Ojalá nunca hubiéramos tenido que escribir esto: ha muerto Lou Reed, uno de los grandes músicos de rock que ha dado EEUU y una voz indispensable de los años 70.
Lou Reed ha fallecido a los 71 años según la revista Rolling Stone en su edición de EEUU. Si bien no se ha especificado las razones de su muerte se especula con un fallo hepático después del transplante al que fue sometido el pasado mes de mayo. N
acido como Lewis Allen Reed en la ciudad Freeport, Long Island, Nueva York, el 2 de marzo de 1942, Con él muere la paternidad del rock alternativo, primero como líder del grupo The Velvet Underground y luego en solitario. Fue uno de los grandes forjadores de este particular estilo surgido en los 70 y que hoy tiene amplios seguidores en todos los movimientos conocidos. Para el recuerdo deja temas como ‘Heroin’, ‘Rock and Roll’, ‘I’m Waiting for the Man’ y ‘Sweet Jane’.
Finalmente fue su agente el que ha confirmado a The Guardian que Lou había muerto.
Lewis Allen “Lou” Reed (Freeport, Long Island, Nueva York, 2 de marzo 1942 – 27 de octubre de 2013) fue enormemente influyente en el arte pop y el rock de los 60 y 70. Su principal legado con discos como ‘Berlin’, ‘Transformer’, ‘Rock’n’Roll Animal’, ‘Take No Prisoners’, ‘New York’… y sus conciertos en directo. Fue el alma de la Velvet Underground, discípulo, cómplice y quizás en parte víctima de la Warhol Factory y uno de los grandes fans mundiales del rock and roll y el rhythm and blues.
Reed cantaba a la oscuridad que él mismo disfrutaba muchas veces, robando copas, cigarrillos e historias a las noches de las ciudades por donde pasaba. Mientras el resto de la vanguardia artística se hacía hippie él se embutía en cuero negro y caminaba por los filos tétricos que luego serían norma en los 80 y 90. Básicamente era un adelantado. El mejor ejemplo, no exento de cierto tono de humor, es ‘Walk on the wild side’, quizás su canción más famosa (aunque no la mejor), donde habla directamente a todos los perdidos de la sociedad, los marginales, desde yonquis a chaperos, prostitutas y desheredados del sistema. En la misma línea, una de sus últimas grandes canciones, ‘Perfect day’, incluida en la banda sonora de ‘Trainspotting’. Durante sus años de estudiante tocó en numerosas bandas, fue a clase en la Universidad de Syracusa (Nueva York), y frecuentó a poetas como Delmore Schwartz y todo tipo de músicas, desde el jazz al rock. Ya entonces se obsesionó con la idea de fundir literatura y música en una sola obra, una pasión que le llevó directo hacia la meca de los talentos artísticos, Nueva York.
En la Gran Manzana trabajó como letrista para Pickwick Records mientras fundaba la Velvet Underground junto a John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker. En aquel momento fue un desastre: no logró nunca un gran éxito pero marcó escuela y fue pura mitología underground incluso hoy en día. Ya en solitario, desde 1970, se dedicó a la pintura y empezó a saltar de un arte a otro y en todos a la vez. Firmó con RCA y grabó su primer disco, curiosamente, en Gran Bretaña, junto a Rick Wakeman y Steve Howe. Pero Reed siguió sin tener éxito musical. En 1972 redobló la apuesta de su pasión y firmó una pieza de auténtico arte-música como fue ‘Transformer’, con nada menos que David Bowie como productor.
Encadenó una joya con otra al firmar más tarde ‘Berlin’, donde ya empezaba su labor de bardo urbano y underground alrededor del amor y las drogas. Es, quizás, el disco más sentido, profundo y duro de todos, con canciones que van desde la prostitución y las adicciones (‘The kids’) al suicidio y la violencia (‘The bed’ y ‘Caroline says’). Fue tan pionero que se dio de bruces incluso con los muros musicales de aquellos años, todavía en pañales en cuanto a su labor de explotación firme de los rincones oscuros del alma. Más de un crítico le atribuye incluso la tendencia masoquista y subversiva que tendría luego el punk y el rock de los 80 a este particular artistas que no se detenía.
En 1975 llegaría ‘Metal Machine Music’, donde ya se atrevió con sintetizadores electrónicos. Pero iba a su ritmo: presionado para que hiciera otro disco más comercial, pergreñó el horrendo ‘MMM’ para lograr que le echaran. Sin embargo hoy es un álbum de culto a pesar de que él mismo dijo que lo hizo deliberadamente “infumable”. También pagó la factura en lo personal: cayó irremediablemente en las drogas y el segundo lustro de los 70 fue un desastre. No saldría del agujero hasta llegados los 80 con ‘The blue mask’; además se casó (aunque por poco tiempo) y publicó también ‘New York’, donde cargó contra todo lo que se movía en su ciudad: la vivienda, los pobres, los ricos, la iglesia, los líderes sociales (incluso los negros)…
Luego llegarían ‘Magic and Loss’ y un sin fin de colaboraciones con otros artistas, ya convertido en vaca sagrada de la música y una influencia mundial que rompía fronteras. En 2007 lanzó su último disco propio, ‘Hudson river wind meditations’, pura serenidad comparado con anteriores trabajos. Su último trabajo en vida, sin embargo, fue un mal final pero también una confirmación de su particular forma de ser: ‘Lulu’, hecho a medias con Metallica, fue un desastre para los críticos y un pequeño gran éxito para el público, aunque no se sabe si por él o por Metallica.
Álbumes de estudio
Lou Reed (1972)
Transformer (1972)
Berlin (1973)
Sally can’t dance (1974)
Metal Machine Music (1975)
Coney Island baby (1976)
Rock ‘n’ roll heart (1976)
Street Hassle (1978)
The bells (1979)
Growing up in public (1980)
Suck me! Live at CBS-FM (1981)
The blue mask (1982)
Legendary hearts (1983)
New sensations (1984)
Mistrial (1986)
New York (1989)
Songs for Drella (1990) (con John Cale)
Magic and loss (1992)
Set the twilight reeling (1996)
Ecstasy (2000)
The Raven (2003)
Hudson river wind meditations (2007)
Lulu (2011) (con Metallica)