La Real Academia Española y la Asociación de Academias de lengua española se han unido y coordinado para sentar las bases del mimo al idioma. 

Se trata, simplemente, de frenar la creciente vulgarización de uno de los idiomas más completos, ricos y complejos del mundo, hablado por más de 400 millones de personas en todo el planeta, uno de los cinco que es santo y seña diplomática en la ONU y de los que más crece y con mayor rapidez. La RAE se ha coordinado con sus hermanas latinoamericanas y juntas, a través de Espasa, han publicado ‘El buen uso del español’, que no puede ser más explícito con su título. Es pedagogía en movimiento. Muy necesaria para el público y los profesionales.

El libro está escrito con un lenguaje accesible y con una intención divulgativa para que los hispanohablantes tengan un conocimiento más detallado y consciente de las normas lingüísticas básicas. Académicos como Salvador Gutiérrez han señalado que el buen uso de la lengua española la hace más “fuerte y competitiva en los foros internacionales” y ayuda a las personas a mejorar su desarrollo personal y social. El académico ha dicho que el mal uso de la lengua en los medios electrónicos por parte de los jóvenes no se debe al soporte sino a que esta generación no ha aprendido a hablar y escribir correctamente.

La RAE lanza pues su particular cruzada para evitar que una generación entera se quede en los márgenes del conocimiento y se les pueda salvar de la pobreza y precariedad a través del instrumento más humano y más indispensable, el lenguaje. De Gutiérrez es una frase premonitoria: “El peor daño que se puede hacer a la lengua es no darle el tiempo y la importancia necesaria en la enseñanza”. Contempla, tanto él como otros autores, que al estar redactado el libro desde una perspectiva panhispánica se llega a más gente y sobre todo se abre el abanico del idioma, porque aunque el origen esté aquí, el epicentro está en Latinoamérica, igual que el del inglés está en EEUU.

‘El buen uso del español’ complemente la amplia oferta útil y de acceso para el público compuesto por lo que podríamos llamar los “libros forzadores” indispensables, como la última versión de la ‘Ortografía de la lengua española’ o ‘Nueva gramática de la lengua española’, que han superado con creces cifras de ventas de cinco dígitos.