Es uno de los más icónicos pintores conocidos, un genio extraño que vivió el fin de la Edad Media, el inicio de la Modernidad pero que se quedó en terreno de nadie. Ahora el Museo Lázaro Galdiano analiza en profundidad al autor a través de un proyecto internacional.
El Museo Lázaro Galdiano y el Bosch Research and Conservation Project ya tienen preparada la web que permitirá a los curiosos, los amantes del arte y los profesionales conocer mejor la obra y las claves del Bosco. En esa web se reúnen los datos conocidos sobre la obra ‘Meditaciones de San Juan Bautista’ a través de la fotografía, radiografía y reflectografía. El visitante descubrirá el resultado de la aplicación de diferentes técnicas sobre esta pieza y por primera vez podrá conocer sus dibujos subyacentes y recuperar la visión de la figura completa del donante. Este análisis se enmarca dentro de un proyecto de investigación internacional que comprende el estudio de las obras del Bosco que se encuentran en una veintena instituciones museísticas del mundo, entre ellas el Museo Lázaro Galdiano. El resultado de todos estos estudios se mostrará en 2016 en una gran exposición que conmemorará el V Centenario del fallecimiento del Bosco, en la que participará esta maravillosa tabla.
El Bosch Research and Conservation Project (BRCP) es un ambicioso proyecto internacional de investigación que reúne a restauradores, investigadores y conservadores de museos con el objetivo de realizar un nuevo análisis de las obras del maestro Hieronymus Bosch, El Bosco (ca. 1450-1516). Se tiene constancia de la existencia de 45 obras –entre pinturas y dibujos- realizadas por el flamenco que están repartidas por una veintena de colecciones e instituciones repartidas por Europa y EEUU, entre ellas ‘Meditaciones de San Juan Bautista’, a la que le tocó ser estudiada en el año 2012 mediante tecnología aplicada al estudio del arte como macrofotografía con luz visible e infrarroja y estereomicroscopia. Concretamente fueron: Osiris – TIR, Osiris –Tir (que permite investigar el dibujo subyacente en detalle), Hasselblad H4D60-VIS, Hasselblad H4D60-IR (fotografía infrarroja) y estereomicroscopio (instrumento óptico que produce una imagen aumentada del objeto de hasta 40 veces su tamaño). Para mostrar mejor el proceso se ha creado esa web abierta al espectador.
Detalle del cielo y el paisaje de fondo de la tabla
Esta tabla es muy particular, ya que es una de las pocas cuya autoría es incuestionable, ya que muchas otras se sospecha podrían ser obras de discípulos o imitadores. No hay que olvidar que como todo artista a sueldo de las cortes europeas, concejos urbanos o aristócratas, El Bosco (Hieronymus van Aeken, que adoptó el nombre de Bosch, “bosque”) mantuvo abierto un taller con muchos más pintores para hacer frente a todos los encargos y, de paso, rentabilizar el mecenazgo. No era algo raro: casi todos los grandes pintores oficiales lo hicieron. Eso ha hecho que en la actualidad haya que tener mucho cuidado atribuyendo obras a pintores.
Pero la historia de esta tabla es especial: fue adquirida por el coleccionista Lázaro Galdiano, cuyo tesoro artístico pasaría luego a manos de la fundación y museo que lleva su nombre. Estaba ya inscrita en el catálogo oficial publicado en 1926. Galdiano encargó que fuera autentificada, y de hecho el especialista Ludwig von Tonlay fue de los primeros, en los años 30, en certificarlo. Entonces llega la Guerra Civil: muchas obras salieron de España para ser salvadas de las ruinas de la guerra, el expolio o la destrucción. Viajó a Rotterdam, en los Países Bajos, justo a tiempo para ver la invasión nazi de Holanda. En ese momento la obra empezó una peregrinación de supervivencia que no terminaría hasta 1949, cuando la los herederos de Galdiano lograron la repatriación de la tabla a España.
Sobre las interpretaciones que se han hecho de la tabla, son tan variadas como que forma parte de un tríptico más grande que tendría continuación en otro San Juan del Bosco que está en Berlín, hasta el simbolismo esotérico de los objetos que aparecen en la pintura, desde la mandrágora a la postura del santo. Lo que es indudable es el trazo y la presencia de elementos como las formas geométricas puras, abiertas o cerradas, y los famosos frutos esféricos sin determinar de la pintura. Curiosamente el análisis ha demostrado que en el lugar de la planta y el fruto había anteriormente una figura humana, quizás el donante que aparecía dentro de la propia obra y que fue tapado. No se sabe ni quién era ni las razones por las que el Bosco decidió taparlo a posteriori. Pudo ser porque el mecenas repudió la obra o bien la furia del autor cuando le regateó el precio (algo parecido le pasó a Rubens y a El Greco). Y lo más curioso es que no es la única vez que El Bosco hizo algo parecido: en la ‘Crucifixión de Santa Julia’ también ocultó al donante. La obra está en el Palacio Ducal de Venecia.
La figura real del donante descubierta durante la investigación, y el fruto posterior que lo tapaba
Museo Lázaro Galdiano
c/ Serrano 122. 28006 Madrid