La muerte se ha llevado al maestro sueco del género negro por excelencia, Henning Mankell, autor de decenas de novelas, dramaturgo y padre de un personaje inolvidable, el inspector Wallander.

Era un grande. Pero de verdad. De los que crean huellas literarias capaces de sobrevivirle durante décadas y de marcar a toda la cultura de un país, Suecia, que ha vivido desde que él surgiera (y otros, cuidado, pero sobre todo él) un auge literario de género digno de estudio. Ha fallecido en Goteborg con apenas 67 años. En esta ocasión fue un cáncer el que se llevó por delante a un gran talento que se despidió hablando precisamente de este ataque inmisericorde con el libro ‘Arenas movedizas’, publicada en España por Tusquets y que es lo último en vida de este autor. Pero si por algo va a ser recordado es por el inspector Wallander, perfectamente editado por Tusquets para España y que le dio nuevos bríos a la novela negra.

La tan admirada y aparentemente tranquila y eficiente Escandinavia ya no volvió a ser la misma después de Wallander, un bisturí social de Mankell con forma de policía que dio al género un nuevo leitmotiv a través de tocar los temas que ya hicieran en su momento los clásicos americanos: inmigración, explotación sexual, tráfico de armas, de drogas, trata de blancas, corrupción, el consabido asesino en serie, etc. La felicidad fría de los nórdicos podía ser material y de superficie, pero por debajo palpitaba algo mucho más siniestro que él y muchos otros como él supieron explotar al máximo. Y a Mankell le fue muy bien: 40 millones de ejemplares le contemplan como autor de éxito internacional. Arrasó en Europa, algo menos en EEUU e hizo germinar a toda una generación de autores que le siguieron los pasos.

Mankell amaba su país en el punto de que la consideraba una sociedad más ecuánime y abierta a la autocrítica que el resto, pero borraba de un plumazo ese complejo de inferioridad que suelen tener otra naciones (especialmente las meridionales) con ese norte perfecto. Y a fe que lo consiguió, aunque el género negro no lo fue todo en su vida: fue un activo filántropo en África, escritor infantil, dramaturgo y gestor de teatros para divulgación de cara al público. El primer paso fue en 1973, cuando publicó ‘El rompedor de rocas’, y ya en los 90 se consagró dando luz a Wallander, llevada a la TV (se emitía en La 2 en España) en un par de ocasiones, la más famosa con Kenneth Branagh como Wallander. Su esposa fue Eva Bergman, hija del director de cine Ingmar Bergman, con la que ha compartido su vida estos años en los que ha demostrado que tenía una visión más bien oscura del mundo, pero no por ello dejaba de luchar para cambiarla.

Kenneth Branagh, que dio vida a Wallander en una de las mejores adaptaciones de la obra de Mankell

Wallander es su gran legado junto con la filantropía, pero siempre negó que fuera su alter ego. Era un personaje con algunos parecidos, pero nada más. Su creación era un estajanovista y un renglón torcido dentro del sistema de seguridad civil sueco, con una mano luchaba contra el crimen y con la otra modelaba el sistema para evitar que le devorara. Con su mente hacía de basurero de lo peor de Europa, recordándonos que este Viejo Mundo tiene muchos cadáveres en el armario. Todo ese mundo ficticio se resume en once novelas siempre alrededor de la zona urbana de Malmö. En la undécima Wallander se retiraba y le pasaba el testigo a su hija Linda, que ya daba vida al siguiente Wallander en ‘Antes de que hiele’. Pero ya no habrá más novelas.

Mankell nació en Estocolmo en 1948, aunque terminó en el interior del país siguiendo a su padre, un magistrado que le influyó en su concepción del mundo. Luego tuvo varios trabajos, entre ellos marino mercante, y fue antes dramaturgo que novelista. De hecho empezó relativamente tarde, en la cuarentena. Su vida estuvo marcada por las causas humanitarias y el compromiso con los débiles: desde su trabajo en Mozambique hasta el apoyo a la causa palestina, hasta el punto de estar presente en la flotilla que fue atacada por el ejército israelí para desbloquear Gaza.

Serie Wallander

Asesinos sin rostro (Mördare utan ansikte, 1991)

Los perros de Riga (Hundarna i Riga, 1992)

La leona blanca (Den vita lejoninnan, 1993)

El hombre sonriente (Mannen som log, 1994)

La falsa pista (Villospår, 1995)

La quinta mujer (Den femte kvinnan, 1996)

Pisando los talones (Steget efter, 1997)

Cortafuegos (Brandvägg, 1998)

La pirámide (Pyramiden, 1999; cuentos).

El hombre inquieto (Den orolige mannen, 2009)

Huesos en el jardín (Handen, 2013), novela corta.

Antes de que hiele (Innan frosten, 2002)

Otras novelas traducidas al español

Comedia infantil (Comédia infantil, 1995)

El retorno del profesor de baile (Danslärarens återkomst, 2000)

El cerebro de Kennedy (Kennedys hjärna, 2005)

Profundidades (Djup, 2005)

Zapatos italianos (Italienska skor, 2006)

El chino (Kinesen, 2008)

El hijo del viento (2009)

El ojo del leopardo (2010)

Tea-Bag (2010)

Daisy Sisters (2011)

Un ángel impuro (2012)