Todo listo para que el próximo domingo reviente el mundo del cine con los Oscar, uno de los cuatro eventos con más seguimiento en todo el planeta.
Se supone que se premiará a los mejores, pero lo cierto es que en los Oscar hay mucho de política encubierta, de apuestas, presiones, promociones maratonianas y todo tipo de idas y venidas entre despachos y teléfonos. Más allá de los nominados (con ’12 años de esclavitud’, ‘La gran estafa americana’ y ‘Gravity’ en parrilla de salida) y los ganadores del día después sí que hay cosas fijas, todo lo que tenga que ver con la ceremonia que retransmitirá en directo Canal Plus el día 2 de marzo. Una fiesta por y para la televisión que una vez más será demasiado larga, a ratos muy lenta, otras veces muy rápida y que estará controlada por ese pequeño ojo avizor censor que evita que broten insultos y escenitas divergentes por parte de los actores, siempre muy dados a ajustar cuentas en directo.
Para empezar la ceremonia de este año tendrá tema central: los héroes, del cine y en el cine, naturales del celuloide o vampirizados desde el cómic o la literatura. Actualmente ya hay una exposición en la Academia americana con fotografías y pósters de unas 70 películas que abarcan toda la historia del cine y que van desde Gandhi a Batman en un salto raro, bizarro y que a más de uno ha dejado descolocado. ¿Realmente el liberador de la India y uno de los grandes guías espirituales de la Humanidad junto a un justiciero con máscara y graves problemas psicológicos? Más todavía cuando en la lista se incluye nada menos que a Shrek.
Habrá más homenajes en la gala, y el famoso In Memoriam de este año puede ser tristemente apoteósico dada la nómina de fallecidos de los últimos meses que han dejado a Hollywood con el pie cambiado y un pedazo de su (frívolo) corazón partido: Peter OToole, Joane Fontaine, James Gandolfini, Philip Seymour Hoffman, Shirley Temple… y el último, Harold Ramis, uno de los responsables de que el cine volviera a conectar con las masas de adolescentes y universitarios en los años 80 mientras Spielberg y Lucas salvaban a muchos estudios de la ruina. También habrá sitio para homenajear ‘El mago de Oz’, la versión clásica de 1940, un recordatorio de que Hollywood lleva mucho tiempo en el negocio.
Otro clásico de los Oscar son los números musicales entre bloques de premios. Hay que animar la fiesta y la Academia ha repetido con los mismos del año pasado, los coreógrafos Zadan y Meron, que en su currículo cuentan con musicales como ‘Chicago’ o el no tan conocido en España ‘Hairspray’. En este apartado hay un aliciente más para madrugar y ver la ceremonia: U2 debutará, después de media vida de giras y discos, como cantantes en directo en la gala para interpretar ‘Ordinary love’, nominada al Oscar y que forma parte del filme ‘Mandela: Long walk to freedom’, y que ya ganó el Globo de Oro de este año.
Ellen DeGeneres
La lista de presentadores de este año va desde los muy veteranos a las extranjeras bien asentadas, como Penélope Cruz y Emma Watson. A la cabeza de todo estará la show-woman Ellen DeGeneres, que cada vez se convierte más en una versión blanca de Oprah Winfrey, pero con un sentido del humor muy refinado que le faltaba a la reina y señora de la televisión americana. Será la segunda vez que presente los Oscar (la anterior fue en 2007, cuando terminó tomándole el pelo a Spielberg y deambulando entre el público). El resto de presentadores serán Robert de Niro, Brad Pitt, Angelina Jolie, Harrison Ford, Whoopie Goldberg, Sydney Poitier, Kim Kovac, Charlize Theron, Jamie Foxx, Bill Murray, Samuel L. Jackson, Naomi Watts, Viola Davis, Kate Hudson, Kevin Spacey, Will Smith, John Travolta, Glenn Close, Jessica Biel, Ewan McGregor y Jennifer Garner.
Más allá de la alfombra roja, un elemento que cada vez cansa más a los actores y a la propia Academia, que sólo sirve para la industria de la moda y según más de un ejecutivo de medios y periodista “frivoliza en exceso un evento ya de por sí frívolo”, lo cierto es que el “postpartido” de los Oscar es a veces muy atractivo. Y no se retransmite. En ediciones anteriores se generalizaron las fiestas “para perdedores”, idea de Tina Fey y en las que se podía entrar si no eras un looser sin Oscar o Globo de Oro. Para este año estará la eterna del Gobernador de California. Y para los que no ganen y sólo hayan sido nominados hay por lo menos un pequeño consuelo: regalos por valor de casi 80.000 dólares y alejar de sí mismos la famosa maldición que asola a muchos ganadores de Oscar, que brillan mucho una noche y luego nadie vuelve a recordarles salvo muy de pasada. Ejemplos: Elisabeth Shue y Adrian Brody.