un resultado satisfactorio para 20th Century Fox que ha dado luz verde al proyecto. ‘El Corredor del Laberinto’ será también una saga cinematográfica. Una más.

 

Definida como una mezcla de ‘El Señor de las Moscas’, ‘Los Juegos del Hambre’ y ‘Perdidos’, es una trilogía compuesta por la mencionada ‘El Corredor del Laberinto’, publicada en octubre de 2007, ‘Las Pruebas’ (2010) y ‘La Cura Mortal’ (2011). Además, Dashner ha escrito una precuela: ‘El Destello’ (2012). Los cuatro libros están disponibles en español en Nocturna Ediciones. Wes Ball, con un importante presupuesto de 30 millones de dólares, adapta una historia de ciencia ficción ambientada en el año 2024 en el Claro, un enigmático lugar rodeado de muros y con un inmenso Laberinto habitado por malvadas criaturas: los Grievers.

“Tuve una imagen muy potente de cómo era el interior del Claro, que veía como un entorno salvaje, abrupto, deforestado y extremadamente realista, cercado por imponentes muros de hormigón. Inmediatamente me di cuenta de que era un mundo en el que quería vivir durante los próximos años”, sentencia el director de ‘El Corredor del Laberinto’. “Me encantan las películas en las que se recrea un universo. Y esta película crea todo un mundo, de arriba abajo. Empezamos en el Claro, un lugar que los propios chicos han construido. Después, fuera de los muros, nos introducimos en el gran mundo del Laberinto, y éste es un escenario absolutamente distinto”.

La saga cuenta con una sugerente simbología. Los habitantes del Claro, denominados gladers, y su cuerpo de élite, los corredores del Laberinto, tienen incluso su propia oración: “Otórganos velocidad y agilidad para orientarnos a través del Laberinto. Ayúdanos a proteger y defender a nuestra familia en el Claro. Desde los pasajes angostos hasta las cuchillas y el camino de vuelta, que tu guía nos traiga sanos y salvos antes de que los muros se cierren. Cuando estemos en peligro, protégenos de la picadura de los Grievers. Concédenos la victoria y una paz duradera. Y así nuestra Carrera puede que no haya sido en vano. Si no es aquí, en el Claro, ahí fuera, en un lugar mejor”.

El Corredor del Laberinto (3) copia

‘El Corredor del Laberinto’ 

‘El Corredor del Laberinto’, a diferencia de otras sagas literarias que han saltado al cine, no cuenta con un potente reparto como reclamo. El neoyorquino Dylan O’Brien se encarga de protagonizar el filme. O’Brien, de 23 años, es un rostro apenas conocido por los seguidores de MTV, donde participa en la serie ‘Teen Wolf’. A su lado, entre otros, cuatro jóvenes actores salidos de la prolífica escuela británica: Thomas Brodie-Sangster, su mano derecha en ‘El Corredor del Laberinto’, a quien hemos visto en ‘Love Actually’ y más recientemente en ‘Juego de Tronos’ en el papel de Jojen Reed, compañero de Bran Stark en su huida de Invernalia; Kaya Scodelario, Aml Ameen y Will Poulter.

Sin entrar en el sobresaturado mundo del cómic y sus adaptaciones al cine, la literatura juvenil se ha convertido en una inagotable fuente de inspiración como demuestra el último número uno en la cartelera mundial: ‘El Corredor del Laberinto’. El triunfo de ‘Harry Potter’ (J.K. Rowling), con una recaudación de más de 7.700 millones de dólares en ocho películas, abrió un filón con fenómenos paralelos para un público más adulto como ‘El Señor de los Anillos’ (J.R.R. Tolkien) y ‘El Hobbit’ (J.R.R. Tolkien), en el cine, y ‘Juego de Tronos’ (George R.R. Martin), en la televisión, como máximos exponentes.

Harry Potter and the Deathly Hallows Part 2

‘Harry Potter and the Deathly Hallows Part 2’

‘Harry Potter’ marcó un camino cada vez más poblado: ‘Crepúsculo’, ‘Las Crónicas de Narnia’, ‘Eragon’, ‘Una Serie de Catastróficas Desdichas’, ‘La Huésped’…, adaptaciones cinematográficas, con mejor o peor suerte, de sagas literarias juveniles con grandes ventas. Dentro de dos años, la obra de J.K. Rowling generará una nueva trilogía surgida de su pluma con el estreno el 16 de noviembre de 2016 de ‘Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos’. La literatura juvenil ha plagado la cartelera. ‘El Corredor del Laberinto’ es el último ejemplo. Esta misma primavera se estrenó ‘Divergente’ (Neil Burger), otra trilogía de ciencia ficción salida de la mente de la jovencísima Veronica Roth (26 años).

‘Divergente’ está protagonizada por uno de los nuevos rostros de Hollywood: Shailene Woodley, que ha triunfado este verano en el drama romántico ‘Bajo la misma estrella’. Woodley está acompañada por actrices tan conocidas como Ashley Judd y Kate Winslet. ‘Divergente’, que divide a la sociedad en un mundo distópico en cinco grupos según las virtudes personales de cada persona (Verdad, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Erudición), es una producción de Summit Entertainment y Lionsgate. Se aupó también al número uno de la taquilla estadounidense (número dos en España) con una recaudación mundial de 286,3 millones de dólares. La segunda parte de la trilogía, ‘Insurgente’, se estrenará el próximo 20 de marzo.

‘El Corredor del Laberinto’ y ‘Divergente’ preceden, sin duda, a uno de los estrenos más esperados del año: ‘Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1’ (Francis Lawrence) (21 de noviembre), tercera y penúltima película sobre la saga de Suzanne Collins que ha popularizado toda una estrella como Jennifer Lawrence, la habitante más famosa de Panem: Katniss. ‘Los Juegos del Hambre’ (Gary Ross) (2012) apareció con una recaudación mundial de 691,2 millones de dólares. Un éxito que aumentó con ‘Los Juegos del Hambre: En Llamas’ (Francis Lawrence) (2013) con 864,5 millones de dólares, película más taquillera del año 2013 en Estados Unidos y quinta en todo el mundo. Todo un fenómeno que crece y crece bajo la sombra de Jennifer Lawrence.

 

El cine de masas se ha refugiado en los grandes best-seller de la literatura juvenil para atrapar al público adolescente, los actuales principales consumidores de películas en las tradicionales pantallas. La fábrica de sagas juveniles no descansa. ‘El Corredor del Laberinto’ es la última en sumarse.

“Me llamo Thomas, pensó.

Eso… eso era lo único que podía recordar de su vida.

No entendía cómo era posible. Su mente funcionaba a la perfección mientras trataba de averiguar dónde se había metido. El conocimiento inundó sus pensamientos; le vinieron a la cabeza hechos e imágenes, recuerdos y detalles del mundo y de cómo funcionaba. Se imaginó la nieve en los árboles, la sensación de correr por una calle cubierta de hojas, de comer una hamburguesa, el pálido brillo de la luna sobre un prado de hierba, nadar en un lago, la plaza de una ciudad con mucho movimiento y cientos de personas corriendo de aquí para allá, ocupadas con sus asuntos.

Pero, aun así, seguía sin saber de dónde venía, cómo se había metido en aquel oscuro ascensor ni quiénes eran sus padres. Ni siquiera sabía su apellido. Por un instante, le aparecieron en la cabeza imágenes de gente, pero no reconoció a nadie y unas inquietantes manchas de colores sustituyeron sus rostros. No podía pensar en ninguna persona que conociera ni tampoco recordaba una simple conversación.

La habitación continuó ascendiendo y balanceándose. Thomas acabó por hacerse inmune al incesante traqueteo de las cadenas que le llevaban hacia arriba. Pasó un largo rato. Los minutos se convirtieron en horas, aunque era imposible estar seguro porque cada segundo parecía una eternidad. No. Era más listo que eso. Si confiaba en su instinto, sabría que llevaba moviéndose aproximadamente media hora.

Por extraño que pareciera, sintió que el miedo se retiraba como un enjambre de mosquitos atrapado por el viento y daba lugar a una intensa curiosidad. Quería saber dónde se encontraba y qué estaba sucediendo.

Con un crujido y después un golpe seco, la habitación ascendente se detuvo. Aquel cambio repentino hizo que Thomas dejara de estar acurrucado y saliera disparado contra la dura superficie. Mientras se ponía de pie con dificultad, notó que la habitación cada vez se balanceaba menos, hasta que al final no se oyó nada. Todo parecía estar en silencio.

Pasó un minuto. Dos. Miró en ambas direcciones, pero no vio nada más que oscuridad. Volvió a tantear las paredes, buscando una salida, pero no había nada, solo el frío metal. Gruñó, lleno de frustración. Su eco se amplificó en el aire como el angustioso gemido de la muerte. Se desvaneció y volvió a reinar el silencio. Gritó, pidió socorro y golpeó las paredes con los puños.

Nada.

Thomas regresó a un rincón, cruzó los brazos, se estremeció y el miedo volvió. Notó una sacudida preocupante en el pecho, como si el corazón quisiera escaparse, huir de su cuerpo.

-¡Que… alguien… me ayude! -gritó, y las palabras le irritaron la garganta. Resonó un fuerte ruido metálico y, asustado, contuvo el aliento al levantar la vista. Una línea recta de luz cruzaba el techo de la habitación y Thomas vio cómo se expandía. Un sonido chirriante reveló dos puertas correderas que se abrían a la fuerza. Después de tanto tiempo en la oscuridad, sintió un gran dolor en los ojos provocado por la luz; apartó la mirada y se cubrió la cara con ambas manos”.

Thomas entraba en el Claro en la literatura y en el cine. Y seguía el camino de Katniss Everdeen en ‘Los Juegos del Hambre’, Beatrice ‘Tris’ Prior en ‘Divergente’, el pequeño Harry Potter de J.K. Rowling de la Escuela Hogwarts o los vampiros de ‘Crepúsculo’. Un camino de millones de dólares, salas de cine llenas y un reconocimiento mundial que se quedaba escaso en las páginas de un libro.