Uno de los síntomas de que una industria no funciona bien es el desperdicio: en España la maquinaria (débil) del cine nacional no fue capaz de estrenar y distribuir el 30% de los filmes producidos en nuestro país. Una sangría elocuente.
Uno de los síntomas de que una industria no funciona bien es el desperdicio: en España la maquinaria (débil) del cine nacional no fue capaz de estrenar y distribuir el 30% de los filmes producidos en nuestro país. Una sangría elocuente.