En realidad el material de Coltrane ya había sido descubierto tiempo atrás, pero debían darle forma para que tuviera sentido y sobre todo calidad. Las etiquetaron como ‘Untitled Original 11383’ y ‘Untitled Original 11386’, y han acabado entro del álbum ‘Both Directions at Once: The Lost Album’. Saldrá a la venta el 29 de junio.
Es un inédito en el sentido estricto e industrial de la palabra, ya que nunca antes habían salido a la luz pública estas dos creaciones del saxofonista John Coltrane que tienen nada menos que 55 años. La discográfica Impulse! es la que ha logrado por fin sacar adelante dos piezas que tenía en su cajón. Forman parte de la etapa más prolífica y talentosa del músico, entre 1961 y1967, año de su fallecimiento más que prematuro con apenas 40 años. Son interpretaciones clásicas, elegantes, con toda la agilidad que tenía el músico aquel 6 de marzo de 1963, cuando grabó junto a su banda la 11383 y la 11386. No quedó ni rastro en los archivos o listas de temas, tampoco en los registros de trabajo: era casi una grabación fantasma.
Hablamos de una sesión de estudio cuando Coltrane ya estaba en la cima, no de grabaciones recónditas en casa o en un sótano al estilo de Bob Dylan y compañía, de los que ya se ha explotado casi todo. En la industria musical es muy habitual lanzarse sobre los archivos no publicados de canciones una vez que la estrella ha muerto: Michael Jackson y Prince son dos buenos ejemplos de trabajo prolífico encerrado en el cajón, con cientos de canciones sin tocar. Pero con el jazz es distinto. Y más con Coltrane. Mejor aún, con sus socios de viaje McCoy Tyner (piano), Jimmy Garrison (bajo) y Elvin Jones (batería).
La historia de la grabación es muy típica de las bandas de música de entonces: Coltrane y el resto estaban en Nueva York para una residencia de varios días en el Club Birdland de la metrópoli, y entre una sesión y otra (que daban dinero para sostener la vida propia y ajena) grababan en estudio con la discográfica Impulse! en Nueva Jersey, la misma que ahora publica el inédito. Esas obras fueron dos más de la larga lista de trabajo de grabación que hicieron, ya que en esos mismos días grabaron con el cantante Johnny Hartman, entre otros. Por así decirlo, la saturación de trabajo dejó ese proyecto en la caja fuerte, aunque se sabe que Coltrane se llevó una copia de la grabación original a casa en forma de maqueta. Del original no se supo nada porque el ingeniero de sonido, Van Gelder, era un caos trabajando.
El disco se compone principalmente de versiones nuevas de temas anteriores de Coltrane (por ejemplo ‘One Up, One Down’, ‘Impressions’ o ‘Slow Blues’), también inéditas, pero la pieza maestra son esa pareja de grabaciones sin título que nunca antes se habían oído. Acumula 14 temas reunidos que van a encandilar a los aficionados al jazz en múltiples versiones para aprovecha todo nicho comercial: en vinilo, en disco sencillo, en edición de lujo en dos discos… Para poder sacarlo a la luz hubo que pedir permiso a los herederos, entre ellos el también saxofonista Ravi Coltrane, hijo del mito del jazz con Juanita Naima Grubbs, a pesar de que la heredera fue Antonia Coltrane, la hija adoptada del músico junto a su primera esposa, Naima.
El trabajo final es un buen ejemplo del estilo que tenía el cuarteto de entonces, camino del nuevo jazz experimental en los años 60. Los cuatro provenían de la tradición y en esos años ya trazaban el camino hacia otro sonido que eclosionaría luego en ‘A love supreme’ (1965), curiosamente el mismo año en el que el cuarteto, que marcó historia en el jazz, se disolvió por algo parecido a “problemas artísticos”: Coltrane se separaba a toda velocidad del jazz rítmico y melodioso y sus compañeros de viaje (especialmente Tyner) se dieron cuenta de que por ahí no querían ir. Él y Jones salieron del grupo y entraron a Alice Coltrane (piano), Rashied Ali (batería) y Pharoah Sanders (saxofón). Por desgracia no duró mucho: dos años más tarde fallecía Coltrane.