Jean-Marc Vallée, que encumbró a Matthew McConaughey en ‘Dallas Buyers Club’, viajará a los psicodélicos, ‘hippies’ y extremos años sesenta de la mano de todo un mito: Janis Joplin.
“En el escenario le hago el amor a 25.000 personas diferentes. Luego me voy sola a casa”. Janis Joplin (Port Arthur, Texas, 1943 – Los Ángeles, California, 1970) fue fiel al inconformista y extremo espíritu de los sesenta: vivió muy rápido y murió joven, muy joven. Joplin comparte una curiosa efeméride con otros genios irrepetibles de la música y la cultura popular: Jimi Hendrix, Jim Morrison y Brian Jones. A finales del siglo XX se uniría al grupo otro espíritu rebelde: Kurt Cobain. Hace apenas tres años, Amy Winehouse realizaría el mismo temprano viaje.
Joplin falleció apenas dieciséis días después que Hendrix. Los años sesenta eran historia y sus grandes mitos caían derrotados por una vida marcada por los excesos. Jim Morrison fue el último en fallecer, casi un año después que Joplin, conocida por su rasgada voz y su formación en la música negra como ‘la dama blanca del blues’. “Me pregunto, si yo muriera, ¿qué pasaría? ¿Hablarían de mí tanto como de Jimi (Hendrix)? ¡Ja, ja! ¡No es un mal truco para hacerse publicidad!”, ironizaba uno de los grandes símbolos de la cultura ‘hippie’ sin conocer que su final estaba muy cerca.
(Foto: Janis Joplin web – Baron Wolman. Foto de portada: John Cooke)
El cine debía desde hace tiempo una película sobre la compleja figura y personalidad de Janis Joplin, con los convulsos y psicodélicos años sesenta de fondo. Un proyecto que venía de lejos. Finalmente, Jean-Marc Vallée dirigirá el esperado biopic sobre Janis Joplin. Vallée ya ha demostrado su capacidad en el género. Aprovechó el estado de gracia de Matthew McConaughey en ‘Dallas Buyers Club’, sobre el cowboy tejano Ron Woodroof que, a mediados de los ochenta, tras ser diagnosticado como enfermo terminal de SIDA traficó con medicinas antivirales.
El director canadiense ha encontrado a una Janis Joplin perfecta: Amy Adams, última ganadora del Globo de Oro en la categoría de Comedia por su actuación en ‘La Gran Estafa Americana’ (David O. Russell) y cinco veces nominada al Oscar, cuatro como Mejor Actriz de Reparto por ‘Junebug’, ‘La Duda’, ‘The Fighter’ y ‘The Master’ y una como Mejor Actriz Principal por ‘La Gran Estafa Americana’. El filme, con guion de Ron y Theresa Kounin-Terry, está previsto que se ruede a mediados del próximo año y ya tiene título provisional: ‘Get it While you Can’, según ha adelantado Deadline.
Bette Midler, con una aplaudida interpretación que la valió la nominación a los Oscar, ha sido la única destacada Janis Joplin en el cine en la producción ‘La Rosa’ (Mark Rydell), estrenada en 1979. El interés cinematográfico por Janis Joplin ha ido, no obstante, in crescendo. La cantante Mellisa Etheridge estuvo cerca de interpretar a Joplin en los años noventa. Zooey Deschanel encabezaba el reparto de ‘Gospel According to Janis’, que se iba a filmar en 2006. Ninguna de las dos películas saltó de la mesa de las ideas al plató de rodaje.
(Fotos: Janis Joplin web – Baron Wolman ambas)
A principios de la presente década, Sean Durkin, ganador del Premio al Mejor Director en Sundance con ‘Martha Marcy May Marlene’ (2011) tras las cámaras, volvió a fijarse en Joplin en otra producción más que no llegó tampoco a puerto. Durkin eligió a una actriz y cantante casi desconocida: Nina Arianda. Al mismo tiempo, surgió otro proyecto sobre la vida de Janis Joplin con Amy Adams ya como favorita. Sonó Lee Daniels (‘Precious’) como director, un cargo que ha recogido Jean-Marc Vallée sin cambiar de actriz protagonista.
La ‘dama blanca del blues’ falleció el 4 de octubre de 1970 en la habitación 105 del hotel Landmark de Los Ángeles. Joplin, que estaba sola, fue víctima de sus excesos, en concreto de su relación con las drogas. Murió de una sobredosis accidental de heroína de alta pureza. No fue algo premeditado según el informe del forense. Ese mismo día fallecieron ocho personas más que se inyectaron heroína comprada al mismo ‘camello’ de Joplin.
La artista vivía una etapa de esperanza en su tormentosa vida. La esperanza tenía nombre propio: Seth Morgan, un estudiante de Berkeley con el que tenía planes de boda en México con un viaje de novios por el Caribe. Joplin, una devoradora sexual de hombres (y mujeres), había calmado su indómito espíritu aunque aún no había superado por completo su adicción a la heroína para disgusto de Seth: “Janis, te tiras dentro de un pozo y después llamas a alguien para que te demuestre que te quiere sacándote de allí. Entonces te das la vuelta y te tiras en otro, pero más hondo, y antes de que lo notes, esa persona se sentirá como un pelele y te dejará allí abajo”.
Pese a las recaídas, el bienestar de Janis no solo se debía al amor hacia Seth Morgan sino también a su carrera artística. Estaba grabando su cuarto disco de estudio titulado con el apodo con el que se conocía a Joplin: ‘Pearl’, con la producción de Paul Rothchild, que sabía muy bien lo que era trabajar con un genio extremo (Jim Morrison y The Doors), y con una nueva banda (Full Tilt Boogie). Al día siguiente de su muerte, Joplin tenía pendiente poner voz al tema ‘Buried Alive in the Blues’, que se quedó como una pieza instrumental en su recuerdo.
Vivió rápido y murió rápido. Murió, curiosamente, cuando había levantado un poco su vertiginoso estilo de vida:
“Cuando canto, me siento como enamorada. Es más que sexo. Es el punto en que dos personas llegan a eso que llaman amor por primera vez, multiplicado por todo el público. Es gigantesco”. No obstante, su última actuación en directo, el 12 de agosto de 1970 en la Universidad de Harvard de Boston, solo ha pasado a la historia por ser la despedida de Joplin, que estaba muy borracha en el escenario.
“Me siento tan inútil aquí abajo, sin nadie a quien amar. A pesar de que he buscado por todos lados, no puedo hallar a nadie que me ame, que sienta mi cariño”, lamentaba la ‘dama blanca del blues’, un personaje demasiado tentador para que el cine haya tardado tanto tiempo en volver a honrarla. Amy Adams enloquecerá como ‘Pearl’, que parecía despedirse en ‘Cry Baby’, versión del tema de Garnet Mimms and the Enchanters:
“Don’t you know, honey,/
Ain’t nobody ever gonna love you/
The way I try to do ?/
Who’ll take all your pain,/
Honey, your heartache, too ?/
And if you need me, you know/
That I’ll always be around if you ever want me/
Come on and cry, cry baby, cry baby, cry baby,/
Oh daddy, like you always saying to do”.
Sin saberlo (o quizás precisamente intuyendo un final trágico temprano), ‘la dama blanca del blues’ nos prometía estar siempre a nuestro lado cuando la necesitáramos porque nadie ha amado como ella (Don’t you know, honey,/ Ain’t nobody ever gonna love you/ The way I try to do).