La editorial Navona publica este mes tres joyas literarias muy diferentes de tres autores consagrados: García Lorca, Simon de Beauvior y Ross McDonald, es decir, poesía, novela de trasfondo filosófico y serie negra. Nada mejor que revisitar a los clásicos fundamentales de una civilización para ensanchar miras.
Arrancamos con Federico García Lorca y esa maravilla lírica llamada ‘Poeta en Nueva York’ (en la colección Los Ineludibles, 144 páginas, 10,9 euros), resultado de la primera visita al extranjero de Lorca: una estancia que el poeta describió como “una de las experiencias más útiles de mi vida”. Tras la publicación de ‘Canciones’ (1927) y ‘Primer romancero gitano’ (1928), Federico confesó en sus cartas estar atravesando una crisis vital, por lo que necesitaba desvincularse durante cierto tiempo del ambiente andaluz y de su círculo madrileño de amigos. En 1929, Fernando de los Ríos, antiguo maestro de Federico y amigo de la familia, propuso que el joven le acompañara en su viaje a Norteamérica. Los nueve meses que pasó en Nueva York, Vermont y luego en Cuba cambiaron su visión de sí mismo y de su arte.
No en vano ese fue el primer encuentro de García Lorca con la diversidad religiosa y racial; su primer contacto con los rascacielos, con las grandes masas urbanas y con un mundo mecanizado. Casi podría decirse que el viaje a Nueva York representó su descubrimiento de la modernidad. Allí exploró el teatro en lengua inglesa, paseó por el barrio de Harlem con la novelista Nella Larsen, escuchó jazz y blues, conoció el cine sonoro, leyó a Whitman y a T. S. Eliot y se dedicó a escribir uno de los libros más importantes de su trayectoria, que se publicaría cuatro años después de su muerte.
Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898-camino de Víznar a Alfacar, 1936). Poeta y dramaturgo, hijo de una familia campesina acomodada, estudió filosofía y letras en Granada y Madrid, donde hizo amistad con Dalí, Buñuel, Alberti y Aleixandre. Se le adscribe a la generación de poetas del 27, que combinan la tradición con el vanguardismo. Entre su obra poética destaca ‘Romancero gitano’, ‘Poema del cante jondo’, ‘Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías’ y ‘Poeta en Nueva York’. En cuanto a su producción teatral, cabe señalar ‘Mariana Pineda’, ‘Bodas de Sangre’, ‘Yerma’ y ‘La casa de Bernarda Alba’, estrenada por Margarita Xirgu en 1945 en Buenos Aires. En 1936, en los comienzos de la Guerra Civil, fue detenido y fusilado por los rebeldes.
Saltamos dentro del mismo siglo hacia delante, y en dirección al norte de los Pirineos para encontrarnos con ‘Malentendido en Moscú’, de Simone de Beauviour. En esta novela “intencionada” la célebre autora feminista utiliza sus personajes para abordar temas personales como la crisis de pareja, el temor a envejecer o el sentimiento de fracaso por no haber alcanzado la meta de sus ambiciones juveniles, y, a la vez, inspirada en sus estancias con su pareja guadianesca, Jean Paul Sartre, en la Unión Soviética durante la década de 1960, contrapone el entusiasmo por aquel país en sus primeros contactos a la decepción posterior ante la desaparición de un puro y soñado ideal socialista.
La novela gira alrededor de una pareja de profesores franceses jubilados, Nicole y André, que viajan a Moscú para visitar a Masha, hija de él, nacida de un primer matrimonio. En un sutil juego de pensamientos y reflexiones de los dos personajes principales al margen de sus actividades viajeras, se va configurando la conciencia que tienen de sus vidas en el momento presente, como si el distanciamiento de su vida parisina habitual hiciera de revulsivo para adquirir un conocimiento final de sí mismos y de su relación. La novela se publicó en el pasado marzo con traducción de Joachim de Nys y prólogo de Rosa Regàs (176 páginas, 7,5 euros).
Simone de Beauvoir (París, 1980-íd.1986), filósofa, novelista y ensayista, nació en el seno de una familia de tradición burguesa. Fue catedrática de instituto hasta 1929, y a partir de 1943 se dedicó exclusivamente a la literatura. Su amistad con Sartre, iniciada en 1929, influenció su pensamiento filosófico a la vez que impulsó su compromiso por la causa de la libertad del individuo. El ensayo ‘El segundo sexo’, aparecido en 1949, se convirtió en la referencia imprescindible del feminismo moderno y le dio fama internacional. Recibió el premio Goncourt en 1954 por su novela ‘Los mandarines’, que constituye un apreciable documento acerca de los hábitos intelectuales franceses en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, marcados por intensos debates alrededor del comunismo. Sus últimas obras fueron principalmente autobiográficas, como ‘Una muerte muy dulce’ (1965) o ‘La mujer rota’ (1967), y de reflexión, como ‘La vejez’ (1970). Inspirada por la muerte de Sartre, escribió uno de sus libros más emotivos, ‘La ceremonia del adiós’ (1981).
Y finalmente saltamos a la novela negra con todo un clásico de la novela negra norteamericana, Ross McDonald, casado a su vez con otra célebre autora del mismo género, Margaret Millar. McDonald es el padre de un detective clásico de la posguerra, Lew Archer, y que ha dado pie a la Biblioteca Ross McDonald en la editorial Navona, que acaba de publicar ‘El coche fúnebre a rayas’ para incluirla en esta selección. La intención de la editorial es publicar toda su obra, que comprende más de 30 novelas, para así poder ampliar su serie de Novela Negra.
En esta entrega el detective Lew Archer recibe del coronel Mark Blackwell el encargo trivial de investigar los antecedentes y la personalidad de Burke Damis, un pintor pobre, rebelde y desconocido que amenaza convertirse en marido de su hija única, próxima a recibir un sustancioso legado. No obstante, la investigación rutinaria pronto se ve complicada por una desaparición y por un asesinato, relacionados con Damis, y se desencadena una trepidante sucesión de acontecimientos que descubre progresivamente el particular entramado de dolor, pasión y frustración que articula las acciones y omisiones de los personajes. Se publicó en marzo con traducción de Nazaret de Terán (384 páginas, 19 euros).
Ross Macdonald (Los Gatos, California, 1915 – Santa Bárbara, California, 1983) es el seudónimo de Kenneth Millar. De familia canadiense, creció en los Estados Unidos con su madre, y tras la muerte de esta viajó por Europa. A su regreso a Canadá se casó con Margaret Ellis Sturm, quien posteriormente se convirtió en una exitosa escritora de novelas policiacas, que publicó con su nombre de casada, Margaret Millar. En 1941 se trasladaron a vivir a los Estados Unidos, donde él se doctoró en la universidad de Michigan con una tesis sobre la obra de Coleridge. Tras enrolarse en la Marina de 1944 a 1946 a causa de la guerra, Kenneth y su familia establecieron su residencia en Santa Bárbara. Fue allí donde escribió la saga de su detective privado Lew Archer, compuesta por dieciocho novelas. En total, Ross Macdonald escribió una treintena de libros.