Oliver Stone, tras estrenar la polémica serie documental ‘La historia no contada de Estados Unidos’, dirigirá un biopic sobre el traidor (o héroe) Edward Snowden.

Algo más que el ‘Pepito Grillo’ de América. Para algunos, un lunático, un irreverente provocador. Para otros, un antipatriota amigo de los comunistas latinoamericanos. Oliver Stone (Nueva York, 1946) regresa con material duro: Edward Snowden, el informático que destapó en el pasado verano el masivo espionaje de Estados Unidos de las comunicaciones medio mundo. Snowden, espía informático de la NSA, dejó al desnudo a la Inteligencia de Estados Unidos ante sus aliados occidentales. Vive como refugiado político en Rusia. Es el hombre más buscado, acusado por Estados Unidos de espionaje y traición por filtrar documentos secretos a los diarios The Guardian y The Washington Post. Demasiado tentador para que Oliver Stone dejara pasar la oportunidad.

“Es una de las grandes historias de nuestro tiempo (…). Un verdadero reto”, ha calificado el director neoyorquino. Stone, con la colaboración del diario británico The Guardian, adaptará el libro ‘Los archivos de Snowden: la historia del hombre más buscado del mundo’, escrito por el periodista británico Luke Harding, antiguo corresponsal de The Guardian en Rusia. “La historia de Edward Snowden es realmente extraordinaria y las revelaciones sin precedentes que sacó a la luz han transformado para siempre nuestra comprensión y nuestras relaciones con los gobiernos y la tecnología”, ha subrayado, por su parte, el director de The Guardian, Alan Rusbridger. El periódico británico ha compartido con The Washington Post el último Premio Pulitzer en la categoría de servicio público por la filtración de los papeles del joven analista (30 años).

¿Por qué lo hizo Snowden? “Cuando te das cuenta de que el mundo que ayudaste a crear va a ser peor para la próxima generación y para las siguientes y que se extienden las capacidades de esta arquitectura de opresión, comprendes que es necesario aceptar cualquier riesgo sin importar las consecuencias”, justificaba en un video emitido por The Guardian en el último verano. Snowden mostraba al mundo entero que los Estados Unidos de Obama no eran tan diferentes de los Estados Unidos de Bush, al menos en el fondo. El presidente Obama se enfrentó a una grave crisis diplomática por el espionaje a gran escala a líderes occidentales y también a anónimos ciudadanos: “No se puede tener un 100% de seguridad y un 100% de privacidad. Hay que hacer concesiones y estas pequeñas concesiones nos ayudan a prevenir ataques terroristas”.

Edward Snowden

Snowden sigue en Rusia, donde vence su asilo en el próximo 1 de agosto. El proyecto de Oliver Stone se anuncia en un oportuno momento. A la espera de conocer su futuro, Snowden concedió en la pasada semana su primera entrevista a una televisión (la NBC) de su país. “Si pudiera ir a cualquier lugar del mundo, ese lugar sería mi hogar”, aseguró. “No creo que haya ninguna duda sobre que quiero volver a casa. Desde el primer día he dicho que estoy haciendo esto para servir a mi país. Ahora, no soy yo quien tiene que decir si la amnistía o la clemencia serán algún día una posibilidad. Esto es una decisión del pueblo y del Gobierno. Pero si yo pudiera ir a cualquier lugar del mundo, ese lugar sería mi tierra”.

No parece que le vayan a recibir con honores. Horas antes de emitirse la entrevista, el secretario de Estado, John Kerry, definió a Snowden de “cobarde” y “traidor” y le instó a que se portara “como un hombre” y regresara a Estados Unidos para responder ante la justicia. Al soldado Bradley Manning le costó 35 años de prisión y su expulsión del Ejército su masiva filtración de documentos a WikiLeaks. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, también ha pagado caro enfrentarse al poder político mundial. Vive refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres desde hace casi dos años. El precio de molestar a los amos del mundo. La situación ha tenido ya una adaptación cinematográfica, ‘El quinto poder’, dirigida por Bill Condon y protagonizada por Benedict Cumberbatch, que fue un fracaso de taquilla para regocijo de Assange, contrario al filme.

Reescribiendo la historia

El proyecto de adaptar al cine el ‘caso Snowden’ supone un paso más en la contribución del ‘Pepito Grillo’ de América a la hora de reescribir la historia moderna de su país. Oliver Stone estrenó a finales de 2012 la serie documental (diez capítulos) ‘La historia no contada de Estados Unidos’. La 2 emitió en el pasado otoño esta personal revisión histórica del director neoyorquino. Stone, director, narrador y guionista junto con Peter Kuznick, historiador y director del Instituto de Estudios Nucleares de la American University, arranca en la Segunda Guerra Mundial preguntándose si realmente ganó Estados Unidos la contienda. Prosigue con la elección de Truman, la bomba atómica, la Guerra Fría, la administración Eisenhower, la Crisis de los Misiles con JKF, la Guerra de Vietnam, el legado de Reagan, la caída del comunismo, Bush, la Guerra contra el Terrorismo y Obama.

“En 2008, sentí que George W. Bush me había realmente inspirado para lanzarme en otro intento de entender a mi país, donde nací y donde he vivido (…). ¿Cómo pudo nuestro país convertirse en esto? ¿Cómo pudo comportarse así? No creo que una película de ficción hubiese podido responder a esto”, explicó en la última edición del Festival de San Sebastián, donde se proyectó ‘La historia no contada de Estados Unidos’ en la sección Zabaltegi. “Para mí, ha sido un gran trabajo, tal vez mi trabajo más importante y estaría orgulloso si pudiese quedar para las próximas generaciones”.

Oliver Stone

Oliver Stone, con una filmografía eminentemente política, ya se había acercado con mucha frecuencia a temas espinosos en Estados Unidos, siempre con un marcado carácter crítico, como la Guerra de Vietnam y sus secuelas en ‘Platoon’ (1986) y ‘Nacido el 4 de julio’ (1988), el asesinato de Kennedy en ‘JFK’ (1991), el Watergate en ‘Nixon’ (1995), los atentados del 11-S en ‘World Trade Center’ (2006) y la polémica personalidad de Bush en ‘W’ (2008). Sin olvidar su demoledor retrato del mundo financiero en la mítica ‘Wall Street’ (1987) y su reciente secuela ‘Wall Street 2: El dinero nunca duerme’ (2012) y sus amables documentales a los líderes comunistas latinoamericanos, enemigos políticos de Estados Unidos: ‘Comandante’ (2003) y ‘Looking for Fidel’ (2004), sobre Fidel Castro, y ‘Mi amigo Hugo’ (2014), en el primer aniversario de la muerte de su amigo Hugo Chávez.

Por si faltaba algo de salsa picante en su carrera, llega Edward Snowden: “Fui entrenado como un espía en el sentido tradicional de la palabra. Viví y trabajé en el extranjero de manera encubierta, fingiendo que trabajaba en algo en lo que no trabajaba, e incluso se me fue asignado un nombre que no era el mío (…). Soy un especialista técnico. Un experto. He trabajado a todos los niveles, desde el más bajo al más alto. Por eso cuando dicen, desde el Gobierno, que soy un administrador de sistemas de baja categoría que no sé de lo que hablo, yo digo que eso es un poco engañoso”.

Snowden ha encontrado un nuevo abogado en el cine. No podía ser otro. Oliver Stone seguirá mostrando las vergüenzas de su país, destapando las historias ocultas, reescribiendo la historia de Estados Unidos. Obama y compañía esperan a Snowden. A Stone, al cronista de la América oculta, hace tiempo le dieron por perdido.