‘The Monuments Men’, el proyecto más ambicioso del actor y director, narra con un lujoso reparto la recuperación de millones de obras de arte confiscadas durante la Segunda Guerra Mundial. Una apasionante historia desaprovechada.
“En los meses que siguieron al día D, en Normandía había sobre el terreno menos de una docena de ‘Monuments Men’. Otros 25 se sumaron a ellos gradualmente hasta el cese de las hostilidades. Sobre sus hombros, la abrumadora responsabilidad de peinar todo el norte de Europa (a la búsqueda de las obras de arte robadas por los nazis). Una tarea a todas luces imposible”, expone ‘The Monuments Men: Allied heroes, nazi thieves and the treatest treasure hunt in History’, de Robert M. Edsel.
Adolf Hitler y el Partido Nazi no solo admiraban la música grandilocuente de Wagner y la arquitectura clásica. El arte, en toda su extensión, se convirtió en un frente más de la Segunda Guerra Mundial. Como vulgares saqueadores de la Edad Media o piratas en busca de su botín, las tropas alemanas se incautaron de miles y miles de piezas mientras la alargada y siniestra sombra de la cruz gamada oscurecía Europa y silenciaba brutalmente millones de vidas.
George Clooney estrena este viernes en España ‘The Monuments Men’, su quinta película como director tras ‘Confesiones de una mente peligrosa’ (2002), ‘Buenas noches, y noche suerte’ (2005), ‘Ella es el partido’ (2008) y ‘Los idus de marzo’ (2011), su proyecto más ambicioso con 70 millones de presupuesto y con un reparto de lujo encabezado por el mismo Clooney y con la presencia de Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Jean Dujardin, Bob Balaban, Hugh Bonneville y Cate Blanchett.
‘The Monuments Men’ relata uno de los aspectos colaterales más importantes y semidesconocidos de la Segunda Guerra Mundial: el brutal expolio artístico del régimen nazi. Clooney, que firma el guion junto con Grant Heslov, se inspira, precisamente, en ‘The Monuments Men: Allied heroes, nazi thieves and the treatest treasure hunt in History’, de Robert M. Edsel. Pero, ¿quiénes eran los Monuments Men (literalmente ‘Los hombres de los monumentos’), por qué surgieron y cuándo actuaron?
Franklin D. Roosevelt tiene la clave. El entonces presidente de Estados Unidos aprobó el 23 de junio de 1943 la creación de la ‘American Commission for the Protection and Savage of Artistic and Historic Monuments in War Areas’, conocida como la Comisión Roberts. Es el germen de los Monuments, Fine, Arts and Archives (MFAA), un grupo de 350 hombres y mujeres expertos en arte y procedentes de trece países (principalmente de Estados Unidos), que se encargaron de recuperar el legado artístico robado durante la Guerra. Alrededor de cinco millones de piezas se devolvieron a sus dueños.
Un robo incuantificable
Los nazis, entre 1933 y 1945, reunieron la mayor colección de arte de la historia. Imposible de cuantificar. Muchos de los legítimos dueños de las obras, en especial familias judías, murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Aún hoy, casi siete décadas después, la propiedad de un importante número de piezas confiscadas está en disputa. Otras no han tenido ni siquiera esa suerte. Se dan por perdidas o se sabe que fueron destruidas como el ‘Autorretrato de pintor camino a Tarascón’, de Van Gogh.
La dimensión del expolio ha sido y será imposible de precisar. En noviembre del pasado año, aparecieron, por ejemplo, 1400 obras de Henri Matisse, Pablo Picasso, Pierre-Auguste Renoir, Marc Chagall, Henri de Tolouse-Lautrec, Franz Marc, Emil Nolde, Carl Spitzweg, August Macke, Gustave Courbet, Max Beckmann, Max Liebermann y Otto Dix, entre otros, escondidas en el apartamento de Munich de un hijo de un antiguo dirigente nazi. Una espectacular colección de arte con un valor estimado en el mercado de mil millones de euros. Y solo es una pequeña parte del botín artístico nazi.
Hitler soñaba con construir, una vez concluida la Guerra con una victoria, el mayor museo de arte del mundo en Linz, su ciudad natal: el Museo del Führer. Conocida era su pasión por el arte, sobre todo por la pintura. En su juventud, con dieciocho y diecinueve años, fracasó con dos intentos para matricularse en la Escuela de Bellas Artes de Viena. Una frustración personal que arrastró a lo largo de su vida. La Escuela de Bellas Artes de Viena le cerró las puertas por falta de talento como pintor.
La pasión de Hitler por el arte, menos por el contemporáneo, que denunció, persiguió y destruyó, no era exclusiva en el Partido Nazi. Uno de sus más cercanos colaboradores, Hermann Göring, era un conocido coleccionista. Los soldados alemanes tenían órdenes estrictas de sustraer todas las obras de arte que encontrarán, tanto en colecciones personales como en las iglesias o los grandes museos europeos. Una cuidada operación a gran escala. Un expolio en toda regla.
La operación estaba perfectamente detallada con una unidad militar, la ERR (Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg) especializada en los saqueos. Hitler planeó ‘robos a la carta’ de obras codiciadas por los nazis, que elaboraron minuciosos catálogos sobre su expolio artístico. 39 inventarios se presentaron como prueba en los juicios de Nuremberg tras la Guerra. Una pequeña muestra de la verdadera dimensión del masivo hurto de obras de arte. Las estimaciones del propio régimen nazi apuntaban a la existencia de más de un centenar de catálogos detallando su botín.
Objetivo de los Aliados
La recuperación de las obras de arte fue una prioridad de los Aliados en el final de la Guerra. La Sociedad de Naciones (el precedente de la ONU) declaró el 5 de enero de 1943 “nulas sin ningún valor toda clase de transferencias y operaciones de bienes, propiedades, derechos e intereses de cualquier clase situados en los territorios que sufren o han sufrido la ocupación o control directo o indirecto de los países con los cuales están en guerra, o que pertenezcan o hayan pertenecido a personas naturales o jurídicas residentes en tales territorios”. El objetivo era no perder de vista las piezas robadas.
Los Monuments Men, tras su creación bajo el amparo de Roosevelt, fueron los protagonistas de esta operación que George Clooney ha llevado al cine. Hasta ahora el cine bélico apenas había tocado este aspecto de la Segunda Guerra Mundial salvo en una pequeña joya de John Frankenheimer: ‘El tren’ (1964). Burt Lancaster interpreta a un ferroviario miembro de la Resistencia francesa en el París de agosto de 1944. Un alto mando nazi apasionado del arte, con el rostro del actor británico Paul Scofield, intenta huir, con el avance definitivo de los Aliados en Francia, con un cargamento de cuadros.
‘El tren’ describe una pequeña parte de la acción del Ejército Aliado para recuperar las obras robadas durante la Segunda Guerra Mundial. ‘The Monuments Men’ cuenta la historia completa de los hombres a los que Roosevelt y el resto de dirigentes Aliados confiaron la devolución del patrimonio artístico sustraído por los nazis. Una tarea complicada. Alemania dispersó las obras en múltiples escondites. Uno de los más famosos ocultaba en una mina de sal abandonada de Altausse (Austria) más de 6.500 pinturas, 230 dibujos, 137 esculturas, 122 tapices y centenares de libros valiosos.
Un botín que para Matt Damon, uno de los protagonistas de ‘The Monuments Men’, merecía ser rescatado: “Pienso que es lo correcto cuando se trata de este tipo de arte. Quiero decir, si mi casa estuviera en llamas, no creo que entrara para rescatar las pinturas hechas por mi hija… El arte es el latido de nuestra cultura, lo mejor que jamás hayan logrado los seres humanos. Si lo perdemos, realmente perdemos quiénes somos”, ha señalado Damon en la larga y accidentada promoción de ‘The Monuments Men’ con un polémico posado del equipo de actores ante ‘La última cena’, de Leonardo Da Vinci, en la iglesia Santa María delle Grazie de Milán. El cuadro, debido a su delicado estado, está prohibido de retratar para los visitantes.
En Altausse, en plenos Alpes austriacos, se encontraba, por ejemplo, el ‘Retablo de Gante’, del maestro flamenco Jan Van Eyck. Hitler estaba convencido de que en el interior del Retablo se encontraba un mapa en clave que indicaba la ubicación exacta de los Arma Christi: los instrumentos de la Pasión de Cristo, como la corona de espinas o la lanza. Estaba convencido de que si recuperaba esos objetos y otros míticos como el Santo Grial y el Arca de la Alianza, tendría poderes sobrenaturales. Tan absurdo como aterrador.
Van Eyck y Michelangelo
Precisamente, el ‘Retablo de Gante’, de Jan Van Eyck, y la ‘Madonna de Brujas’, de Michelangelo, acaparan la atención en el filme de George Clooney, rodado en localizaciones de Alemania y Reino Unido. Un proyecto que respeta con bastante precisión el relato de ‘The Monuments Men: Allied heroes, nazi thieves and the treatest treasure hunt in History’ de Robert M. Edsel, que cayó en las manos de Grant Heslov, coguionista del filme.
“Grant leyó el libro hace tres años y pensamos en que queríamos hacer una historia sin cinismos, sin el cinismo que triunfa en la actualidad, y sí sobre al arte”, explicaba Clooney en la rueda de prensa posterior a la presentación mundial de ‘The Monuments Men’ en la pasada Berlinale. “Cuenta las aventuras de un grupo de gente que hace algo por primera vez en la historia de los conflictos bélicos, es decir, luchar por el arte”, resume Clooney, que tiene muy presente el importante descubrimiento en una mina de sal abandonada de Altausse y, por supuesto, el libro de Robert M. Edsel.
“Realmente, no sé mucho de arte, aunque me gustaría que así fuera, pero me encanta la idea de lo que ellos representaban. No era suficiente que Hitler quisiera matarte. Te quería robar tu historia, como si nunca hubieras existido, nunca hubieras estado allí, y para hacer eso se dedicaba a robar todo el arte”, ha subrayado Clooney en recientes declaraciones a la Agencia Efe. No obstante, el actor y director estadounidense se ha quedado casi en las palabras. ‘The Monuments Men’, proyectada fuera de concurso en la Berlinale, no ha convencido.
Clooney ha decepcionado. “Un filme medianamente entretenido, nada que obligue a verlo, poco emocionante”, sentencia atinadamente Hollywood Reporter sobre un fiasco que se veía venir. El estreno, previsto para el 18 de diciembre, se retrasó casi dos meses y ‘The Monuments Men’ se cayó, inesperamente, de la lucha por los Oscar. Clooney se justificaba a finales de octubre en el diario Los Ángeles Times: “Simplemente, no tenemos tiempo suficiente (…). Si alguno de los efectos visuales queda cursi, toda la película es cursi. Sencillamente no hemos tenido a la suficiente gente trabajando en ella horas suficientes como para terminarla (…) No queremos que parezca que toda la película se ha hecho por ordenador”.
Dos meses más de plazo no han sido tiempo suficiente para pulir un proyecto que aborda uno de los aspectos más importantes y menos tratados en el cine de la Segunda Guerra Mundial: el expolio artístico nazi. Clooney y su glamuroso reparto no se han ganado ser un ‘Monument Men’.
FICHA TÉCNICA DE ‘THE MONUMENTS MEN’:
Dirección: George Clooney. País: Estados Unidos. Año: 2014. Duración: 118 minutos. Género: Drama bélico. Reparto: George Clooney (Frank Stokes), Matt Damon (James Granger), Bill Murray (Richard Campbell), John Goodman (Walter Garfield), Jean Dujardin (Jean Claude Clermont), Bob Balaban (Preston Savitz), Hugh Bonneville (Donald Jeffries) y Cate Blanchett (Claire Simone). Guion: George Clooney y Grant Heslov, basado en el libro ‘The Monuments Men: Allied heroes, nazi thieves and the treatest treasure hunt in History’, de Robert M. Edsel. Producción: George Clooney y Grant Heslov. Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Phedon Papamichael. Montaje: Stephen Mirrione. Diseño de producción: Jim Bissell. Vestuario: Louise Frogley. Distribuidora: Hispano Foxfilm. Estreno en España: 21 de febrero.