El Conde-Duque tomado por las armas por uno de los genios visuales de los 80 y 90 que sigue al pie del cañón y recuperando sus viejos mitos: Tim Burton y ‘Frankenweenie’.

Tres platós y una réplica de la mesa de Tim Burton repleta de maquetas, diseños y sus gafas de pasta negra revelan, en una exposición en este remozado centro cultural, y que es la explicación de cómo se realiza el proceso creativo de una película de stop-motion. La película, rodada en blanco y negro, se estrenará el 11 de octubre.

Desde mañana y hasta el 6 de octubre, podrá verse ‘Frankenweenie, la exposición’, una muestra itinerante que recorre diversos países con el objetivo de desvelar los detalles de un rodaje que duró más de dos años con la técnica stop-motion del visionario director, y que precisa de 24 movimientos para crear un solo segundo de película.

La historia de Víctor, un niño que pierde a su gran amigo, su perro Sparky. Deprimido, decide resucitar a su alma gemela. Este es el primer trabajo de animación para la factoría Walt Disney de Burton, autor de uno de los universos estéticos más personales y que son su marca de fábrica. Traducción: ‘Eduardo Manostijeras’, ‘Pesadilla antes de Navidad’, ‘Charlie y la fábrica de chocolate’ o ‘La novia cadáver’, por citar sólo algunos. Su gran debut fue ‘Beetlejuice’, que ya anticipaba ese mundo gótico y literario.

 

Exposición y desarrollo creativo

El proceso creativo comienza con el boceto en papel de los personajes, que luego se convierten en maquetas y finalmente en marionetas con complejos esqueletos mecánicos, que se van moviendo y manipulando para grabar y crear el movimiento en la película (cada uno de los 30 animadores que trabajaron en este filme grababan 5,8 segundos de cinta por semana). De hecho, la marioneta de Sparki, por ejemplo, tiene 300 elementos articulados y 45 empalmes móviles, ya que, por ejemplo, para un pestañeo se necesitan tres movimientos.

La exposición ha traído a Madrid tres de los 30 platós que se utilizaron en el rodaje, en concreto: el desván que el protagonista convierte en laboratorio; el aula del colegio New Holand que derrocha un asombroso grado de detalle; y la habitación del protagonista, con mucho realismo en todos los objetos que le rodean. La exposición incluye un panel de fotografías del rodaje y una pantalla en 3D para ver el resultado final en el vídeo promocional de la película, en la que Tim Burton se rodeó de 400 personas para hacer realidad un fantástico y gótico universo creativo.