En sólo un año el cine español ha perdido a dos grandes que hicieron la Transición en el cine entre el franquismo y la democracia: primero Bigas Luna, y ahora Vicente Aranda, que nos deja con 88 años y una prolífica carrera cinematográfica que abrió camino al cine español hacia otros escenarios.

Atrás quedan ya películas como ‘Tiempo de silencio’, ‘El Lute. Camina o revienta’, en los años 80, cuando Aranda se abrió camino después de haber estado toda la vida haciendo cine. Los 90 fueron sus buenos y mejores años. Fue entonces cuando ganó premios y se convirtió en una figura clave. De su mente salieron ‘Amantes’ (1991), que le dio dos Goyas (Mejor Director y Mejor Película), ‘La pasión turca’ (1994) o ‘Libertarias’ (1996). Más adelante también ‘Juana la Loca’ (2001), la no tan buena ‘Carmen’ (2003) y la última de sus mejores películas, ‘Tirante el Blanco’ (2006). Fue además Premio Nacional de Cinematografía en 1988, antes incluso de dar lo mejor de sí mismo.

Su fallecimiento, a los 88 años (y arrastrando la enfermedad de Parkinson desde hacía años), fue comunicado por la Academia de Cine, que recordó que Aranda firmó 25 películas y que fue también un consumado director de series de televisión, como ‘Los jinetes del alba’ o ‘El crimen del capitán Sánchez’. Nacido y acunado en Barcelona, forjado tardíamente para la dirección pero miembro de los movimientos cinematográficos de la capital catalana, tuvo en el erotismo una de sus armas más contundentes, tanto para enganchar con el público como parte inherente de su visión de la vida. Es una presencia constante junto con la amargura y la descripción sin censura de la vida española.

‘Amantes’

Precisamente ésa fue una de sus características de su cine, descarnado. Se puede ver en los años 70 en películas como ‘La muchacha de las bragas de oro’ (1979) o ‘Fanny Pelopaja’ (1984), con los pies ya metidos en los años 80 en los que arrancó con fuerza su carrera. Aranda siempre bebió de fuentes literarias, y los escritores a los que adaptó son grandes de las letras nacionales: Juan Marsé (muchas de sus novelas terminaron en sus manos, como ‘Si te dicen que caí’) o Antonio Gala, pero también clásicos como la Carmen de Mallarmé o el ‘Tirant lo Blanc’ de las letras catalanas. Y entre las actrices, las grandes protagonistas de sus películas, figuran Victoria Abril, Ana Belén, Paz Vega, Maribel Verdú o Pilar López de Ayala.

Nacido en Barcelona el 9 de noviembre de 1926, Vicente Aranda inauguró su propia vida de cine bajo el franquismo con películas como ‘Fata Mongana’ (1966), ‘Las crueles’ (1969), ‘La novia ensangrentada’ (1972), ‘Clara es el precio’ (1974) o ‘Cambio de sexo’ (1977), a las que se añaden ‘La muchacha de las bragas de oro’ (1979) y las dos que luego vivieron (mucho) en la televisión, como ‘El Lute, camina o revienta’ (1987), ‘El Lute, mañana seré libre’ (1988). Su vida estuvo marcada por una emigración: en 1949 se va a Venezuela, de donde vuelve en 1956 para terminar en Barcelona tras un fallido intento de ingreso en la Escuela de Cine. Debutó nada menos que con Ramón Gubern en 1964 con ‘Brillante porvenir’, de la que fue también productor.

‘Libertarias’

Pero fue en los 90 cuando más despuntó. En febrero de 1991 estrenó ‘Amantes’ (Jorge Sanz, Maribel Verdú y Victoria Abril), con la que trabajó en doce ocasiones y quien fue premiada con el Oso de Plata a la mejor actriz en el Festival de Berlín. Por esta película Aranda obtuvo el Premio Goya a la mejor Dirección y a la mejor Película. En 1992 dirigió a Ornella Muti, Imanol Arias, Loles León y Javier Bardem en ‘El amante bilingüe’, basada en una novela de Juan Marsé. A continuación realizó ‘Intruso’ (1993), con Victoria Abril, Antonio Valero e Imanol Arias. Luego llegarían ‘La pasión turca’, protagonizada por la actriz y cantante Ana Belén. En 1996 rodó la película ‘Libertarias’, ambientada en la Guerra Civil.

Con la película ‘La mirada del otro’, basada en la novela de Fernando G. Delgado, logró una candidatura al Oso de Oro en el Festival de Berlín en 1999. El último gran brillo fue en 2001 con ‘Juana la Loca’, que narra la turbulenta historia de amor de la Reina Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso. Su protagonista, Pilar López de Ayala, se alzó con la Concha de Plata del Festival de San Sebastián a la Mejor Interpretación. Contó con doce candidaturas para los premios Goya, aunque al final el filme obtuvo solo el de mejor Actriz Protagonista, mejor Diseño de Vestuario y mejor Maquillaje y Peluquería.