Posiblemente uno de los biopic con más razón de ser de toda la nueva fiebre que le ha dado a la industria del cine y la televisión por recrear la vida de los grandes: el de Stephen Hawking. 

Si hay alguien grande de verdad es Stephen Hawking, un físico clave para el desarrollo de esta disciplina imprescindible que ha revolucionado por completo toda la civilización humana (desde cómo fabricar mejores máquinas a la Teoría de la Relatividad o la energía atómica y su efecto perverso, la bomba atómica). Primero por sus aportaciones a la teoría del Big-Bang, segundo por su encomiable y reconocida labor de divulgación científica, y tercero por ser un superviviente nato, el triunfo de la voluntad humana y la mente sobre la materia. Le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad motoneuronal que paraliza el cuerpo humano por completo; en su momento no le dieron más que unos años de vida. Eso fue en 1963, y hoy sigue adelante gracias a un ordenador que le permite generar voz y seguir comunicándose.

El filme se titula ‘The theory of everything’, dirigida por James Marsh y protagonizada por Eddie Redmayne, que interpreta al físico en los primeros años de su vida y su carrera, en Oxford, como un estudiante a punto de casarse pero al que le diagnostican una enfermedad terrible. Se estrenará el próximo 7 de noviembre. En realidad la película deja atrás un poco la ciencia para adentrarse en unos años clave de su vida, en la que conoce a Jane Wilde (interpretada por Felicity Jones), el amor de su todavía joven vida y con la que tendría hijos. Wilde se une a él para luchar contra una enfermedad que, dijeron, le mataría en tres años porque ésa es la esperanza de vida media de los pacientes con esta enfermedad.

 

Stephen Hawking (1942) es uno de los físicos teóricos más brillantes desde Albert Einstein, su trabajo sobre los orígenes y la estructura del Universo, del Big Bang a los agujeros negros, ha revolucionado el campo de la astrofísica. Sus mayores aportaciones han sido los teoremas respecto a las singularidades espacio-temporales en el marco de la relatividad general junto a Roger Penrose, así como la teoría de que los agujeros negros emitirían radiación, conocida hoy como “radiación de Hawking”. Además, sus libros divulgativos han ayudado a darle proyección mundial y sobre todo a familiarizar a la gente no ligada a la ciencia con la física teórica clave para explicar el Universo. Sobre todo han sido tres: ‘Una breve historia del tiempo’ (1988), ‘El Universo en una cáscara de nuez’ (2001) y ‘El Gran Diseño’ (2010). ‘Una breve historia del tiempo’ batió todos los récords de ventas de libros de un modo que habría sido difícil de predecir. En mayo de 1995 llevaba ya 237 semanas en la lista de best-sellers del dominical del Times, rompiendo el anterior récord de 184 semanas y vendiendo 10 millones de copias en diez años.

A pesar de estar en silla de ruedas y depender de un sistema de voz automatizado para la comunicación, se las arregla para combinar la vida familiar (tiene tres hijos y tres nietos) con su investigación en física teórica así como con un amplio programa de viajes y conferencias públicas. Incluso se atrevió a experimentar la ingravidez gracias al avión especial de la NASA que simula la gravedad 0 por las caídas en picado. Quizás uno de sus mayores logros es haber conseguido la cátedra Lucasiana de Cambridge, que en su día estuviera en manos de nada menos que Isaac Newton.

Hawking es hijo de científicos y la educación que recibió despertó en él el gusanillo de la física y las matemáticas. Estudió Ciencias Naturales en la Universidad de Oxford, donde obtuvo su primer puesto, y luego se trasladó a Cambridge para iniciar estudios en física. Desde entonces, y sumándolo a su lucha contra la enfermedad, ha recibido una docena de doctorados honoris causa y ha sido galardonado con numerosos premios, medallas y condecoraciones, entre ellos la Orden del Imperio Británico (1982), el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia (1989) y la Medalla Presidencial de la Libertad (2009), el premio civil más alto en Estados Unidos. Asimismo, es miembro de la Royal Society y de la Academia Nacional de Ciencias.

Hawking y Redmayne, parecidos más que razonables

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