La muestra reúne la obra de tres fotógrafas contemporáneas actuales, cuyo trabajo conecta a través de la tradición artística del Barroco holandés: Hellen van Meene, Carla van de Putelaar y Sanne De Wilde. Tres formas de entender el retrato y, al mismo tiempo, la revisión de la práctica fotográfica en los años de la posmodernidad.

Imagen de portada: detalle de ‘#458’ (Hellen van Meene 2014)

Esta exposición (hasta el 2 de junio) toma como título el título de una canción de Procol Harum, un grupo del llamado rock progresivo, que, a su vez, se inspira en una anécdota de Keith Reid, autor de la mayoría de sus canciones. Reid escuchó en una fiesta a un hombre decir a la chica con la que conversaba “estás más pálida que el blanco”. Aquella frase dio pie a la canción, versionada posteriormente por cantantes como Johnny Rivers o Annie Lennox.

Entre las características que nos remiten a la herencia barroca holandesa, destaca el uso de la luz, de la llamada “luz del Norte” trasladada de los cuadros de la época clásica al ámbito de la fotografía. En definitiva, y esto es importante, el trabajo de estas artistas no se reduce a lo puramente visual, a la forma, sino que va más allá y plantea, de una forma extremadamente estética, cuestiones como el concepto de belleza, de la individualidad, de la diferencia, o la función de las imágenes en la actualidad.

En la obra de Carla van de Puttelaar encontramos los tonos pálidos y las luces frías de los cuadros flamencos, y, en las poses, las formas sinuosas de la pintura barroca. Pero además de los elementos estilísticos, nos lleva al concepto de belleza en el Barroco, en el que subyace la idea de la vanitas, “la asunción de que se trata de algo temporal y pasajero a lo que sucederá el declive y la muerte de la carne”.

‘Rembrandt series’ (Carla Van de Puttelaar, 2016)

Hellen van Meene, por su parte, utiliza la luz natural, mortecina, a menudo en interiores, de una forma que recuerda mucho la pintura barroca, pero en cuanto al tema se basa más en la sistematización del método científico, tal como comenzó a plantearse en los Países Bajos en la misma época. Durante veinte años, ha centrado su carrera en el retrato de adolescentes, preferentemente niñas, en ese momento tan trascendental de la vida de una persona en el que se ha abandonado la niñez, pero todo está aún por decidir.

Las poses nos acercan a la parte psicológica de la adolescencia: temores, dudas, despertar de la sexualidad y el propio reconocimiento en un cuerpo en cambio. Últimamente, van Meene ha comenzado a introducir mascotas en sus fotografías, como un ejercicio de antropomorfismo, con el que pretende hacernos buscar esas sensaciones que hemos visto en sus jóvenes, aunque esta vez en sus animales de compañía.

La autora más joven de este trío, Sanne De Wilde, es también la que plantea un estilo más diferenciado, pero que no puede separarse de la tradición fotográfica forjada desde los años noventa. ‘Snow White’ es una serie sobre el albinismo y los problemas que sufren quienes tienen esa enfermedad. El hecho de que sean albinos, de hecho, nos lleva a hablar de la diferencia y del rechazo social que genera. El albino es el “otro”. En el fondo, los albinos son una metáfora. Son la magnificación de nuestros miedos y nuestra inseguridad, pero también de nuestra fuerza.

Kutxa Kultur Artegunea

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