Tarantino tiene una peculiaridad: es extremadamente fiel a sí mismo, y eso es un valor escaso hoy en día; con ‘Django desencadenado’ no se ha dejado llevar y es Tarantino 100%, y una gran película con algún altibajo, pero merecería tener un Oscar al mejor guión. Así que, escojan el día del espectador para verla. Lo merece.