La carismática mutante vuelve a peinarse con cresta para despegarse de las garras de Lobezno y emprender su camino en solitario con una serie que hace justicia a una heroína con multitud de caras, labrada a sí misma e infravalorada hasta hoy.

IMÁGENES: Marvel

Si la condición para convertirse en guitarrista pasara por ser Jimi Hendrix, no habríamos conocido ni a Joan Jett, ni a Jimmy Page; tampoco a Eric Clapton, BB King, Chuck Berry… ni a Mark Knopfler… Si para cantar se antojara necesario superar la voz de Freedie Mercury, nunca habríamos tarareado aquello de “de sobra sabes, que eres la primera…”, de Sabina, ni el ‘Like a Rolling Stone’, de Dylan. Pues sí, Tormenta cantaría ‘We are the champions’ con la voz de Jagger. Su poder no alcanza la categoría Omega pero su carisma sí se define como inagotable. No se le supone capaz de alterar la realidad o crear otras dimensiones; sí de sofocar la detonación de una bomba nuclear controlando la presión atmosférica. La señora de los elementos, este torbellino que posee la virtud de manejar el clima a su antojo, estampó su firma en el manifiesto punk desde que asomó su cabeza a las viñetas (en mayo de 1975), haciéndose a sí misma, rechazando dogmas, cuestionando lo establecido y arreándole una patada en el culo al machismo, asumiendo en otro momento el mando de los X-Men, y arrojando a la papelera esos adjetivos que han acompañado a la mujer en el cómic hasta no hace mucho, la “guapa tonta” (la jinete de los vientos habla correctamente el ruso, el árabe y el swahili… y aún le queda tiempo para ejercer de reina de Wakanda).

Esta bruja del tiempo dibujó la V con sus dedos índice y corazón tras retar a Cíclope. Repitió con el negro albino Diluvio (acompañada, eso sí). Incluso venció a la mismísima Wonder Woman en los enfrentamientos de superhéroes de Marvel y DC Cómics (el resultado del combate no contentó a todos, para ser justos) y sus servicios fueron solicitados por Spiderman en la versión animada para enfrentarse a villanos en un combate entre el bien y el mal con un mundo alienígena como sede. Y aunque no pudo con Thor (demasiado pretencioso eso de que el Dios del Trueno la derrote con un beso, por muy Chris Hemsworth que sea) y se supone que la tarea es ardua con Hulk (Ororo Munroe, el verdadero nombre de nuestra protagonista, ha intentado detener a La Masa con la ayuda de otros mutantes en varias ocasiones. Ha resultado inútil), Tormenta logró el más difícil todavía, resucitar después de sacrificarse para cerrar un portal creado por el demonio.

 

La raptaron, se deshicieron de sus recuerdos, pero resistió; se enamoró de Forja, el creador del arma que anuló sus poderes, y resurgió del subsuelo; los sitios cerrados son su kriptonita (sufre claustrofobia desde aquel día en el que los bombardeos en El Cairo derruyeron su casa con sus padres dentro) pero lucha contra su fobia. La emblemática mutante camina por la vida con el cuchillo entre los dientes y aún puede hacer hueco en su agenda para suplir en sus vacaciones en Los Cuatro Fantásticos a Mr Fantástico y la Mujer Invisible (su secuaz en esta aventura fue Pantera Negra) y para unirse a Los Vengadores con el fin de descubrir si el mencionado Pantera Negra anuló su matrimonio.

Ororo, creada por el guionista Len Wein (también papá de ‘La cosa del pantano’) y el dibujante Dave Cockrum (relanzó ‘La Legión de Superhéores’ para DC), se ha despegado por fin de las garras de Lobezno para coleccionar reconocimientos. Los honores asoman a un año de ingresar en la década de los 40, demasiado tiempo de espera para una heroína infravalorada que ejercerá ahora de diosa guardiana trotamundos. Tormenta abandona su papel de secundaria de postín (la protagonista moral, para una parte de los seguidores de la saga) para acaparar todas las miradas en una nueva serie para la Marvel con ella como icono. Esa capacidad para atraer y fascinar se repite en el guionista encargado de cocinar el pastel, Greg Pak, que con ‘World War Hulk’ coleccionó los aplausos más ensordecedores, y que ya firmó el texto de una versión alternativa de Tormenta durante su breve etapa en Astonishing X-Men (inolvidable aquella cubierta de Mike McKone en la que nuestra reina y Cíclope desataban sus pasiones carnales).

Viñeta Storm

Cuando saltó la noticia, la primera pregunta que los amantes de esta mujer de bandera formularon al escritor, que guarda un cariño eterno a este personaje, se refirió al peinado de la diosa. Tranquilos, Tormenta lucirá su mítica cresta gracias al trazo de Víctor Ibáñez (Ratcatcher). La filosofía punk, la lucha constante contra el miedo de las repercusiones sociales, la creencia de que el mundo es lo que hacemos de él, la inconformidad… no podían dejar de dar la mano a esta mujer que protagonizará el quinto spin-off mutante, tras las aventuras en solitario de Magneto (buena nota para esta entrega), Nightcrawler (con cierto aire de nostalgia), Cíclope y el propio Lobezno (no muy buenas caras vemos entre aquéllos que ya han devorado sus páginas).

La directora de la Escuela Jean Grey de Enseñanzas Superiores ya no es aquella jovencita que deambulaba desorientada por las calles de El Cairo hasta que buscó cobijo en una banda de ladrones, aprendiendo las artes del siseo; tampoco la que intentó robarle la cartera a Xavier (el maestro la detuvo con sus habilidades telequinésicas), ni siquiera ésa a la que el Profesor X solicitó ayuda por primera vez para salvar a su patrulla de la isla viviente Krakoa. Tras finalizar aquel combate, se adhirió a su nueva familia, perfeccionó sus poderes, evolucionó, sufrió y amó y hoy es una mujer que puede elevar o reducir la temperatura de su ambiente, manipular el viento y los relámpagos y elevarse a sí misma. Y ahora el vuelo lo emprende sola, viajando por el mundo en misiones de paz para calmar desastres naturales e impartir lecciones a los gobiernos corruptos. Ay, Tormenta, ojalá fueras real.

 

¿Es la hora de Lupita Nyongo’o?

Es un secreto a voces. No lanzamos ningún spoiler si contamos que Halle Berry, la encargada de dar vida a nuestra protagonista en el cine, no se prodiga demasiado en la última entrega de la patrulla (‘X-Men. Días del futuro pasado’). El embarazo sorpresa de la intérprete dificultó el rodaje de algunas escenas previstas y Bryan Singer abusó de la tijera sin miramientos. Shadowcat, esa mutante capaz de atravesar cualquier material, encarnada por la pequeña Ellen Page; y la camaleónica Mística (Jennifer Lauwrence funciona mejor incluso como  contorsionista y pintada de azul que practicando el tiro con arco en ‘Los Juegos del Hambre’ con sus mejillas sonrosadas) le comen la merienda a la veterana. Un nutrido grupo de seguidores de la saga ya ha hablado y ha lanzado su petición por medio de www.change.org para que la reciente ganadora del Oscar Lupita Nyongo’o (‘Doce años de esclavitud’) tome el relevo a la que fuera Catwoman. “Nyongo’o tiene todo para ser Tormenta: el acento, la apariencia y la capacidad para dar vida a la mutante”, reza el manifiesto.

Lupita Tormenta mix

John Byrne o el doctor Frankenstein

Si el doctor Frankenstein atravesara universos y coloreara su laboratorio, probablemente tumbaría en una camilla a Tormenta y en la otra, dormiría a Wonder Woman, un deseo que cumplieron John Byrne, autor de esos dibujos limpios y clásicos de Superman, y su secuaz en más de una aventura, Terry Austin. Juntos firmaron una joya en viñetas, ‘Family History’, en abril de 1996. Se trata de la fecha en la que se publicó este experimento de la editorial Amalgam que fusionó a estas féminas de armas tomar para crear otra criatura icónica e indestructible. ¿El resultado? Amazon, una metamutante capaz de manipular el tiempo y de forjar un lazo con un rayo que obliga a sus víctimas a decir la verdad. Sí, la niña se apropió de todo lo bonito de sus madres. Tomamos aire para enumerar sus poderes: Resistencia, velocidad, fuerza y agilidad sobrehumana además de longevidad, destreza para la manipulación del tiempo y curación acelerada. Vamos, la vecina que todos desearíamos tener para sentirnos seguros. El color de Tormenta viste la piel de esta moderna Prometea (de ella hereda también el blanco de su interminable melena), que recoge su cabello con la inconfundible diadema de la Mujer Maravilla y su atuendo con tapizado de estrellas (y menos tela) más la “w” metálica y dorada que sostuvieron los pechos de una de sus progenitoras durante más de siete décadas.

La princesa Ororo de Themyscira, conocida así cuando no porta su manto, sus interminables calzas rojas y su ceñida armadura, divisa el mundo en azul y se alista en la JLX, dirigida por Mister X, la amalgama del Professor X (Charles Xavier) y Martian Manhunter (J’onn J’onzz), de raza Skrull, extraterrestre de piel verde humanoide del planeta Marte que aterriza en la Tierra por un experimento de teletransportación. Pero el camino que condujo a su ingreso en esta nueva familia, lejos de Hipólita, quien la rescató de la muerte, y de su hermanastra Diana, no estuvo adornado con rosas, precisamente. La chica no quería tener nada que ver con un grupo cuyo liderato tuviera nombre masculino y no fue hasta que se vio atacada por Fin Fang Flame, un dragón de dimensiones estratosféricas, cruce entre el villano de Marvel Fin Fang Foom y Brimstone, el malvado de DC, cuando dio su brazo a torcer. Eso sí, porque a ella le dio la gana. Como debe ser.