Concluida la primera temporada de esta serie, y con el estreno de una nueva temporada desde este abril, ya podemos asegurarnos un año más de calidad argumental.
Recogiendo el testigo de la aclamada ‘Homeland’, nos llega esta nueva trama de espionaje, que nos sumerge en una típica historia de espías al más puro estilo de los años 80. Cuan complicada es la vida de un espía, envuelto siempre en tramas retorcidas, misiones peligrosas y mentiras que encubren otras mentiras. Y quién no ha saboreado las mieles de una relación amorosa, con sus vaivenes y sus no menos intrincadas y “peligrosas” tramas y giros. Bien pues, esta obra aúna ambas ideas y lo que resulta es un cocktail, “mezclado no agitado”, que mantiene una buena tensión constante a lo largo de los capítulos.
Fox España nos trae esta obra que narra la historia de un matrimonio de dos espías del KGB que se hacen pasar por dos agentes de viajes americanos que residen Washington DC en la década de los 80. El matrimonio está formado por Phillip y Elizabeth Jennings, y tienen dos hijos que desconocen la verdadera identidad de sus padres. Constantes misiones que ponen a prueba la destreza de ambos agentes así como la fortaleza de su matrimonio. Sin duda la guerra fría en la que se ven envueltos no es el único conflicto que vivirán.
La producción tiene una más que aceptable calidad visual, teniendo en cuenta el bajo presupuesto que se observa, lo cual no la deja desprovista de calidad, sino al contrario, es el ejemplo claro de que a veces, menos es más. A su vez la ambientación está más que lograda, tanto en vestuario como atrezzo, vehículos, viviendas e incluso radios y demás artilugios de espias, que dan un buen empaque y credibilidad a la serie.
La aparentemente idílica familia americana de los Jennings
Matthew Rhys y Keri Russell interpretan a este complejo matrimonio, en el cual influyen más circunstancias que hacen imaginar al espectador una serie de cuestiones éticas y morales, no sólo sobre el espionaje sino sobre las relaciones: ¿Qué haría yo si mi pareja tuviese que sacar información de un agente doble acostándose con él? ¿Me acostaría con otra persona para sacar información?, ¿Me puedo fiar de mi propia pareja en este mundo de espías y agentes dobles?, ¿Qué importa más, la causa por la que me entrenaron o mi familia, a la vez tan real como ficticia?
Sin duda, son cuestiones, que surgen a lo largo de los capítulos y que solo por plantearlas ya pueden detonar bombas en muchas casas. Pues bien, este matrimonio encarna ese tira y afloja, en el cual ninguno es más bueno o malo que el otro, y en el cual los dos tienen que captar bazas y engañar a sus objetivos de la forma necesaria. Pues para ello han sido entrenados.
Aunque el personaje de Keri Russell desprende mucha más dureza y compromiso por su causa, es un personaje más frío y calculador, y en ocasiones incluso descarnado, en contrapunto al hombre, que en diversas ocasiones tienen mayores conflictos morales, poniendo en duda incluso si el ideal americano no es en realidad tan malo como dictan los cánones del KGB.
Keri Russell como Elizabeth Jennings
Cabe recalcar, además de los dos personajes principales, varios secundarios entre los que destacaría al agente Stan Beeman (Noah Emmerich), un concienzudo y entregado miembro del FBI, o la agente Claudia (Margo Martindale), enlace del KGB, estos dos y unos cuantos más, que logran dar cuerpo y textura a esta buena serie.
La producción ya ha logrado unos cuantos premios, como reconocimiento a la buena labor de todo el equipo en general. Pero todavía es pronto para decir si la serie entrará en la sala Vip de la televisión, esperamos la segunda temporada con avidez, para comprobar si las sensaciones que desprende son reales y consolida su posición.
En general alcanza un Notable muy alto, pese a que, como siempre, echo de menos la gran olvidada en muchas producciones, la música, pudiendo haber aprovechado mejor esta baza en una serie ambientada en unos años en los que me atrevería a decir que la música era inmejorable. Ese pequeño aunque importante detalle, y un cierto abuso del recurso del Flashback son las dos únicas manchas que podrían restar algo de nota, a esta, más que destacable obra, digna predecesora de ‘Homeland’, y a la altura de grandes historias de espías de la Guerra Fría.