Hollywood se vacía de mitos, lentamente pierde los nombres y rostros que forjaron buena parte de sus grandezas y miserias: casi a la vez decimos adiós a Peter O’Toole y Joan Fontaine.
Diferentes en casi todo, pero unidos por un mismo lugar, la colina donde las letras forman Hollywood. Peter O’Toole y Joan Fontaine han muerto de viejos (81 y 96 años respectivamente), habiendo sobrevivido a muchos de los actores y actrices que les desplazaron en las pantallas y escenarios. Una parte muy grande de la era dorada de Hollywood y de la factoría de intérpretes británica se apaga.
O’Toole era en realidad irlandés, quizás de Galway, pero muy pronto dio con sus huesos en las calles de Londres, donde empezó a labrarse un futuro como actor gracias a su porte físico y su talento. Fue uno de los muchos británicos que desembarcaron en Hollywood a través del cine de su país y con películas tan legendarias como ‘Lawrence de Arabia’, pero también con otras como ‘What’s new Pussy Cat?’, donde curiosamente compartió pantalla con un bisoño Woody Allen que se estrenaba como actor y guionista. También es recordado por ‘Adiós, Mr. Chips’, ‘La clase dirigente’, ‘Profesión: el especialista’ o ‘Mi año favorito’ e interpretó a Don Quijote en el musical de 1972 ‘El hombre de La Mancha’.
O’Toole como Lawrence de Arabia, en su vejez y la juventud británica
Fue en 2012 cuando se retiró de la interpretación, 50 años después de aquel Lawrence rubio de ojos azules que encandiló a una generación entera y con una frase agradecida: “Dejo la profesión sin una lágrima y con un adiós muy agradecido”. Una y otra vez sintió gratitud hacia un oficio que le llenaba “espiritualmente” y que le convirtió en un hombre acomodado sin necesidad de mirar el dinero. O’Toole formó parte de una nueva hornada de actores de Hollywood con nuevas costumbres. “Nos anticipamos a los 60. Yo, (Richard) Burton o Richard Harris hacíamos en público lo que los demás hacían entonces en privado y ahora es parte del espectáculo. Bebíamos en público sabíamos lo que era la ‘maría'”, declaró recientemente. Una de sus grandes imágenes es el Oscar honorífico de 2003, una oportunidad para resarcirse después de batir los récords de la mala suerte al haber estado nominado hasta en ocho ocasiones al de mejor actor. Sin suerte, igual que Richard Burton.
Joan Fontaine es otra historia diferente, porque casi no se la puede separar de su hermana Olivia de Havilland, tanto para lo bueno como para lo malo: no se hablaron durante décadas. También ha fallecido de pura vejez y con tranquilidad en su casa de California. Mientras que O’Toole saltó desde Inglaterra hacia el estrellato Fontaine tuvo que hacerlo peleándose con su hermana Olivia, otro tifón de carácter que fue la inmortal Escarlata O’Hara de ‘Lo que el viento se llevó’. En 1975 dejaron de hablarse sine die porque De Havilland no la invitó a una misa funeraria por la muerte de la madre de ambas.
Fontaine tuvo una carrera algo más elegante que su hermana a pesar de no tener tantos premios: ganó el Oscar en 1942 por su papel en la película ‘Sospecha’, dirigida por Alfred Hitchcock, ganándole por la mano a su propia hermana, que repetiría en dos citas con la estatuilla en 1946 y 1949. Las dos dominaron por completo la pantalla en clave femenina durante los años 40, la primera de las épocas doradas de Hollywood, que supo exprimir a ambas y enfrentarlas para crear un morbo que encandiló al público. En su haber cuenta haber sido la única ganadora del Oscar con Hitchcock, que ya no repitió suerte con ninguna otra fémina.
Fontaine estuvo casada con el actor británico Brian Aherne, el productor William Dozier, el guionista y productor Cillier Young, y el escritor deportivo Alfred Wright Junior. En sus memorias aseguró haber rechazado propuestas de matrimonio del multimillonario Howard Hughes, así como para ser amante de Joseph Kennedy y otras figuras políticas. Tanto ella como su querida/odiada hermana marcaron una época en la memoria colectiva de Hollywood y sirvieron de modelo para muchas otras actrices en las décadas siguientes, si bien la meca del cine no perdona y con los años desaparecieron de primera línea.
Foto de otro tiempo: las dos hermanas, Joan y Olivia, posan juntas