La Editorial Norma ha liberado una primera página, en realidad una media página, con escenas del primer volumen nuevo de Corto Maltés que se publicará después de la muerte de Hugo Pratt. Será ‘Bajo el sol de medianoche’ para el 30 de septiembre.
Vamos a ponernos en antecedentes: Hugo Pratt murió en 1995 y dejó huérfano a uno de los mayores anti-héroes con mejor expediente heroico que se recuerda en Europa. Era una construcción típicamente italiana, mediterránea, europea: la épica se mezclaba con el simbolismo, el romanticismo y la sensación de agotamiento perpetuo en un personaje vitalista, libre y sin los formalismos ni tics que inundaba el cómic americano. Era un hijo del sur de Europa que conquistó el mundo con ese toque tan años 70 que podía llegar a tener. A fin de cuentas Pratt lo parió a finales de los años 60 pero fue en los 70 cuando se cimentó. Se editó entre 1976 y el mismo año del adiós de Pratt.
La editorial Norma será la encargada de publicar nuevo material el 30 de septiembre, titulado ‘Bajo el sol de medianoche’ después de que, en colaboración con las italianas Caserman y Rizzoli, concretara quiénes iban a recoger el testigo: dos españoles, Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero. Lo que liberó Norma este fin de semana es un pequeño adelanto: ambiente frío, invernal, un viaje por el ártico, Corto Maltés junto a Sam McGee, y varias frases, como “Odio los perros, odio el frío y te odio a ti, Corto Maltés”. “Si la palmo aquí no quiero ser enterrado en el asqueroso hielo”. Apenas cuatro viñetas contadas para los medios en los que se observan los primeros pasos de esta nueva creación pensada para alargar la vida de un gran personaje.
El estilo es similar al del autor, tanto en el trazo como en la disposición, si bien es evidente que no es lo mismo. Corto mantiene el mismo perfil, barba de varios días, las patillas setenteras que son parte de su identidad, y la eterna gorra de marinero, esté en el mar, el desierto o el ártico rodeado de nieve. En su momento Díaz Canales y Pellejero ya dejaron claro que no querían hacer una copia, sino una versión diferente pero conservando el espíritu original. Justo el término medio: ni copia ni versión en las antípodas, sólo una visión sobre los mismos cimientos pero con toques diferenciadores. Hugo Pratt nunca dejó claro quién le hubiera gustado que siguiera su camino si él fallecía, y aseguró que en realidad no tenía la misma paranoia que Hergé, que prohibió cualquier tipo de desarrollo póstumo.
Primeras viñetas de ‘Bajo el sol de medianoche’, lo nuevo de Corto Maltés con nuevo guionista y dibujante
Corto Maltés fue la gran creación de Pratt, un mestizo, un ácrata, un aventurero, nostálgico y libre de todo peso al mismo tiempo, héroe que no era tal, personaje cargado de romanticismo publicado en una época donde no había ni rastro de romanticismo (último cuarto del siglo XX). Hijo de un marinero de Cornualles y una gitana gibraltareña, vive en ese arranque del siglo XX, antes, durante y después de la Primera Guerra Mundial. En realidad era un alter ego del propio Pratt, también un mediterráneo puro y duro, un italiano de origen judío sefardí con una historia familiar muy peculiar. Su familia se había instalado en Cornualles (otro guiño más a Corto Maltés), luego sus descendientes emigraron a Francia y después Venecia, donde uno de sus antepasados incluso ayudó a fundar el partido fascista en la zona. Una rocambolesca historia de migración sin fin en el que la sangre inglesa, francesa, veneciana y judía se mezclan. Sólo Pratt podía haber creado a Corto.
A este pasado hay que unir las filias de Pratt: era fan acérrimo de Joseph Conrad, Jack London y Herman Melville, lo que explica la vida aventurera de Corto Maltés. Y su estilo bebía de los grandes, como Will Eisner, al que se puede descubrir en determinado tipo de trazos. El clasicismo bien llevado, que llaman a ese estilo. Sin embargo con los años terminó por estilizarse muchísimo, liberado ya de servidumbres, y creando una marca en la que había más tintes expresionistas que realistas. También fue un viajero impenitente: su biografía está dividida por capítulos entre Italia. Etiopía, la mala vida durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina, Inglaterra y de nuevo Italia. La fama lo encumbró en los 70 después de mil tumbos como dibujante para cualquier cosa, desde portadas de discos a novelas gráficas.
Corto Maltés, el alter ego vitalista de Hugo Pratt (a la derecha)
Pero lo importante es Corto Maltés. Aunque nació en 1967 como personaje, no sería publicado en formato serie hasta 1969, para luego seguir hasta 1989. Luego las historias serían recopiladas en álbumes sucesivos (donde realmente se expandió el personaje) entre 1972 y 1992. Pratt colaboró en el dibujo con Guido Fuga y con Patrizia Zanotti como colorista. Según la biografía creada por el propo Pratt, Corto nació en La Valetta (Malta) en 1887, adoptando luego el sobrenombre de Maltés como apellido por su origen mestizo. Mitad inglés y mitad gitano andaluz, en las historias de Pratt cuenta con nacionalidad británica y vive en otro paraíso marítimo, Antigua y Barbuda. La primera historia fue ‘La batalla del mar salado’ en 1967, y la última antes de que Díaz Canales y Bermejo la hayan recogido fue ‘Mû’, en 1988. El arco de tiempo ficticio va de 1913 a 1925, extendido sobre doce álbumes que son uno de los pilares del cómic europeo junto con otros como Moebius, Goscinny, Uderzo o Hergé. En España fue la revista Totem la que la publicó durante los años 70 antes de que Norma comprara los derechos. Se hizo una adaptación al cine en 2002, y luego Canal Plus realizó cuatro largometrajes para televisión.
Corto Maltés tuvo un final ligero comparado con su vida aventurera y de caballero sui generis que creó Pratt: según los álbumes oficiales termina retirado plácidamente después de patearse medio planeta y descubrir el continente perdido de Mû y el origen de los humanos. En esta historia de cómic la realidad se confunde: Corto conoce a personajes reales reconstruidos o imaginarios directamente, desde Herman Hesse a Stalin (al que conoce de joven), un soldado ruso desertor apodado Rasputín (su contrario y al mismo tiempo camarada) y muchos otros. Y los objetivos también, desde mundos perdidos a reliquias arqueológicas, guerras, sociedades secretas, tiranos, democracias y mujeres. Todo el romanticismo real, literario e imaginado por Pratt se entremezcló por completo entre las páginas, incluso dándole un final alternativo: desaparecido durante la Guerra Civil española después de alistarse en las Brigadas Internacionales. Pero con Pratt todo era sui generis.
Los españoles que resucitan a Corto: Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero
Juan Díaz Canales (1972) es un guionista de cómic como hay pocos en España. Es, para empezar, la mano que escribe los guiones de ‘Blacksad’, lo que da ya cierta idea de su nivel artístico. Además es director de cortos de animación. Es amigo y compañero de trabajo y fatigas de Juanjo Guarnido, con el que creó ‘Blacksad’, la premiada serie español de género negro que triunfó en los Eisner y en Francia. Es además Premio Nacional del Cómic en 2014 precisamente por esta creación. Rubén Pellejero (1952) es uno de los autores españoles más interesantes, reconocibles y admirados de los que están trabajando para el mercado franco-belga. Se inició en el cómic a finales de los 70 a través del mercado de las agencias, y desde entonces ha trabajado regularmente. Su asociación con el guionista argentino Jorge Zentner es de lo más creativo que se ha dado al cómic, con la serie ‘Dieter Lumpen’ (años 80 y 90) y obras como ‘El silencio de Malka’ (1996) y ‘Tabú’ (2000). En este siglo se unió a Denis Lapiére para nuevos trabajos que ayudaron a su carrera antes de asumir el nuevo tándem con Díaz Canales. En 2010 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, en reconocimiento a toda su trayectoria.