El sistema museístico de Castilla y León agoniza por la crisis, al borde mismo de su extinción por la mala planificación y la falta de público receptivo.

Fotos (DA2 y Musac): Luis Cadenas Borges

Cogemos la Sota de Bastos para liarnos a golpes con una idea mal planteada que ahora paga las consecuencias. Una conversación con un buen amigo me persuadió de que, efectivamente, alguien hizo mal las cosas, y pagan los de siempre, los ciudadanos, que ni son más cultos ahora que antes ni más ricos, es más, han perdido millones por el camino. El dinero público mal usado es un pecado demasiado grande como para no ser denunciado, especialmente si por el camino se van oportunidades únicas. Al DA2 le han quitado casi el 75% de su presupuesto, y el Musac sobre el 50%. Y lo que llegará con los nuevos presupuestos puede terminar en la cuneta con más de uno.

 

Si los centros de arte y museos de Castilla y León fueran un animal, sin duda alguna serían el Lince ibérico, el Quebrantahuesos o un pobre y perdido oso pardo que lucha por sobrevivir entre los cazadores asturianos y el turismo masivo. Los dos peores pecados del sistema del arte español (dependencia del dinero público y falta de mecenazgo, patrocinio o negocio) se han conjugado en un mismo verbo: recortar. Sin paños calientes: Castilla y León no es tierra abonada para el arte contemporáneo, y hacer museos y centros de arte era poco menos que una apuesta casi pedagógica a fondo perdido. Era una forma de provincianismo en el que había que hacer un museo en la capital de la patria chica para demostrar que eran tan buenos como Bilbao, Madrid, Málaga, Valencia o Barcelona. De la chulería al fracaso en un tobogán de crisis económica que ha propiciado la actual situación.

Imágenes del DA2

Porque una vez forjados el Musac de León, el CAB de Burgos, el Patio Herreriano de Valladolid y el DA2 de Salamanca, mejor usarlos y reformarlos como fuera para poder llegar bien lejos. Pero las dos patas de un dinosaurio como los museos de CyL tenían que haber sido más una forma de educación cultural que un simple arcón para guardar arte. Tal cual. En una comunidad básicamente rural, agraria, donde la mitad de la población va camino de ser jubilada y la otra mitad sólo piensa en huir corriendo, dominada por el conservadurismo más rancio imaginable, y donde mucha gente se enorgullece de no haber leído un libro en su vida, no había forma posible de sobrevivir repitiendo el viejo modelo. Sin gancho con el público no hay nada que hacer: si los museos hubieran sido más centros formadores con exposiciones pedagógicas que simples ventanas para ser observadas, otro gallo habría cantado.

La falta de una ley de mecenazgo (todavía estamos a la espera a pesar de que el PP lo prometió en campaña, pero claro, la cultura y el conocimiento no importan, asustan si no se pueden controlar) y el consabido instinto despótico de los partidos políticos, que intentan controlar la cultura con el dinero público, ha desembocado en una situación terrible en la que el DA2 está a un paso de ser cercenado de golpe, con sólo una persona como responsable, administrando el centro contemporáneo una serie de políticos sin ideas ni experiencia. También con el Musac ahogándose, exhibiendo apenas su colección y poco más, más espabilado que el DA2 porque depende de la Junta de Castilla y León, pero poco más. El Patio Herreriano hace bodas en su interior: muy kitsch todo. Todos los gestores, salvo el municipal DA2, ya degollado de por sí desde que Javier Panera fuera invitado a coger la puerta, más los despidos siguientes de sus colaboradores más cercanos, temen los presupuestos de este año. Porque es como una cascada: si Madrid corta dinero, Valladolid tendrá que hacer lo mismo porque no dejan de ser las arcas nacionales las que alimentan los sueños de grandeza de las nuevas taifas españolas.

Musac de León 

 

Faltan 16.000 millones de euros

Esa cantidad es la que van a sustraer de un presupuesto nacional que tendrá un efecto dominó sobre las cuentas de Castilla y León. Al no haber dinero se recorta de las áreas que menos efectos colaterales puede tener para los intereses partidistas: la cultura, por ejemplo. Los centros y museos no tienen dinero, así que no pueden programar más exposiciones o muy grandes, se vacían de contenido y tienen que tirar de los fondos propios, con muestras y exposiciones que se alargan en el tiempo como un chicle (las del DA2 podrían llegar al año si esto sigue así y en junio no hay más movimiento), las actividades pedagógicas necesarias para conectar con escolares y familias desaparecen, con lo que se pierde también tirón mediático y popular, y finalmente se convierten en cajas vacías. Y de las publicaciones mejor ni hablar: un catálogo es un lujo difícil de justificar. El Musac y el DA2, a su manera, son el mejor ejemplo del proceso de vaciado del que acabo de hablar. ¿Sería quizás mejor cortar por lo sano y desviar el dinero hacia otros campos del mismo área que puedan salvarse? Eso significaría tener voluntad e ideas. Y eso sí que es caro.