Desastre en la taquilla con las excepciones de ‘El amanecer del planeta de los simios’, ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’, ‘Guardianes de la Galaxia’ y los éxitos actuales de ‘El Niño’ y ‘Lucy’.
Será por el Mundial de fútbol. Será por la subida del IVA. Será por la crisis. Será por la piratería. Será por el agotamiento del tradicional modelo de exhibición en las salas de cine. Será por la pobre oferta en la cartelera. Será por lo que ustedes prefieran, pero el verano cinematográfico del año 2014 ha sido un completo desastre. Y no solo en España. La recaudación en Estados Unidos (3.895 millones de dólares) es la más baja desde el año 2006. El indudable éxito de ‘Guardianes de la Galaxia’ (James Gunn) (294,5 millones de dólares) hay que cogerlo con pinzas. Es el número uno veraniego más barato desde el año 2001 con las primeras aventuras de ‘Shrek’ (Andrew Adamson y Vicky Jenson).
La avalancha de sagas de superhéroes basadas en comics, secuelas, precuelas y remakes ha exprimido el interés del público. España es un claro ejemplo. La campaña cinematográfica de verano, a la que le quedan dos semanas, ha sido decepcionante. A falta de nuevas propuestas, la vencedora del verano es el segundo capítulo de la nueva trilogía simia: ‘El amanecer del planeta de los simios’ (Matt Reeves). Los primates se han llevado un botín de casi trece millones de euros. Casi un éxito aislado. ‘Cómo entrenar a un dragón 2’ (Dean DeBlois) ha salvado la cara al cine de animación con una taquilla de ocho millones de euros.
‘Guardianes de la Galaxia’, el éxito que sostiene a la industria
El cine no ha sido una prioridad en España en este verano. Un claro ejemplo es el irregular resultado de ‘Guardianes de la Galaxia’ que no ha podido repetir el éxito obtenido en casi todo el mundo. El público español ha mostrado un interés menor en la nueva saga de superhéroes de Marvel. Una taquilla de seis millones de euros en las cuatro primeras semanas supone una cifra escasa para un blockbuster de talla internacional. Los cines españoles no han concluido aún la digestión de la sobredosis de cine de superhéroes. ‘Guardianes de la Galaxia’ ha sido un éxito a medias.
La palabra éxito se queda lejos para otras ambiciosas producciones que, sencillamente, no han funcionado en España con dos casos clarísimos: ‘Transformers: La era de la extinción’ (Michael Bay) e ‘Infiltrados en la Universidad’ (Philip Lord y Chris Miller). La recaudación de ambas cintas no está a la altura de su inversión. ‘Transformers’, aún en cartel, llegará como máximo a los cinco millones de euros. ‘Infiltrados en la Universidad’ está funcionado aún peor con dos millones. Y no son los únicos fiascos. La reunión de duros de ‘Los Mercenarios 3’ (Patrick Hughes) se ha atascado en los tres millones de euros, como la última gamberrada de Cameron Diaz: ‘Sex Tape’ (Jake Kasdan).
Demasiados superhéroes pueden haber desinflado la taquilla
El público español demanda nuevas ideas. Y, aunque haya sido casi al final del verano, ha premiado a producciones como ‘Lucy’ (Luc Besson) y ‘El Niño’ (Daniel Monzón), alejadas de las producciones de superhéroes y la retahíla de sagas que inundan la cartelera. ‘Lucy’ ha resucitado a Besson obteniendo su primer número uno como director en Estados Unidos desde ‘El Quinto Elemento’ (1997). En España, ya ha superado las taquillas de ‘Guardianes de la Galaxia’ y ‘Transformers’ y va a por ‘Cómo entrenar a un dragón 2’. ‘Lucy’ acabará el verano como el segundo mejor estreno en la cartelera española, solo por detrás de ‘El amanecer del planeta de los simios’. Arriesgarse tiene premio.
Recompensa que está saboreando también Daniel Monzón con ‘El Niño’, número uno en España en los dos últimos fines de semana. Una acertada campaña de promoción, made in Mediaset, y una historia cautivadora, el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar, han mantenido a flote al cine español en una mala temporada de verano. Con dos fines de semana en cartel, la producción de Telecinco Cinema, con cinco millones de euros, se aproxima a los resultados de una discreta campaña de verano con los monos reinando en unas salas de cine que han acumulado fracasos y más fracasos.