Roy Andersson gana el León de Oro con ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’, comedia surrealista con la que concluye su peculiar trilogía sobre el sentido de la vida.
“No quiero contar una historia, sino hacer cuadros de la vida”. La Mostra de Venecia ha sucumbido a la metafísica sueca de Roy Andersson (Göteborg, 1943), director de ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’ o, lo que es lo mismo, ‘Una Paloma Posada en una Rama Reflexionando sobre la Existencia’, León de Oro de la 71ª edición de la Bienal. El espíritu de Ingmar Bergman regresó al Lido. Eso sí, con matices en palabras del mismo Roy Andersson: “Bergman no tenía sentido del humor. Era muy competente pero le faltó eso”.
El director sueco, que ha cumplido con los pronósticos, ha recogido emocionado un premio que significa el culmen de su carrera. Hace catorce años consiguió el Gran Premio del Jurado en Cannes por ‘Canciones del Segundo piso’, primer paso de una trilogía metafísica continuada por ‘La comedia de la vida’ y finalizada con ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’ (ya veremos qué título se elige para su distribución en España). Roy Andersson ha sido fiel a sí mismo a la hora de recoger el León de Oro y ha apelado al cine como herramienta al servicio del humanismo.
Imagen de ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’
Para ello, consciente del escenario, Andersson ha evocado a una de las grandes obras del neorrealismo italiano: ‘El Ladrón de Bicicletas’, del maestro Vittorio de Sica. “Esa escena, cuando va a empeñar la bicicleta y descubre tantos pobres como él, que inclusive dejan su propia bicicleta… Esa única escena vale por todas. Una escena llena de humanidad, empatía. Un filme debería ser todo ello”, ha resumido. Y es que ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’ no solo remite a Bergman. La referencia a ‘El Ladrón de Bicicletas’ no es una licencia gratuita a un auditorio italiano.
Andersson firma una comedia surrealista en la que dibuja, como se propone, “cuadros de la vida”. “Resulta aburrido ver historias con un final donde todos están contentos. Yo tiendo a hacer historias sobre la vida. He dejado la narración tradicional y quiero seguir hablando de los seres humanos”, puntualizaba tras la proyección de ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’, protagonizada por dos vendedores ambulantes de artículos de broma, inevitable acordarse de Don Quijote y Sancho Panza, con surrealistas encuentros con la muerte.
No son los únicos personajes. Junto a los vendedores ambulantes aparecen, en un anacrónico Göteborg, el mismo rey Carlos XII de Suecia (siglo XVII), un capitán de ferry reconvertido en peluquero, una científica experimentando cruelmente con un mono o un hombre decidido a suicidarse. Siempre con un humor absurdo como eje de la película. Roy Andersson ha dedicado siete años para realizar una película inspirada en los pintores expresionistas Otto Dix y Georg Grosz. “Creo que la imagen llegó antes que la palabra. Por eso hay que fijarse en la historia de la pintura: ahí está todo”, ha añadido el director sueco en Venecia.
El director sueco Roy Andersson
Andersson, que se refugió en la publicidad entre 1975 y 2000 tras el enorme fracaso de su tercera película (‘Giliap’), ha dejado en un segundo plano a los grandes nombres de una Mostra con altibajos: Alejandro González Iñárritu, con el estreno mundial de ‘Birdman’; Abel Ferrera con su biopic sobre Pier Paolo Pasolini protagonizado por Willem Dafoe; y Al Pacino, con doble presencia en el Lido: ‘Manglehorn’ (David Gordon Green) y ‘The Humbling’ (Barry Levinson). Ninguno aparece en el palmarés del Festival, si bien no han dejado, por distintos motivos, indiferentes a la crítica y el público.
La Bienal comenzó, como hace un año, con otra maravilla de un director mexicano. Alejandro González Iñárritu, con ‘Birdman’, tomó el testigo de Alfonso Cuarón con ‘Gravity’. Iñárritu, a base de una colección de planos secuencia, cambia de género, “después de tantos dramas intensos necesitaba un poco de chile picante mexicano”, y narra los esfuerzos de un olvidado actor (Michael Keaton), antiguo superhéroe en el cine, para regresar a primera línea con el montaje de una obra en Broadway, una adaptación libre del libro de cuentos ‘De qué hablamos cuando hablamos de amor’, de Raymond Carver.
Iñárritu relató, con sorna, cómo obtuvo el apoyo de Keaton a ‘Birdman’: “Le envié el guion, le invité a cenar los tres días, nos bebimos una botella de vino y solo entonces me preguntó si pretendía burlarme de él. Por supuesto que no, lo que yo quería era alguien que transitara fácilmente del drama a la comedia, que tuviera talento para ambos géneros. Y por supuesto, estaba su pasado: pocas personas en la Tierra se han puesto esa capa (la de Batman) y han reinventado un género, el de los superhéroes, que hoy ha envenenado todo el mundo”.
‘Birdman’
Pier Paolo Pasolini ha sido el segundo gran nombre propio de la Mostra. El director italo-americano Abel Ferrara no ha convencido del todo con la primera aproximación cinematográfica sobre la figura del irrepetible emblema de la cultura italiana, asesinado en la playa romana de Ostia el 2 de noviembre de 1975. Ferrara se centra en las últimas horas de vida de Pasolini, en su pulsión creativa, pero elude responder al gran enigma por resolver: “Nunca dije saber quién mató a Pasolini (…). La idea era centrarnos en su trabajo, en sus películas, en su pasión y en su compasión”, se ha defendido Ferrara en Venecia.
“Fue un hombre de otro tiempo, que convivió con el fascismo en un país que le quería destruir. Pasolini habitó en Salò cada día de su vida. Pero formaba parte de la generación de mi padre, que creyó ciegamente en la personalidad propia”, ha remarcado el director italo-americano que ha contado con un notable Willem Dafoe en la piel del escritor, poeta y realizador de, entre otras, ‘Accattone’. “No me he sentido como un actor que interpreta, sino que he tratado de habitar los pensamientos de Pasolini. No me separo a mí mismo de la película. Sentí la responsabilidad de mantener un diálogo íntimo y muy personal con las cosas que le preocupaban a él”, ha explicado un reflexivo Dafoe.
Al Pacino, a sus 74 años, ha aceptado y aprobado el reto de participar en un Festival del prestigio de Venecia con dos películas: ‘Manglehorn’ (David Gordon Green), en la sección oficial, y ‘The Humbling’ (Barry Levinson), fuera de competición. Pacino (una pena que su compañero de generación y leyenda De Niro no piense igual) no está dispuesto a manchar una carrera intachable en su recta final. ‘Manglehorn’ y ‘The Humbling’, basada en una obra de Philip Roth, no son dos pasatiempos. El actor neoyorquino aprovechó su estancia en Venecia para recibir una oleada de reconocimientos y, de paso, para hablar, con tanta sencillez como inteligencia, sobre el presente del cine.
Al Pacino en Venecia
“No tengo mucho que decir. Una película es una película. Ni siquiera sé qué es Hollywood, aparentemente está por Los Ángeles. La industria ha cambiado, aunque ni para bien ni para mal, sencillamente ha mutado porque el sistema económico, la vida en general, ha cambiado. En cualquier caso, yo nunca he vivido allí. Desde luego, la relación de la industria es distinta con los grandes autores hoy en día. Pero aún se hacen buenas películas buenas, por ejemplo ‘Guardianes de la galaxia’. En fin, divago, no conozco mucho aquello”. Genial Pacino.
El palmarés estaba reservado para otros nombres más secundarios que Iñárritu, Ferrara y Pacino. El jurado, presidido por el compositor francés Alexandre Desplat, repartió premios con mayor o menor unanimidad. Si inapelable ha sido el León de Oro para ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’, muy protestado ha sido, en cambio, el Gran Premio del Jurado para la cinta turca ‘Sivas’ (Kaan Mujdeci), una sensiblera producción con un niño de once años y un perro abandonado como pareja destacada. Algo justa para un Festival.
El palmarés de la 71ª edición de la Mostra de Venecia se cierra con Andrei Konchalovsky, León de Plata a la Mejor Dirección por ‘The Postman’s White Nights’, costumbrismo en una aldea del norte de Rusia; Rakhshan Banietemad y Farid Mostafavi, Mejor Guion por ‘Ghesseha’ (‘Tales’), de Rakhshan Bani E’temad, una valiente película iraní enfocada en el universo femenino; Romain Paul (trece años), Premio Marcello Mastroianni al Actor/Actriz Emergente por su papel en el largometraje francés ‘Le fernier coup de marteau’, de Alix Delaporte; y dos grandes ganadoras en Venecia: ‘The Look of Silence’ (Joshua Oppenheimer) y ‘Hungry Hearts’ (Saverio Costanzo).
Joshua Oppenheimer se marcha del Lido de Venecia con el Premio Especial del Jurado y el Premio Fipresci de la crítica internacional. ‘The Look of Silence’, una coproducción internacional con participación de Dinamarca, Finlandia, Indonesia, Noruega y Reino Unido, indaga con acierto en las secuelas de la dictadura de Suharto con una historia de venganza. Oppenheimer ya sacó del olvido el genocidio de un millón de comunistas e intelectuales en la pasada década de los sesenta durante el mandato de Suharto en Indonesia. Hace apenas dos años, sobrecogió con el documental ‘The Act of Killing’. En ‘The Look of Silence’, el director danés sigue los pasos de un hombre que busca a los verdugos de su hermano, víctima de los hombres de Suharto.
Alba Rohrwacher
‘Hungry Hearts’, del italiano Saverio Costanzo, ha arrasado en el capítulo interpretativo. Éxito para su pareja protagonista: Copa Volpi a la Mejor Interpretación Masculina para el estadounidense Adam Driver, el próximo villano de ‘La Guerra de las Galaxias’, y Copa Volpi a la Mejor Interpretación Femenina para la italiana Alba Rohrwacher. Una elección cuestionable en una película extraña, una ‘Love Story’ con ecos a ‘La Semilla del Diablo’. Adam Driver y Alba Rohrwacher son una joven pareja con diferencias a la hora de vivir la paternidad debido a la sobreprotección de la madre.
Fuera de competición, la Mostra ha tomado altura con el aplaudido regreso de Peter Bogdanovich, siete años ausente de las salas de cine, con la comedia romántica ‘She’s Funny that Way’, con Owen Wilson, Imogen Poots y una Jennifer Aniston que plantó al Festival a pesar de estar anunciada su presencia. “No me gusta morder la mano que no me da de comer, pero desafortunadamente Hollywood ha ido en la mala dirección con tantas precuelas, secuelas y superhéroes (…). Los grandes días de Hollywood, de Lubitsch, de Howard Hawks, ya no están con nosotros. Es deprimente y decadente”, ha lamentado en Venecia el director de ‘La Última Película’ (1971).
Joe Dante y James Franco han sido otros dos destacados nombres fuera de competición. Dante, el creador de esas criaturas tan terroríficas como divertidas llamadas ‘Gremlins’, ha sacado nota con una comedia de zombis: ‘Burying the Ex’. Mientras, James Franco, que no para tras las cámaras, ha presentado ‘The Sound and The Fury’, una adaptación de la homónima novela de William Faulkner. El punto literario en una edición de la Mostra que ha optado por la metafísica sueca de la reflexiva paloma de Roy Andersson en ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’.
PALMARÉS 71ª EDICIÓN MOSTRA DE VENECIA:
León de Oro a la Mejor Película: ‘A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence’ (Roy Andersson) (coproducción Suecia-Alemania-Noruega-Francia).
Gran Premio del Jurado: ‘Sivas’ (Kaan Mujdeci) (Turquía).
León de Plata a la Mejor Dirección: Andrei Konchalovsky por ‘The Postman’s White Nights’ (Rusia).
Premio Especial del Jurado: ‘The Look of Silence’ (Joshua Oppenheimer) (coproducción Dinamarca-Finlandia-Indonesia-Noruega-Reino Unido).
Copa Volpi a la Mejor Interpretación Masculina: Adam Driver por ‘Hungry Hearts’ (Saverio Costanzo) (Italia).
Copa Volpi a la Mejor Interpretación Femenina: Alba Rohrwacher por ‘Hungry Hearts’ (Saverio Costanzo) (Italia).
Premio Marcello Mastroianni al Actor/Actriz Emergente: Romain Paul por ‘Le fernier coup de marteau’ (Alix Delaporte) (Francia).
Premio al Mejor Guionista: Rakhshan Banietemad & Farid Mostafavi por ‘Ghesseha’ (‘Tales’) (Rakhshan Bani E’temad) (Irán).
Fipresci: ‘The Look of Silence’ (Joshua Oppenheimer) (coproducción Dinamarca-Finlandia-Indonesia-Noruega-Reino Unido).
León de Oro Honorífico: Frederick Wiseman y Thelma Schoomaker.
Sección paralela ‘Horizontes’:
Mejor Largometraje: ‘Court’ (Chaitanya Tamhane) (India).
Mejor Director: Naji Abu Nowar por ‘Theeb’ (coproducción Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Reino Unido).
Premio Especial del Jurado ‘Horizontes’: ‘Belluscone: Una storia siciliana’ (Franco Maresco) (Italia).
Mejor Actor: Emir Hadžihafizbegović por ‘These are the rules’ (Ognjen Svilicic) (coproducción Croacia-Serbia-Macedonia-Francia).
Mejor Cortometraje: ‘Maryam’ (Sidi Saleh) (Indonesia).
León del Futuro: ‘Court’ (Chaitanya Tamhane) (India).