España en cueros, la ciencia española en cueros, como en los buenos tiempos de don Ramón y Cajal, cuando eran otros los que pagaban y otros los que inventaban. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha acordado con el Ministerio de Economía la cofinanciación de la ciencia y la tecnología con 625 millones de euros. 

En total será un 46% de las aportaciones necesarias. En concreto el BEI financiará todas las aportaciones de la Secretaría de Estado de I+D+i a Organismos Públicos de Investigación e Infraestructuras Científicas y Tecnológicas Singulares con “condiciones muy ventajosas” durante este año (incluye las aportaciones de todo 2012) y hasta 2014. El convenio suscrito establece que el BEI financie el 50% del ‘Proyecto de Infraestructuras’, que con un presupuesto total de 1.258 millones de euros comprende distintas actuaciones en Organismos Públicos de Investigación (OPIS) e Infraestructuras Científicas y Tecnológicas Singulares (ICTS).

La firma de este acuerdo “asegura” la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad a los OPIS e ICTS durante tres años “en unas condiciones para la Administración General del Estado mucho más ventajosas que a través de emisión de deuda pública”. Es decir: ahorro, ahorro, ahorro, pero no en lo importante, sino en los flecos secundarios que en realidad son fundamentales, como la ciencia y la investigación. Para poder poner el dinero los técnicos del BEI decidieron visitar algunos de los centros que van a beneficiarse, como el CSIC o instalaciones medioambientales mediterráneas. La buena impresión debe haber sido suficiente, lo que dice mucho de la capacidad de los científicos españoles para sobrevivir a sus políticos.

El BEI es el órgano financiero de los 27 países de la Unión Europea y pide prestado dinero en los mercados de capital para financiar proyectos destinados a mejorar las infraestructuras, el suministro de energía o las condiciones medioambientales a un tipo de interés bajo, ha detallado la Secretaría de Estado de I+D+i.